La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha emitido una necesaria aclaración doctrinal con su comunicado “Personas con discapacidad, reconocidas, protegidas, acompañadas y promovidas”. Este importante CEE comunicado discapacidad surge en medio del revuelo mediático. Dicho revuelo fue provocado por la descontextualización de palabras de Mons. Juan Antonio Reig Pla. Él habló en una homilía sobre el sentido del sufrimiento y la discapacidad.
Un mensaje oportuno ante la tergiversación
En las últimas horas, el gobierno de España y ciertos medios han atacado al obispo emérito de Alcalá. Lo acusaron de vincular la discapacidad a pecados personales concretos. Esta interpretación es completamente opuesta al contenido de su sermón y, además, de la doctrina católica. Frente a estas acusaciones, la CEE ha salido al paso. Lo hizo sin aludir directamente a la polémica, pero recordando la enseñanza tradicional de la Iglesia. Esta enseñanza sostiene que el sufrimiento y la fragilidad humana no son fruto de culpas personales. Más bien, son consecuencia del pecado original que marcó la historia de la humanidad. Este es un punto clave en el CEE comunicado discapacidad.
Apoyo implícito a Mons. Reig Pla y la dignidad humana
Esta aclaración doctrinal es fiel al Magisterio. Además, refuerza lo que Mons. Reig Pla explicó. Toda persona, incluso en medio del sufrimiento o la discapacidad, posee una dignidad sagrada. Esta dignidad no proviene de sus capacidades, sino de ser imagen de Dios redimida en Cristo. Por lo tanto, su predicación nunca buscó culpabilizar a quienes padecen. Al contrario, buscó ofrecer una luz sobrenatural para comprender el misterio del dolor desde la cruz. La Iglesia subraya esta perspectiva fundamental sobre la dignidad de las personas con discapacidad.
El CEE comunicado discapacidad afirma con fuerza que la fragilidad de nuestra existencia no disminuye en nada nuestra dignidad. Sostiene también que la discapacidad no impide que una persona realice su vocación única e irrepetible en el mundo. De hecho, la Iglesia, como señala el texto, defiende esa dignidad a lo largo de toda su historia. Este compromiso es muy anterior al reconocimiento por instrumentos jurídicos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Reivindicación de una visión cristiana del ser humano
El comunicado retoma también la enseñanza del Catecismo y de la tradición patrística. Afirma que solo a partir del “pecado original” se puede comprender por qué existe el mal y el sufrimiento en el mundo. Esta perspectiva es fundamental y va más allá de un simple marco doctrinal. Permite, además, abrirse a una esperanza redentora. Es una esperanza que el pensamiento secular, a menudo centrado en la eficiencia y el bienestar, no puede ofrecer.
La interdependencia humana frente a la cultura del descarte
Además, el documento invita a la sociedad a reconocer que “todos somos discapacitados y tenemos necesidad de los demás”. Esta afirmación rompe con la lógica del descarte. Sitúa, asimismo, el mensaje de la Iglesia en sintonía con los más vulnerables. Todo ello sin caer en relativismos ni populismos sentimentales, manteniendo una postura clara y doctrinalmente sólida.
Una Iglesia que acompaña con verdad y caridad
Finalmente, la Conferencia Episcopal concluye reiterando su compromiso pastoral. Este compromiso consiste en acompañar, acoger y promover a las personas con discapacidad. Lo hace a través de acciones concretas, colaboración con entidades especializadas y un firme testimonio evangélico. Este enfoque integral, enraizado profundamente en la fe y no en la corrección política, responde también a quienes buscan instrumentalizar el sufrimiento para atacar la doctrina católica. El CEE comunicado discapacidad es, por tanto, una defensa de la verdad y la caridad cristiana.