El cardenal Kasper no es esconde y asegura que «la Iglesia no puede permitirse el lujo de dar marcha atrás»

El cardenal Kasper no es esconde y asegura que «la Iglesia no puede permitirse el lujo de dar marcha atrás»

El controvertido cardenal Kasper, de 92 años y presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, ha hecho encender las alarmas sobre el tono que está imperando estos últimos días en las Congregaciones generales.

En una entrevista concedida al diario La Stampa, este cardenal y teólogo alemán asegura que «la gente quiere un Papa que siga los pasos de Francisco». Desconocemos a qué gente ha preguntado el cardenal Kasper para realizar semejante afirmación. Según este cardenal no elector, «Bergoglio sacó a la Iglesia del templo, la empujó a estar en las periferias, en las calles, entre los heridos» y afirma que «el próximo Papa tendrá que tener la capacidad de seguir en esta línea: estar cerca, escuchar, comprender, hablar con misericordia».

«Esto es lo que la gente quiere hoy en día. No un Papa lejano, que habla un lenguaje abstracto, sino un guía capaz de entrar en los dramas y en las esperanzas de nuestro tiempo», dice Kasper. Aun así, reconoce que hay cardenales que esperan un cambio de rumbo con respecto a Francisco pero asegura que «son un grupo pequeño». El cardenal Kasper confiesa que su impresión «participando en las Congregaciones Generales, es que la mayoría de los cardenales están en la línea de la continuidad».

Walter Kasper no cree que el criterio geográfico vaya a ser relevante para la elección del próximo Papa. Para el purpurado germano, «la verdadera catolicidad no se mide por la latitud, sino por la propensión a acoger e integrar las diferencias. Lo que importa es la persona: su fe, su corazón, su capacidad de ser pastor».

De cara al futuro, el cardenal Kasper defiende que «la Iglesia debe ser capaz de integrar los lenguajes, los símbolos y las sensibilidades de las diversas áreas del planeta. El nuevo Papa tendrá que confiar en la Iglesia universal, dar espacio y escuchar a las Iglesias locales, especialmente a aquellas que hoy crecen más rápidamente. Es tiempo de descentralización, de auténtica sinodalidad, de colegialidad».

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