La Archidiócesis de Madrid ha emitido un comunicado que, lejos de aclarar, deja más preguntas que respuestas en torno al proceso de resignificación del Valle de los Caídos.
La nota, fechada tras la reciente filtración de informaciones sobre las negociaciones entre el Gobierno y la Santa Sede, pretende ofrecer certezas, pero termina revelando contradicciones y ambigüedades preocupantes.
Según la Archidiócesis, “lo único definitivamente acordado ha sido la permanencia de la comunidad benedictina y la no desacralización de la Basílica”. Aparentemente, todo lo demás estaría en fase de diálogo. Sin embargo, apenas unas líneas después se afirma que “las intervenciones dentro del templo se estudiarán respetando los criterios litúrgicos y el fin para el que ha sido erigida la Basílica”, lo cual implica, de facto, que se están considerando cambios. ¿En qué quedamos? ¿Hay o no intervenciones previstas?
El papel ambiguo del cardenal Cobo
Otro punto desconcertante es el papel del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. El comunicado asegura que ha actuado como “interlocutor designado dentro de una comisión eclesial”, pero acto seguido insiste en que “más allá de la actividad pastoral, su papel es de acompañamiento” y que no tiene “jurisdicción sobre la Basílica ni sobre la comunidad religiosa que allí reside”. Entonces, ¿qué autoridad tiene? ¿A qué comisión eclesial se refiere? ¿Qué potestad le permite intercambiar “notas privadas” sobre un tema tan delicado?
La Archidiócesis se lava las manos: afirma que las decisiones son “competencia exclusiva de la Santa Sede y el Gobierno”, pero reconoce intercambios de documentos y trabajo conjunto en el marco de un proceso de “resignificación”. Si el cardenal no tiene competencia, ¿por qué participa? Y más aún: ¿con qué fin y con qué mandato?
Este comunicado no solo transmite confusión, sino que expone una peligrosa doblez. Mientras se asegura respeto por la Basílica y su culto, se deslizan frases que abren la puerta a futuras modificaciones. Se defiende la permanencia de los benedictinos, pero no se menciona en qué condiciones. Se habla de acceso independiente al templo, ¿pero de quién y para qué?
La mentira, como Cobo, tiene las patas muy cortas.
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