En otro tiempo, los colegios salesianos fueron sinónimo de excelencia educativa, de formación rigurosa, de jóvenes preparados para la vida con un bagaje cultural y moral sólido.
Hoy, sin embargo, lo que queda de esa herencia se parece más a un chiste malo que a una institución seria. Y la editorial Edebé, propiedad de los Salesianos, es la prueba palpable del hundimiento.
Esta semana ha circulado por redes sociales la imagen de un libro de 4º de la ESO editado por Edebé. En él, el texto histórico es tan chapucero que cuesta creer que haya pasado por un proceso de revisión. La joya de la corona: atribuirle a José Antonio Primo de Rivera el golpe de Estado de 1923 y llamarlo dictador, cuando el que tomó el poder fue su padre, Miguel Primo de Rivera, y José Antonio apenas era un adolescente. Un error tan monumental que cualquier estudiante con un mínimo de conocimientos lo detectaría en segundos.
Pero no es solo un fallo aislado, es un síntoma. Un síntoma de lo que han hecho los Salesianos con su red educativa. Porque el problema no es Edebé en sí misma; el problema es quién está detrás, permitiendo, fomentando y vendiendo libros de texto en los que la historia se cuenta con los mismos estándares de rigor que un TikTok de influencers.
De Don Bosco a la pedagogía woke
Don Bosco creó su congregación para formar a los jóvenes en la fe y en la verdad. Hoy, sus herederos han decidido que lo importante no es la verdad, sino la corrección política. Y por eso encontramos libros de texto en los que la historia se convierte en un lodazal de errores, de manipulaciones ideológicas y de ignorancia supina.
No es casualidad que la editorial de los Salesianos sea una de las más utilizadas en colegios concertados y católicos. Porque la decadencia no se limita a sus libros: la propia educación salesiana ha ido mutando en un híbrido entre pedagogía progresista, cristianismo aguado y formación sin sustancia. Los mismos colegios que antaño formaban a futuros líderes hoy producen generaciones de alumnos incapaces de discernir la verdad de la propaganda.
¿Para qué sirven hoy los Salesianos?
Cuando uno ve lo que los Salesianos han hecho con su editorial y sus colegios, la pregunta es inevitable: ¿para qué existen hoy? No evangelizan, no educan con rigor, no defienden la verdad. Su función parece limitarse a ser una empresa con colegios concertados, recibiendo dinero público mientras sus libros de texto están al nivel de un panfleto mediocre.
Si Don Bosco levantara la cabeza y viera en qué han convertido su obra, seguramente optaría por cerrarlo todo y empezar de nuevo. Porque los Salesianos de hoy no son herederos suyos, sino de la pedagogía insustancial y de la rendición ante el mundo.
Y mientras tanto, los alumnos de sus colegios seguirán aprendiendo historia con errores de bulto, sin que nadie en la congregación haga el más mínimo esfuerzo por garantizar que sus libros sean algo más que material para memes en redes sociales.
Los Salesianos han fracasado. Y su editorial es solo un reflejo de ello.