Rapapolvo de la Conferencia Episcopal Checa a un cura por celebrar una Misa en un bar con los fieles bebiendo cervezas

Misa en un bar en República Checa

Nuevo abuso litúrgico grave ocurrido en la República Checa. El sacerdote celebrante Marek Vácha celebró una Misa en un bar en el que se ven cervezas a medio consumir y comida en las mesas de los fieles que asisten a esa Misa.

El pasado miércoles 29 de enero de 2025, Noe Televisión transmitió en vivo una Misa religioso desde la taberna del monasterio de Sýpka en Břevnov. La celebración, titulada «El Señor en la Taberna», fue presentada como un evento ecuménico, según la invitación difundida en redes sociales: «Este es un servicio ecuménico a Dios de aproximadamente 60 minutos. Una fiesta en un pub para creyentes y no creyentes. En esencia, una misa católica romana con amigos judíos y no judíos y miembros laicos del público en general».

Sin embargo, la Conferencia Episcopal de la República Checa ha calificado el evento como «ilícito e inapropiado». En un comunicado firmado por el presidente de la Comisión Litúrgica, Martin David, señalan que «la Santa Misa no se convierte en un servicio ecuménico sólo porque los no católicos participan en ella» y enfatizan que «ni siquiera es posible hablar de una conexión entre la Santa Misa y el servicio ecuménico, porque son dos formas de culto completamente distintas, independientes y esencialmente diferentes».

Uno de los puntos más cuestionados por los obispos es la elección del lugar. «La Santa Misa debe celebrarse en un lugar sagrado, a no ser que en caso excepcional la necesidad exija otra cosa», recuerdan, señalando que «celebrar la Santa Misa en un bar sin motivos serios es en sí mismo inapropiado». Además, afirman que «al parecer, el obispo diocesano competente no fue informado sobre dicha celebración y no dio su consentimiento».

Otra crítica se centra en la combinación de la misa con el contexto de una comida. El comunicado destaca que «en ningún caso la celebración de la Santa Misa debe combinarse con el contexto de una cena ordinaria». Según las redes sociales del evento, «durante la misa, la camarera Alena Listová estará en el bar. Será posible beber cerveza u otros líquidos durante toda la noche». Los prelados consideran esto «extremadamente inapropiado» y denuncian que «reduce indignamente la celebración de la Eucaristía a una ‘fiesta para creyentes y no creyentes'».

El comunicado también señala una transgresión a las normas litúrgicas en la lectura del Evangelio y la homilía. «La lectura del Evangelio durante la celebración de la sagrada liturgia, que es la cumbre del culto de la palabra, está, según la tradición de la Iglesia, reservada a un ministro consagrado», explican. Sin embargo, en el servicio, «un sacerdote laico asumió la lectura del Evangelio y otros dos laicos también hicieron la homilía», algo que «está en directa contradicción con lo establecido».

Si bien los organizadores argumentaron que el objetivo del evento era «acercar al Señor a aquellos que de otra manera no acudirían a la iglesia», la Conferencia Episcopal responde que «muchos de los que asistieron a este servicio recibieron la Eucaristía al concluirse, por lo que aparentemente no tuvieron problemas para entrar a la iglesia». «La pregunta es por qué llevamos la Eucaristía al bar para aquellos que no vienen a la iglesia», cuestionan.

El comunicado concluye afirmando que «las normas litúrgicas no son un fin en sí mismas, sino que están destinadas a proteger el gran misterio de la presencia viva de Cristo en la Eucaristía». En ese sentido, aunque «damos la bienvenida a diferentes formas de acercar este misterio a la gente», advierten que «el camino para conocer la profundidad del misterio de la presencia de Dios no puede pasar por su profanación».

Apartado de sus cargos en la archidiócesis de Praga y defendido por el obispo de Brno

Este suceso le ha costado al sacerdote que sea relevado de su cargo en la Archidiócesis de Praga. El arzobispado puso fin a su colaboración con Vácha y lo destituyó como capellán de la comunidad universitaria de la capital checa.

Sin embargo, monseñor Pavel Konzbul obispo de la diócesis de Brno a la que él pertenece, ha emitido un comunicado en donde confirma que fue informado del cese de su sacerdote de los encargos pastorales que tenía en Praga pero que él lo mantiene «sin cambios» en Brno. El obispo Konzbul llamó a filas al sacerdote y mantuvo una conversación con él y le pidió que se disculpara.

Este obispo no termina de condenar lo sucedido ya que El Señor en el Pub lo ve como un proyecto evangelizador y defiende que «la Iglesia necesita una discusión abierta sobre nuevas formas de llegar a la gente con el mensaje del evangelio manteniendo al mismo tiempo la reverencia por los sacramentos para que no haya malentendidos ni ofensas».

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