Cipriani pone en su sitio al cardenal Castillo y a la CEP: «Sorpresa y dolor por la injusticia con la que dan por ciertos unos hechos no probados sobre mi persona»

Cipriani pone en su sitio al cardenal Castillo y a la CEP: «Sorpresa y dolor por la injusticia con la que dan por ciertos unos hechos no probados sobre mi persona»

Por redes sociales circula una carta del cardenal Juan Luis Cipriani dirigida a Carlos Enrique García Camader, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Este medio ha podido confirmar la veracidad de esa circular.

El arzobispo emérito de Lima, Juan Luis Cipriani, lleva desde el pasado sábado bajo el foco mediático tras una campaña de descrédito organizada por el diario El País. Una campaña que es obvio que ha contado con el apoyo de parte del Vaticano.

El cardenal Cipriani ha escrito al presidente del episcopado peruano con motivo del comunicado hecho público por la Conferencia Episcopal de Perú. Juan Luis Cipriani también hace mención a la ‘Carta al Pueblo de Dios’ emitida por el arzobispo de Lima y primado del Perú, Cardenal Carlos Castillo. «En ambos casos, mi reacción ha sido de sorpresa y dolor por la injusticia con la que dan por ciertos unos hechos no probados sobre mi persona», ha escrito Cipriani al presidente de la CEP.

El cardenal del Opus Dei ha reiterado en este nuevo escrito su inocencia: «no he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1983, ni antes, ni después».

Cipriani reitera que no se ha podido defender de la «acusación falsa»

En su misiva, el purpurado peruano se ha visto obligado a precisar que cuando el nuncio en el Perú le transmitió el precepto con el que la Congregación le limitaba algunas facultades, «lo firmé declarando por escrito en el mismo acto que la acusación era absolutamente falsa y que obedecería a esas disposiciones —como así he hecho— por amor a la Iglesia y por comunión con el Romano Pontífice». El cardenal Cipriani ha insistido en que aceptó «unas medidas preventivas ante la acusación recibida hasta que se aclarara la verdad, a pesar de que tengan su origen en una acusación falsa, de la que no me he podido defender».

El arzobispo emérito de Lima ha reiterado que «en todos estos años he actuado siempre en comunión con el Santo Padre con quien, además de la obediencia que le tributo, me une el conocimiento personal y el afecto desde hace muchos años».

Por último, Cipriani confirma que su «amor fiel a la Iglesia permanece inalterable». «Además, como consuelo y aliento, me queda el cariño de la mayoría de mis hermanos en la fe, que con tanta fuerza me lo han demostrado en estos días, y de miles de compatriotas que, ni los unos ni los otros, se han dejado confundir en esta campaña de intento de acoso y destrucción de mi dignidad y mi honor», concluye la carta del cardenal.

Carta a la Conferencia Episcopal 29-enero-25 (2)

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