En un territorio donde algunos sacerdotes llegan a duras penas a fin de mes, la «archidiócesis de los pobres» y epicentro de la divulgación de la Teología de la Liberación, ha tenido la ‘genial’ idea de pedir dinero a todos sus sacerdotes para hacerle un regalo a Carlos Castillo con motivo de su reciente entrada en el Colegio Cardenalicio.
Según medios locales, la archidiócesis de Lima cuenta aproximadamente con unos 350 sacerdotes que multiplicado por 150 sumaría la friolera cantidad de unos 52.500 soles. En euros serían más de 13.500 y cerca de 14.100 dólares.
La carta difundida por redes sociales, va firmada por el vicario general de la Arquidiócesis de Lima, monseñor Víctor Solís Alfageme. «Con profunda alegría, recibimos la noticia de la designación de nuestro arzobispo, monseñor Carlos Castillo, como cardenal de la Iglesia, convirtiéndose así en el sexto cardenal peruano», se lee en la carta fechada a 29 de noviembre del 2024 y que fue remitida a todos los sacerdotes de la archidiócesis de Lima.
En la misiva, que no pocos tachan de chantajista, el vicario general comunica que se invita a todo el clero a una «Solemne celebración Eucarística» que tendrá lugar el 29 de diciembre en la catedral de Lima «para agradecer y orar al Señor por nuestro arzobispo». Además, se informa que en esa Misa el cardenal Carlos Castillo inaugurará solemnemente el Año Jubilar.
Acto seguido, Víctor Solís, vicario general de la archidiócesis de Lima, dice que con el fin de «expresar nuestro reconocimiento y adhesión a él» la mejor forma que se les ha ocurrido de manifestárselo es pidiendo dinero a los sacerdotes para hacerle un regalo (el cual no se especifica) al cardenal Castillo de parte de todo el presbiterio de Lima «para lo cual les pedimos en una cuota de 150 soles por sacerdote».
Sin embargo, tal y como señala el diario Expreso de Perú, al leer con detenimiento parecería que lo de “voluntario” no sería tan cierto. “Les damos los números de cuenta a la cual deben de hacer las trasferencias”, se indica en un anexo. También ha sido muy criticado el doble discurso del arzobispado que tanto hablan de los pobres y más desfavorecidos y luego se dedican a hacer ostentosos regalos al cardenal como si de un príncipe se tratara.