El cardenal Grzegorz Ryś, arzobispo de Łódź, ha destacado que la sinodalidad ha sido un pilar fundamental de la Iglesia desde sus inicios.
«Jesús dio a su Iglesia una constitución basada en la sinodalidad, la jerarquía, la colegialidad y el oficio de Pedro, entre otros aspectos. Todas estas dimensiones van de la mano, sin contradicciones», afirmó en una entrevista concedida al semanario «Die Tagespost». Ryś representó a la Conferencia Episcopal Polaca en las dos sesiones del Sínodo Mundial celebradas en octubre de 2023 y 2024.
El cardenal polaco subrayó que el documento final de la asamblea aborda el concepto del “corazón de la sinodalidad”, que no se centra en disputas sobre la distribución de poder en la Iglesia. «La sinodalidad tiene como núcleo la experiencia de Jesucristo resucitado y vivo. Para alcanzarla, es imprescindible vivir en comunidad», enfatizó. Según el purpurado, la sinodalidad implica transparencia, rendición de cuentas y tiene como meta última la evangelización.
La atención pastoral LGBT
En relación con la atención pastoral hacia las personas LGBTQ, el cardenal Ryś señaló que el mayor desafío es el acompañamiento individual. «Quienes acuden a la Iglesia necesitan orientación sobre cómo comportarse y vivir», explicó el cardenal a pesar de que el Catecismo de la Iglesia católica ya es sumamente claro. Aunque la Iglesia no modifica su doctrina sobre el matrimonio y la sexualidad, el arzobispo destacó la importancia de distinguir entre enseñanza y trato pastoral. «Una cosa es la doctrina, y otra es cómo se aborda a una persona. Los sacerdotes deben acompañar a las personas LGBTQ en su esfuerzo por ser fieles a la enseñanza católica», indicó.
El cardenal instó a aplicar el concepto de “conversión orientada a las relaciones”, desarrollado en el marco del Sínodo, para afrontar los desafíos actuales de la Iglesia en Polonia. El país enfrenta un descenso en el número de vocaciones, feligreses y jóvenes que asisten a clases de religión en las escuelas. Ante esta realidad, Ryś abogó por un cambio de enfoque. «Ya no se trata de dirigirse a las masas, sino de centrarse en cada individuo», afirmó.
El arzobispo recordó cómo, décadas atrás, la convocatoria para monaguillos atraía a decenas de niños, mientras que ahora apenas hay dos solicitudes. «Aunque solo sean dos, es una gran oportunidad trabajar con ellos», concluyó el cardenal.