Ayer domingo la Comunidad de Lanceros se desayunó, como todo el mundo lector de Internet, con el reportaje que El Confidencial le dedicó a las apariciones, supuestas según algunos, de la Santísima Virgen María en el pueblecito cántabro de San Sebastián de Garabandal. La noticia no tenía desperdicio, empezando por el titular que decía “Un exministro y otras ‘monjas’ rebeldes: por qué la Iglesia recela de Garabandal”.
La noticia ayer no estaba en lo que publicaba esa web, que también. La noticia, como pueden ver todos ustedes, estaba en la visita que Su Alteza Real la Infanta Doña Elena de Borbón y Grecia hizo a la localidad cántabra en la que la Virgen María se apareció a unas niñas entre 1961 y 1965. Muy bien Señora, sin complejos. Por cierto que, por respeto a Doña Elena, no vamos a dar más detalles de la visita.
Un miembro de la Comunidad de Lanceros, que nos ha enviado esta foto que circula entre los fieles de Garabandal, señala una clave que no debe pasar inadvertida. Como ustedes pueden comprobar Su Alteza Real no está sola. Al margen del bonito detalle de la bandera de España, quien acompaña a Doña Elena, bien pegadita a ella, es Jacinta González, una de las niñas videntes de las apariciones.
Por más que le pese al obispo de Santander, monseñor Arturo Ros, un ejemplar consiliario del Movimiento Scout, no entendemos cómo se empeña en comenzar con tan mal pie si se enfrasca en el tema de Garabandal. Una localidad cántabra cada vez más conocida en todo el mundo y cada vez más visitada. Lo quiera o no el señor obispo, su antecesor y quienes les precedieron, Garabandal se ha convertido en uno de los lugares de peregrinación más visitados de España. Y no será porque las jerarquías alienten ese movimiento. Si hasta se niegan a que se levante una capilla en la que, no tengan duda, los fieles se dedicarán al peligroso ejercicio contrarrevolucionario de rezar. Está claro, no dan permiso porque no se lo han pedido. Si se lo hubieran pedo, ¿se lo daría?
Si don Arturo tiene alguna duda sobre Garabandal que se la pregunte a su mentor en Valencia el cardenal Osoro que seguro le ilustrará bien acerca de esa devoción mariana y, de paso, de las Siervas del Hogar de la Madre de Dios que monseñor Osoro se llevó a que fundaran en la diócesis del Turia, según nos dice nuestro corresponsal de la Comunidad en la Albufera.
Si ustedes quieren saber lo que piensa Jacinta González pueden acceder al vídeo de la presentación del libro con una extensa entrevista de José María Zavala con Jacinta, una de las cuatro niñas a las que, presuntamente, se les apareció la Virgen María en el pueblo cántabro de San Sebastián de Garabandal entre 1961 y 1965: https://www.acdp.es/la-vidente-jacinta-de-garabandal-rompe-sesenta-anos-de-silencio-en-un-libro-de-jose-maria-zavala-senti-la-necesidad/
De lo que publicó El Confidencial sobre Garabandal, sobre el exministro Jorge Fernández, y sobre las Siervas del Hogar de la Madre de Dios, que ya quisieran muchas congregaciones tener las vocaciones que tienen las Siervas, al margen de algunas inexactitudes, vayan ustedes mismos a leer el texto que seguro les dará pistas.
Diego Lanzas