El arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, ha expresado su preocupación ante los rumores de que el Vaticano podría imponer más restricciones a la celebración de la Misa según el Misal Romano de 1962.
Y es que tras la arbitraria y despótica destitución de Joseph Strickland como obispo de Tyler, el arzobispo de San Francisco se ha quedado con la voz de referencia dentro del episcopado en activo en Estados Unidos.
Cordileone, en un artículo publicado en el National Catholic Register, destaca la importancia de esta forma litúrgica tanto en el ámbito espiritual como cultural.
Cordileone comparó la posible restricción de la Misa tradicional con la conmoción global que se produjo cuando la Catedral de Notre Dame de París se incendió en 2019. «El mundo entero se unió para lamentar la pérdida de una gran belleza antigua y sagrada que conmovió corazones y almas incluso más allá de los católicos», escribió.
El 3 de julio, más de 40 personalidades británicas, incluidos católicos y no católicos, firmaron una carta al Papa Francisco pidiéndole que preserve el acceso a la Misa en latín. Entre los firmantes se encuentra la activista de derechos humanos Bianca Jagger, destacando el carácter apolítico y no ideológico de la petición. «La liturgia tradicional es una ‘catedral’ de textos y gestos, que se ha ido desarrollando a lo largo de muchos siglos», afirmaron los firmantes.
Cordileone resaltó que la Misa Vetus Ordo tiene un atractivo inclusivo y que muchos asistentes también participan en la Misa del Vaticano II. «Saben que ser católicos significa que debemos permanecer dentro de la barca de Pedro, por más tempestuosos que sean los mares», explicó. Agregó que la Misa tradicional ha inspirado a numerosos artistas y creadores de belleza, y que su valor trasciende lo religioso al influir en la cultura universal.
El arzobispo estadounidense también mencionó a figuras notables como el compositor Sir James MacMillan y el novelista Julian Fellowes, quienes firmaron la reciente petición. En la década de 1970, artistas como Graham Greene y Jorge Luis Borges también defendieron la preservación de la Misa tradicional.
Cordileone subrayó que la belleza tiene un poder evangelizador único en nuestra época. «La belleza sagrada nos eleva por encima del mundo del tiempo y nos permite vislumbrar aquello que trasciende el tiempo, lo que en última instancia perdura, cuál es nuestro objetivo y nuestro hogar final: la realidad de Dios», afirmó.
Finalmente, el arzobispo expresó su esperanza de que el Vaticano escuche y considere este «grito de corazón» de los artistas y figuras prominentes. «En lugar de dividir el mundo en nombre de la pureza ideológica, es una oportunidad para unir al mundo en pos de la belleza», concluyó el arzobispo Cordileone.