El Vaticano gastó en 2023 más de 370 millones de euros para sostener los Dicasterios, organismos y organizaciones

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En 2023, los ingresos del Fondo del Óbolo de San Pedro, destinado a cubrir las necesidades de la Iglesia universal y a apoyar numerosas iniciativas en favor de los más necesitados, alcanzaron los 52 millones de euros.

De este total, 48,4 millones provinieron de donaciones y 3,6 millones de ingresos financieros derivados de los activos del fondo. Los gastos, por otro lado, ascendieron a 109,4 millones de euros.

Principales fuentes de financiación y donantes

El Fondo se nutre principalmente de tres fuentes: la colecta realizada en las iglesias de todo el mundo durante la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, las donaciones directas enviadas por transferencia bancaria, cheques o a través de la página web utilizando tarjetas de crédito y PayPal, y los legados hereditarios.

Un 31,2% de las donaciones provino de las diócesis, mientras que los donantes privados contribuyeron con un 2,1%. Además, las fundaciones aportaron un 13,9% y las órdenes religiosas un 1,2%. Geográficamente, Estados Unidos se destacó como el principal benefactor, seguido por Italia, Brasil, Alemania, Corea y Francia.

Proyectos financiados y distribución geográfica

De los 103 millones de euros desembolsados por el Óbolo de San Pedro en 2023, 90 millones se destinaron a apoyar las actividades de la Santa Sede en su misión apostólica y 13 millones se dirigieron a proyectos de asistencia directa a los más necesitados. Estos proyectos incluyeron ayuda a familias, diócesis, parroquias e institutos religiosos en dificultades, así como a migrantes, refugiados y comunidades afectadas por la guerra, el hambre y el cambio climático.

En total, se apoyaron 236 proyectos en 76 países, con Europa recibiendo la mayor parte del compromiso económico, seguida de África y América. En Europa, medio millón de euros se destinó a becas para sacerdotes, seminaristas y religiosos de África, América Latina y Asia, mientras que menos de un millón se utilizó en Ucrania para apoyar diversas iniciativas pastorales y sociales.

Comparativa con el año anterior

En 2022, los ingresos del Óbolo de San Pedro fueron significativamente más altos, alcanzando los 107 millones de euros, en gran parte debido a la venta de inmuebles del fondo. Los gastos de ese año ascendieron a 95,5 millones. A pesar de la disminución en los ingresos totales en 2023, las donaciones aumentaron casi 5 millones de euros, pasando de 43,5 millones en 2022 a 48,4 millones en 2023.

El soporte a la misión apostólica del Papa involucró a 68 dicasterios, organismos y organizaciones, con un gasto total de 370,4 millones de euros, de los cuales aproximadamente 90 millones fueron cubiertos por el Óbolo de San Pedro.

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Comentarios
16 comentarios en “El Vaticano gastó en 2023 más de 370 millones de euros para sostener los Dicasterios, organismos y organizaciones
  1. Roguemos al Hijo del Altísimo, el que decidió Rediminirnos ante Su Altísimo Padre, Dios Creador Eterno

    Vivió entre nosotros en este desolado valle de lágrimas, en esta breve prueba nos enseñó como Vivir en los Mandamientos para la Santidad

    como hienas sin Fe nos reímos de nuestro Salvador, y lloraremos cada una de esas risas e insidias propias del que no sabe, lastima que sean también del que no quiere ni saber, no vaya a ser que comprenda y Viva como un Santo aquí

    la caridad nos hace iguales, seamos limpios y caritativos, demos al que necesita, para que el que necesita, caridad mediante, nos enseñe lo que necesitamos

      1. Hombre, déjale que eche la siesta, no se le puede exigir más después de ayer.
        Pero al grano: es evidente de toda evidencia que Bergoglio es plenamente consciente de sus herejías y maniobra no respondiendo a dubbias, echando balones fuera, manipulando, para persistir en sus herejías. No veo otra cosa que herejía formal, formalisima de toda formalidad, antes durante y después de su elección. Y usas los dineros para su promocion

      2. Tampoco es plan de tenerlo explotado todos los días casi que 24 horas al día, es obligado darle sus merecidas descansos, y más si tuvo nocturnidad. Así que espera un poco, ya aparecerá

        1. Me alegro de que, por fin, se haya liberado de aquella llamada de madrugada que le llevó a usted a sufrir un soponcio durante la espera, al no poder terminar de poner su spam. Ya se ha recuperado, ¿no? Eso parece, pues vuelve a sus chorradas de siempre, como si no hubiese sufrido ninguna pataleta.

  2. Hace años, no doy un cobre a la Iglesia. Cuando se cayó mi visión romántica de una Iglesia que recibía donaciones, de padres pobres que mal tenían que comer a una visión muy distinta, dejé de aportar. Estos datos son los gastos con discasterios. Piense en los cardenales y sus pinturas contratadas, sus apartamentos grandes y lujosos, alimentación exquisita. No son todos, pero no son pocos. Y cuando tomé conciencia del hurto de dinero, desviado de todas las instancias eclesiales o los líos con el llamado Banco del Vaticano que no cesan luego de décadas, me pregunté si todo este aparato tan costoso es necesario. La Iglesia es un enorme elefante blanco. Unos tienen mucho; otros viven realmente la pobreza. La plata de los laicos no es para terminar en destinos poco transparentes y excusos. O en compra de miles de inmuebles regados por el orbe. Demasiado: vengan vosotros a mi reino. La Iglesia es un agujero negro chupador de dinero. Para techos solares y cosas ecológicas siempre hay. No más.

    1. Y porque bien que se cuidan de no presentan las facturas de las inacabables y contaminantes tournées aerotransportadas y demás giras transoceánicas de Bergoglio y su escuadrón de periodistas áulicos. Vuelos que nunca cesan, a pesar de no haber contribuido a solucionar ni la más mínima crisis en lugar alguno del mundo, ni la avería siquiera de alguna cisterna de los infinitos aeropuertos…

    2. Le sugiero que se ponga el bozal y deje de difamar contra la Santa Iglesia. Y no atribuya a la Esposa de Cristo las tropelías de gente como Bergoglio y los que cómo el quieren una Iglesia pobre, que son los que se dedican a dilapidar su patrimonio en favor de sus zarandajas ideológicas. Yo dejé de realizar mi aportación al Óbolo de San Pedro hace unos años cuando me di cuenta de la calaña del sujeto argentino y de toda su cuadrilla, pero sigo realizando mis aportaciones a la Iglesia Católica.

  3. A ver si destinan algo del presupuesto a echar un poquito de lechada de cemento entre los bloques de piedra de la Plaza de San Pedro.
    Como vengan a verle los transexuales en estos días de su fiesta y se rompa algun@ un tacón en una de esas grietas, igual se sienten discriminad@s y nos prepara un tostón de encíclica sobre la Iglesia abierta todos.

  4. Se me viene el recuerdo de la festichola del tal Cocopalmiero! Meta Fiesta! No se acuerda de La Misa es una Fiesta! Menos para los Rigidos.

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