Rebeldía absoluta de las monjas de Belorado: ni entregarán las llaves del convento ni acudirán al Tribunal Eclesiástico

Monjas Belorado

Bajo la supervisión de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, las clarisas de Belorado y Orduña han acusado al Arzobispado de Burgos de intentar aplicar el Derecho Canónico para disolver su comunidad religiosa mediante la excomunión y apropiarse de los conventos.

En un ejercicio de delirio y de clara manifestación de querer abandonar la Iglesia católica, han adelantado que no entregarán las llaves ni se presentarán ante el Tribunal Eclesiástico. El barman y falso sacerdote José Ceacero, portavoz de las monjas y miembro de la Pía Unión, ha declarado a EFE que las clarisas ya no reconocen la autoridad del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, y no responderán a los requerimientos emitidos el pasado 6 de junio.

No entregarán las llaves, especialmente bajo un requerimiento canónico, afirmó Ceacero, refiriéndose a la solicitud de entregar una copia de las llaves a Iceta, quien ha sido nombrado comisario pontificio por la Santa Sede. Esta designación otorga a Iceta plenos poderes administrativos, patrimoniales y religiosos sobre la comunidad, según el arzobispado. Ceacero destacó que el Manifiesto Católico y una carta pública fueron los medios mediante los cuales las monjas anunciaron su salida de la Iglesia católica, demostrando así que ya no reconocen la autoridad del arzobispo. Por lo tanto, no se someterán a ella, ya que sería contradictorio.

Resistencia ante el Tribunal Eclesiástico

Las monjas no tienen intención de cumplir con el requerimiento de presentarse ante el Tribunal Eclesiástico para reafirmarse o retractarse de lo que el Código de Derecho Canónico califica como un delito de cisma, lo cual podría llevar a su excomunión. Para Ceacero, Iceta está tratando de imponer el Derecho Canónico sobre el Civil como un medio para quedarse con los monasterios de las monjas, los cuales  -según él- están a nombre de la comunidad religiosa y no de la Iglesia católica aunque ya está demostrado y evidenciado que el representante legal de estos inmuebles es el arzobispo burgalés.

Control de las cuentas del convento

El control de las cuentas del monasterio, que según las monjas les ha sido «usurpado» y que el Arzobispado considera «tutelado», es una de las acciones precedentes a los requerimientos del arzobispo emitidos el 6 de junio. Ceacero ha insistido en que las cuentas están «bloqueadas», impidiendo que las monjas accedan a los fondos, dejándolas «abandonadas a las manos de Dios». Sin embargo, fuentes del Arzobispado aseguran que las monjas pueden solicitar recursos a través de la Federación de Clarisas y que se siguen pagando nóminas y recibos domiciliados.

Las religiosas díscolas acusan a Iceta de «usurpar nuestra representación legal accediendo a la administración de las propiedades y al control de las cuentas bancarias, a las que dejamos de tener acceso el día 4 de junio pasado».

Ceacero anticipa una «larga batalla», en la que se ganarán y perderán enfrentamientos, mientras las monjas han denunciado a Iceta por abuso de poder, usurpación de la representación legal y violación del derecho de libre asociación. Esta denuncia inicia un proceso judicial prolongado, mientras que el proceso canónico tiene plazos más inmediatos: la copia de las llaves debe entregarse este lunes, y las monjas tienen hasta el 16 (las tres que firmaron la denuncia) y el 21 (el resto) para presentarse ante el Tribunal Eclesiástico.

Por ahora, ni Ceacero ni el falso obispo Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión y excomulgado en 2019, tienen intención de abandonar el convento de Belorado, a pesar de haber recibido un burofax del arzobispo exhortándolos a hacerlo: Nosotros obedecemos a las monjas, no al señor Iceta que no representa nada para nosotros, declaró Ceacero.

Hacer de nuevo la primera comunión

Dejando a un lado la batalla judicial entre el arzobispado y los representantes de la Pía Unión, estos han impuesto a las monjas que deben hacer de nuevo la primera comunión y recibir ‘válidamente los sacramentos’. Esto deja de manifiesto el nivel de locura al que han llegado estas religiosas que han sido engatusadas por los siniestros Pablo de Rojas y José Ceacero.

Según cuenta BurgosConecta, deberán recibir la Primera Comunión, la Penitencia y la Confirmación porque estos sacramentos los recibieron en el seno de la Iglesia salida del Concilio Vaticano II que De Rojas y la Pía Unión no reconocen.

Preguntado por BURGOSconecta, De Rojas también ha afirmado que los votos que profesaron un día, de castidad, obediencia y pobreza, «no son válidos, y es por eso que los van a realizar y van a ser elevados a votos solemnes».

De Rojas ha asegurado que «las hermanas tienen que estar unos días de retiro» antes de recibir los sacramentos que la Pía Unión indica que son inválidos y volverán a profesar en la iglesia preconciliar.

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