La iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, la más antigua de la Franja de Gaza, fue destruida por bombardeos israelíes, comunicó el canal de televisión ‘ERT’.
«El edificio de la Iglesia de San Porfirio en el centro de la ciudad de Gaza se derrumbó como resultado de las redadas israelíes», señaló el medio, citando al Ministerio del Interior de la Franja de Gaza.
Según el canal, la iglesia servía como refugio para los desplazados por la escalda del conflicto palestino-israelí. Además, indica que unas 50 personas se encontraban en el edificio de la Iglesia de San Porfirio, la mayoría niños y mujeres. Por el momento, hay al menos dos muertos, entre ellos una niña, y decenas de heridos, mientras que hay graves daños materiales en la iglesia.
Los equipos de rescate trabajan en la zona para rescatar a personas que se encuentran bajo los escombros de la iglesia en la que decenas de familias, tanto cristianas como musulmanas, se refugiaban de los bombardeos, según ha informado la agencia de noticias WAFA.
En un comunicado, el Patriarcado ortodoxo de Jerusalén ha expresado «su más enérgica condena por el ataque aéreo israelí que ha alcanzado el recinto de su iglesia en la ciudad de Gaza».
El Patriarcado subraya que atacar a las iglesias y sus instituciones, junto con los refugios que proporcionan para proteger a ciudadanos inocentes, especialmente niños y mujeres que han perdido sus hogares debido a los ataques aéreos israelíes contra zonas residenciales durante los últimos trece días, constituye un crimen de guerra que no puede ser ignorado.
«A pesar de los evidentes ataques contra las instalaciones y refugios del Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén y otras iglesias –incluyendo la Iglesia Episcopal del Hospital de Jerusalén, otras escuelas e instituciones sociales– el Patriarcado, junto con las otras iglesias, sigue comprometido a cumplir sus obligaciones religiosas y deber moral de brindar asistencia, apoyo y refugio a quienes lo necesitan, en medio de las continuas demandas israelíes de evacuar estas instituciones de civiles y las presiones ejercidas sobre las iglesias a este respecto», denuncian en la nota difundida.
El Patriarcado subraya que no abandonará su deber religioso y humanitario, arraigado en sus valores cristianos, de proporcionar todo lo necesario tanto en tiempos de guerra como de paz.