La polémica de este verano debido a la intervención del santuario de Torreciudad por parte del obispo de Barbastro al nombrar a un rector ajeno a la prelatura ha provocado una desmovilización importante en esta última Jornada de las Familias.
Atendiendo a los datos que proporcionó el propio santuario, el obispo de Barbastro ha desmovilizado al personal y se ha quedado lejos de las cifras que consiguió reunir en Torreciudad el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde. El año pasado, en la 30º Jornada de las Familias, se congregaron cerca de 9.000 personas según los organizadores llegados de toda España. En cambio, en la Jornada de las Familias celebrada este pasado sábado 16 de septiembre, el obispo de Barbastro ha reunido a 6.000 personas. La polémica de este verano y la propia asistencia del obispo que la ocasionó, ha sido en gran medida el factor decisivo que ha provocado este descenso en el número de participantes respecto a la jornada de hace un año.
Absoluta normalidad
Se trataba de la primera vez que Pérez Pueyo pisaba Torreciudad desde el 20 de agosto cuando acudió a celebrar la Virgen de Torreciudad. Ese día, el 20 de agosto, mientras Pérez Pueyo celebraba la festividad de la virgen de Torreciudad, el obispado emitió un decreto declarando inválido el nombramiento de Lasheras como rector del santuario.
El ex rector, Ángel Lasheras, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes, invitándoles al inicio de la jornada «a tener una experiencia particular del amor de María hacia cada uno».
El nuevo rector, José Mairal, fue el encargado de leer el mensaje del nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza. El encargado de proclamar el evangelio fue de nuevo Ángel Lasheras en un claro ejercicio por parte del obispo de repartir juego a ambos en esta fecha tan señalada.
Homilía de Pérez Pueyo
El obispo de Barbastro quiso hacer hincapié en saludar de manera especial a «todos los numerarios, agregados y supernumerarios llegados de toda España que sentís esta como vuestra segunda casa».
Pérez Pueyo defendió en su homilía que «la familia es el valor más seguro» y así se lo hizo repetir a los asistentes. Ángel Pérez Pueyo lamentó el aumento de divorcios y parejas de hecho que no se casan por la Iglesia. «La antropología que subyace al mundo ya no es cristiana. Ya no se sustenta por los valores que nosotros recibimos de nuestros padres», dijo el obispo.
Además, defendió que «si queremos volver a recuperar el atractivo de la familia, tenemos que revertir el orden de la creación y poner a Dios en el corazón y en el centro del mundo». Por otro lado, citando a Benedicto XVI recordó que el individualismo, el hedonismo, el consumismo, el relativismo, el subjetivismo y el secularismo «nos está matando».
El obispo de Barbastro gritó en la homilía que «no vale lo de siempre» y pidió a los presentes un «cambio de chip» que según él consiste en «pasar de una Iglesia bazar de lo sagrado a una Iglesia familia de las familias».
Resto de la celebración
Durante toda la Misa, el obispo estuvo flanqueado por Mairal y Lasheras en un gesto para demostrar unidad entre todas las partes del conflicto. Como dato curioso, el obispo de Barbastro leyó antes del Padrenuestro un poema que nada tenía que ver con la celebración eucarística.
Por último, José Mairal fue el encargado de leer la bendición del Santo Padre a esta jornada. Al terminar de leerlo, el obispo entregó el mensaje al Ángel Lasheras y ambos se fundieron en un abrazo en un gesto por poner punto y final a la disputa personal, pero no al conflicto jurídico que sigue abierto.
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