De “nada cristianas” ha calificado Serguéi Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores, las recientes declaraciones de Francisco denunciando la «crueldad» de los chechenos y buriatos en la campaña militar de Rusia en Ucrania. No contribuyen, añade Lavrov a la solución del conflicto.
La actitud papal frente a la guerra de Ucrania ha desconcertado a muchos observadores, ya que ha logrado el insólito resultado de irritar a todas las partes sucesivamente.
Decidido desde el inicio a ofrecerse como mediador en esta brutal carnicería en territorio europeo, empezó disgustando a ucranianos y sus aliados al tratar de mantener una equidistancia que consideraban ofensiva e ignorante de la realidad. También dejó perplejos a muchos cuando sugirió que Estados Unidos había, de alguna forma, ‘forzado’ a Rusia a atacar a Ucrania.
Quizá como reacción, en los últimos tiempos se ha lanzado a la posición diametralmente opuesta, de una Rusia demoníaca y una beatífica Ucrania. Así, en su reciente entrevista concedida a la revista de los jesuitas estadounidenses, America, aseguró que los ucranianos son «un pueblo martirizado» por la «crueldad rusa», especialmente la de los chechenos.
«Si tienes un pueblo martirizado es porque alguien lo martiriza. Cuando hablo de Ucrania, hablo de la crueldad porque tengo mucha información sobre la crueldad de las tropas que entran al país», explicaba el papa argentino. Y agregaba: «Generalmente los más crueles son los que pertenecen a Rusia pero no son de la tradición rusa, como los chechenos o los buriatos (pueblo étnico siberiano) etcétera. Pero por supuesto el que invade es el Estado ruso».
Ahora, sería una postura perfectamente defendible posicionarse en un conflicto con el bando atacado y más débil y contra su agresor, como también tendría sentido mantenerse al margen de toda atribución de culpas con la finalidad de hallar una solución negociada. Lo que es imposible es tratar de combinar ambas actitudes, que es lo que vemos hacer al Santo Padre. No puede uno ofrecerse como mediador en un conflicto insultando a una de las partes. Soplar y sorber, no puede ser.
Y eso ha sido, en resumen, lo que ha dicho Lavrov. «El Papa Francisco llama a negociar, pero también hizo una declaración incomprensible recientemente, nada cristiana, señalando a dos etnias de la Federación Rusa en una categoría de la que se puede esperar atrocidades durante las acciones militares», dijo en una rueda de prensa el jueves. «Por supuesto, esto no ayuda a la causa y tampoco ayuda a la autoridad de la Santa Sede», recalcó.