Víctima de Zanchetta a la Iglesia: “La Iglesia no nos ayudó”

Víctima de Zanchetta a la Iglesia: “La Iglesia no nos ayudó”

Un exseminarista y víctima del obispo emérito de Orán, Gustavo Zanchetta, condenado por acoso sexual en Argentina, pidió a la Iglesia Católica que no le den la espalda.

ACI Prensa entrevistó este viernes 12 de agosto a G.C., exseminarista de 28 años y una de las víctimas de Zanchetta, luego que el obispo obtuviera el beneficio de prisión domiciliaria en el mes de julio.

El lugar donde se hace efectiva la prisión domiciliaria, según informa el diario El Tribuno, es una casa para sacerdotes jubilados que está en el Monasterio Nuestra Señora del Valle de Nueva Orán, de la Orden de la Inmaculada Concepción – Madres Concepcionistas Franciscanas.

En marzo de este 2022 Zanchetta fue sentenciado a cuatro años y seis meses de prisión efectiva, tras ser hallado culpable de abusos.

“Simplemente eso: que no nos den la espalda. No merecíamos un trato así”, dijo G.C. a ACI Prensa al ser preguntado sobre qué le pide a la Iglesia Católica.

“Ante una situación así, Dios quiera no haya otro caso, pero si en el caso sucede, que no dé la espalda como nos dio a nosotros porque nosotros no nos merecíamos ese trato, primero de una persona que no es grata a la Iglesia, una persona que dañó a los fieles, el pueblo de Dios”, indicó la víctima.

“Y segundo, si tanto se exige en los seminarios las terapias psicológicas, pues yo creo que de esa parte la Iglesia no vio muchas cosas. Se sabía muchas cosas de Zanchetta cuando fue ordenado obispo y yo creo que fue una equivocación, por no decir otra palabra”, lamentó G.C.

Sobre al arresto domiciliario, la víctima de Zanchetta dijo que no le sorprendió la decisión de los jueces tras el pedido de “poder tener una prisión cómoda a su disposición, a la clase que él es. Siempre remarcó el poder que él tiene y por eso está donde está y no en una prisión”.

“Yo siempre digo que si yo hubiese perdido el juicio, estoy seguro de que yo sí, nosotros sí hubiéramos estado en prisión y no en arresto domiciliario”, agregó.

G.C. precisó además que en el caso del obispo Zanchetta “sí se hizo justicia, pero no en la forma en que nosotros esperábamos. Nosotros esperábamos que cumpliera la condena en la cárcel”.

Al ser preguntado si se ha sentido acogido por la Iglesia, la víctima es clara: “No, para nada. Desde que dejó el seminario la Iglesia no se ha hecho cargo de nosotros o nuestra situación. De nada, absolutamente nada”.

“Inclusive yo hablé con el obispo actual que es Luis Antonio Scozzina. Yo hablé con él para que me diera la posibilidad de poder ayudarme con las terapias psicológicas que todavía necesito”, contó G.C.

La víctima dijo luego que el obispo accedió “porque económicamente no estaba bien y mi familia tampoco. Entonces le pedí ayuda a él por este motivo pero no me ayudó”.

“Ni siquiera hubo una charla conmigo después de esto, de preguntar cómo estábamos, si estábamos bien, si necesitábamos algo”, lamentó.

Tras señalar que en este tiempo se ha sentido solo, aunque sí hubo un sacerdote que lo acompañó, G.C. dijo que “esperaba más de la iglesia. Como le dije nos hemos sentido solos en ese sentido. La Iglesia no nos ayudó”.

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