Como respuesta a la reversión de Roe vs Wade por parte del Supremo norteamericano, el ‘devoto católico’ presidente Joe Biden ha firmado una orden ejecutiva para proteger el acceso al aborto.
Es la guerra. El mismo tribunal cuyas sentencias son inapelables y que impuso sobre Estados Unidos el aborto como derecho constitucional o el matrimonio homosexual ha decidido revertir el primero, y la cultura de la muerte, con un católico a su cabeza en Estados Unidos, ha reaccionado con lo que equivale a una ‘insurrección desde arriba’. El presidente está determinado a que no se detenga la carnicería que ha costado unos sesenta millones de vidas con una orden ejecutiva para ‘proteger’ el procedimiento hasta el momento mismo del parto.
En una nota publicada el viernes por la mañana, la Casa Blanca anuncia que ordenará al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS) que proteja y amplíe el acceso al «aborto químico», y al Fiscal General y al Asesor de la Casa Blanca que «convoquen a abogados privados pro bono, asociaciones de abogados y organizaciones de interés público» para proporcionar asesoramiento legal a las mujeres que quieran abortar y a los médicos que cometen abortos.
La declaración de la Casa Blanca también reiteró que inmediatamente después de la decisión de la Corte Suprema, la administración Biden prometió luchar contra cualquier «ataque de un funcionario estatal o local que intente interferir con las mujeres que ejercen este derecho».