El cardenal Reinhard Marx se pronunció a favor de abrir el diaconado a las mujeres. “Creo que ha llegado el momento en que debe y debería estar abierto a hombres y mujeres”, dijo el arzobispo de Munich y Freising el sábado 2 de julio en un servicio en el Liebfrauendom de Munich.
«Necesitamos un nuevo enfoque», dijo el cardenal Marx; En general, el diaconado es “un oficio que pretende hacer visible de manera especial la conexión entre la oración y el compromiso por los pobres, y espero mucho que podamos encontrar la manera de darle un perfil aún mejor a este oficio”. Todavía queda mucho trabajo por hacer «teológica y prácticamente». «Estoy convencido de que esta renovación puede ser un gran regalo para la iglesia».
El arzobispo habló en un servicio con motivo del 150 cumpleaños de Ellen Ammann, una figura formativa en el movimiento de mujeres católicas.
Ya en 1917, Ellen Ammann se había puesto en contacto con el arzobispo Michael Faulhaber y le pidió que ordenara a un grupo de mujeres como diáconos. “Que la gran mujer Ellen Ammann nos acompañe en este camino”, dijo el cardenal Marx: “No solo para tratar los problemas de las mujeres, los problemas de las mujeres son siempre problemas humanos: ¿Qué podemos hacer por las personas para que tengan esperanza? Y rezaremos, y haré lo mejor que pueda, para que podamos hacer lo mismo con una bendita Ellen Ammann».
El cardenal Marx dijo que Ellen Ammann siempre se preguntó cómo podría resolver problemas concretos a la luz del evangelio: “Oración y vida, nunca hubo separación para ella. Ellen Ammann es, por lo tanto, también una figura importante que nos ayuda a reconocer la imagen bíblica de Dios”, afirmó Marx.
Esto es “muy importante para el camino hacia el futuro. Porque este Dios siempre tiene algo que ver con las personas, no puede estar separado de las necesidades de las personas, de la pobreza, de la enfermedad, del pecado, de la pérdida.” La imagen bíblica de Dios debe “hacerse visible en la vida real de la iglesia comprometida a los pobres, a los enfermos y a los que sufren”. Ellen Ammann «siguió este camino», subrayó el arzobispo.
¿Habrá reacción de Roma ante estas declaraciones?
A pesar de ser un debate cerrado en el seno de la Iglesia Católica, el empeño de algunos por cambiar el Magisterio no cesa. El purpurado alemán es uno de los pesos pesados dentro de la curia vaticana. Por ello, resulta llamativo que quien debe ser garante del depósito de la fe se dedique a crear confusión.
Como ya escribimos hace algunas semanas, llama la atención la rección inmediata por apartar al obispo de Arecibo, acusado de «falta de comunión con el resto de obispos de Puerto Rico» o la intervención de la diócesis francesa de Toulón.
Tanto Monseñor Daniel Fernández, obispo destituido de Arecibo, como Dominique Rey, obispo de Toulón, son poco sospechosos de ir contra la doctrina y el Magisterio de la Iglesia, más bien, todo lo contrario. Gozan de fama de buena fama entre sus fieles.
¿Cuándo se tomará algún tipo de medida contra aquellos sacerdotes, obispos y cardenales empeñados en contradecir el Catecismo?
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