Cardenal Hollerich, sobre el sínodo: “No tendría nada en contra del diaconado femenino”

Cardenal Hoollerich diaconado femenino

El obispo jefe del epìscopado de la Unión Europea, cardenal Jean-Claude Hollerich, nombrado por el Papa relator del sínodo sobre la sinodalidad, no es contrario a las reformas radicales, pero sí de establecerlas sobre una base estable para preservar la unidad.

No tendría nada en contra [de la ordenación de diaconisas], ha declarado el cardenal Hollerich en una entrevista concedida a la revista alemana Herder Korrespondenz y publicada por CNA Deutsch. Pero las reformas necesitan una base estable. Si el Papa ahora simplemente permitiera viri probati y diaconisas, el peligro de cisma sería grande. De hecho, el Santo Padre defraudó al ala más progresista del comentariado católico con su exhortación postsinodal Querida Amazonia, en la que aguó las reformas de este tipo contenido en el documento final del Sínodo de la Amazonia.

Después de todo, no se trata solo de la situación alemana, donde quizás solo una pequeña parte se separaría, insiste Hollerich. En África o en países como Francia, muchos obispos posiblemente no estarían de acuerdo.

Hollerich sostiene que es frecuente interpretar mal al Santo Padre al pretender encasillarle bajo una etiqueta política en las guerras intraeclesiales. El Papa no tiene nada en contra de los conservadores si aprenden de la vida, asegura. De la misma manera, no tiene nada en contra de los reformadores si tienen en cuenta a toda la Iglesia. Y al Papa no le gustan las luchas internas en la Iglesia.

A veces tengo la impresión de que los obispos alemanes no comprenden al Papa. El Papa no es liberal, es radical. De la radicalidad del Evangelio viene el cambio.

Esa fijación por el cambio, sin explicitar mucho más, es precisamente lo que lleva a muchos fieles a considerarle ‘progresista’. Ayer mismo le oíamos en el Ángelus de San Pedro insistiendo en la necesidad de esta apertura al cambio continuo diciendo que debemos dejar de encastillarnos en nuestras posiciones. El Señor siempre nos sorprende. Tal vez no sea extraño que algunos fieles se pregunten si entre esas posiciones fijas entran los dogmas de la fe, o que otros encuentren muy poco sorprendente a este Dios de las sorpresas que resulta más bien predecible en la interpretación pontificia.

En cualquier caso, tenemos que llevar a la mayor cantidad de personas posible al camino, señala Hollerich. Y entonces no se trata de que los ministros pastorales se conviertan en clérigos de segunda clase. No debe haber un clero ordenado y uno no ordenado, pero el clericalismo debe ser destruido. Entre los sacerdotes, pero también entre los laicos.

Sí, sí: menos clericalismo y más sinodalidad. Pero desde aquí vemos más clericalismo -más decisiones emanadas del alto clero, sobre todo de la Curia romana- que nunca, y mucho menos sinodalidad real.

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