El pueblo de Topares se enfrenta a la diócesis de Almería a causa de unos salones

El pueblo de Topares se enfrenta a la diócesis de Almería a causa de unos salones

Topares, una pedanía de menos de 300 habitantes perteneciente al municipio de Vélez-Blanco al norte de la provincia de Almería, ha declarado la guerra al obispado de Almería, que no gana para disgustos.

En esta ocasión, el obispo de Almería ha delegado el puesto de mando en su vicario general, Ignacio López Román. La polémica viene provocada por unos salones parroquiales pertenecientes a la iglesia Nuestra Señora de las Nieves de Topares. Dicho salón lleva siendo gestionado por los vecinos, en concreto por la Hermandad de Ánimas, desde mediados del siglo pasado. Ahora el obispado reclama que se le devuelva la propiedad.

El vicario general de la diócesis de Almería, ha informado a través de un comunicado que “cuando tuvo conocimiento de la existencia de unos locales en la pedanía de Topares (Vélez Blanco) que pertenecen a la Parroquia pero que están siendo administrados por una hermandad la cual los alquila a otras personas sin la aprobación expresa del Obispado, propietario de dichos inmuebles, me puse manos a la obra para intentar solucionar esta situación”.

El obispado aporta como prueba que “estos locales siempre han pertenecido al Obispado, algo que nunca se había discutido en el pueblo hasta este pasado verano, ya que la propiedad aparece en el Catastro, al menos, desde 1993. Mucho antes de la reforma del Reglamento Hipotecario (Real Decreto 1867/1998, de 4 de septiembre), ley que permitió las famosas inmatriculaciones hasta el año 2015. Por tanto, el Registro de la Propiedad, a día de hoy, reconoce al Obispado de Almería como propietario de dichos salones y por tanto administrador de los mismos”. López Román asegura que “nadie pone en duda la participación y colaboración de todos los vecinos de Topares en dichas edificaciones”.

El vicario asegura que “desde hace varios años, estos locales están siendo usados unilateralmente por una hermandad, la cual aprovecha estos locales a su libre arbitrio y los alquila estableciendo contratos con una contrapartida económica y esto es una situación anómala”. Además, el vicario carga contra la hermandad al asegurar que “no tiene entidad jurídica reconocida ni en este Obispado ni fuera de él, ya que carece de unos Estatutos actualizados, al menos, desde el siglo XIX”.

Tras el burofax enviado el pasado mes de julio y al no obtener respuesta, fue cuando el obispado decidió actuar e interpuso una denuncia. En el comunicado del obispado, el vicario no duda en afirmar que “con el máximo respeto a la justicia y no queriendo ser imprudente” cree que el juez dará la razón al obispado en este caso.

Para poner solución a este conflicto, el obispado pide “reconocer que los inmuebles en cuestión son propiedad del Obispado”, “que la llamada Hermandad de Ánimas se constituya en una hermandad formalmente, con entidad canónica y jurídica” y “llegar a un acuerdo entre la Parroquia, el Obispado y la hermandad para que ésta, legítimamente constituida, pueda seguir gestionando los locales y estos sigan dando un buen servicio al pueblo”.

El Vicario convoca una nueva reunión con la Hermandad

Esta situación ha provocado que el pueblo casi entero haya decidido plantar cara al obispado y al propio párroco Topares. Muchos de los vecinos, como señal de protesta, acuden a misa a otras localidades limítrofes. El presidente de la Hermandad, insiste en que van a demostrar que dichos locales en disputa son del pueblo porque los ha construido el pueblo y porque desde el año 1958 los está usando y gestionando el pueblo sin que en ningún momento nadie se haya interesado por ellos, hasta que se han enterado de que se los ha matriculado el Obispado sin previo aviso.

Por último, el obispado insiste en resolver el conflicto mediante el diálogo. Para ello, han convocado para este viernes, una nueva convocatoria, para “que los implicados en el conflicto nos sentemos a hablar y podamos llegar a un entendimiento”, y retirar la denuncia interpuesta en el Juzgado civil. “Creemos que es el modo en el que como cristianos hemos de resolver nuestras diferencias y así estamos dispuestos a hacerlo”, concluye la nota del obispado.

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