La Universidad Francisco de Vitoria investirá doctores honoris causa a Kiko Argüello y al rabino David Shlomo Rosen por “poner en valor” el diálogo judío y cristiano, dice la propia universidad.
El acto, que se celebrará el próximo 25 de octubre, “pretende poner en valor el encuentro que se ha dado entre dos personalidades, judío y cristiano, que han creído en este diálogo y han puesto su amistad al servicio del bien y la belleza”.
“Ambos han sido protagonistas contemporáneos en los importantes avances de los últimos tiempos en el diálogo judío-cristiano, como bien muestra la sinfonía “El sufrimiento de los inocentes”, compuesta por el propio Argüello para rendir un emocionante homenaje a los inocentes de la Shoah, e interpretada en 2012 en el Avery Fisher Hall de Nueva York ante los principales representantes de la comunidad judía internacional”, dicen desde la universidad fundada por los Legionarios de Cristo.
Kiko Argüello es el iniciador, junto a Carmen Hernández ―fallecida en julio de 2016― del llamado Camino Neocatecumenal, fundado en 1964.
En la actualidad, los ‘Kikos’, como se les conoce coloquialmente, cuentan con más de 21.000 comunidades y más de un millón de miembros presentes en 135 naciones de los cinco continentes.
En 1993 Juan Pablo II le nombró consultor del Pontificio Consejo para los Laicos, y le confirmó durante el resto de su pontificado. Lo mismo hicieron los pontífices Benedicto XVI y Francisco, este último en 2014.
A esto se une su nombramiento como consultor del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en 2011 y auditor de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en 2012.
El otro investido, el rabino David Rosen, es el actual director internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano, siendo uno de los líderes judíos más destacados en esta materia.
Fue Gran Rabino de Irlanda y Rabino Mayor de la mayor congregación judía ortodoxa de Sudáfrica. En noviembre de 2005, el Papa Benedicto XVI le nombró Caballero de la Orden de San Gregorio Magno por su contribución a la promoción de la reconciliación entre católicos y judíos.