El Papa Francisco y la Iglesia Católica no ganarían hoy un concurso de popularidad en Alemania, precisamente: según recientes encuestas, la confianza en uno y otra están bajo mínimos, por debajo de las comunidades judías o la iglesia luterana.
Solo el 15% de los alemanes dice confiar en la Iglesia Católica, frente al 44% que confiesan tener confianza en las comunidades judías que agrupan en el país las distintas variantes del judaísmo. Todo un récord. Solo el Islam está por debajo, en el penúltimo puesto de confianza.
Francisco no puntúa mucho mejor, aunque sí un poco: si la Iglesia ocupa el lugar 23 de las instituciones con respecto a la confianza del público en ellas, de un total de 26, Su Santidad ha caído al puesto 19, más o menos al nivel de la patronal alemana.
Vistos los datos, da la sensación de que el famoso ‘camino sinodal’ emprendido por el episcopado alemán es, más que la consecuencia de un diálogo teológico interno, la reacción desesperada de una corporación para no perder del todo su base de clientes.