Un obispo alemán defiende la moral sexual de la Iglesia

Un obispo alemán defiende la moral sexual de la Iglesia

(Il Timone)- Incluso en tiempos de pandemia por el Covid-19, el camino sinodal emprendido por la Conferencia Episcopal alemana sigue adelante, aunque con alguna modificación respecto a lo previsto: la segunda asamblea plenaria, fijada para principios de septiembre en Frankfurt, ha tenido lugar en distintas ciudades de Alemania a fin de permitir que los 230 delegados participaran masivamente, respetando las normas actuales vigentes.

Tras una mañana dedicada a hablar sobre la incidencia del coronavirus en la Iglesia y el camino sinodal, los trabajos se han centrado en los temas en discusión en los cuatro foros, que abordan las cuestiones siguientes: los poderes en la Iglesia, el sacerdocio, las mujeres y la moral sexual.

Como ya tuvimos ocasión de observar después de la primera asamblea plenaria, que tuvo lugar entre finales de enero y principios de febrero de este año, las voces que reclaman una «apertura» sobre estos temas son múltiples y tienen mucho peso gracias al apoyo que reciben de los medios de comunicación dominantes.

No obstante, también hay voces disidentes que demuestran su valentía al ir contracorriente y que sufren por ser minoría, a pesar de lo cual se elevan para reclamar fidelidad a la Sagrada Escritura y a la enseñanza de siempre de la Iglesia.

Las palabras de monseñor Oster

Entre estas voces está la del obispo de Passau (Baviera), monseñor Stefan Oster, presente en el foro sobre moral sexual «Vivir en relaciones que funcionan. Vivir el amor en la sexualidad y en la relación». Entrevistado por Tagespost, el joven prelado salesiano ha recorrido los trabajos realizados en ese foro, y que durante la tarde ha visto una «petición de apertura muy firme por parte de un joven católico que es homosexual y que vive en pareja» y que ha relatado el sufrimiento que ha vivido dentro de la Iglesia. Para Oster, la discusión que ha surgido después «ha estado muy influenciada» por este testimonio, y «la gran mayoría» de los participantes «ha opinado que debemos desarrollar ulteriormente la moral sexual».

En cualquier caso, prosigue el prelado, «desde mi punto de vista se ha hecho referencia, justamente, a Juan Pablo II y su teología del cuerpo, que para mí es un desarrollo ulterior de la moral sexual, pero también una profundización en armonía con la tradición». Según Oster, el problema está, precisamente, en este último aspecto: muchos, dentro de la Iglesia, desearían «ir más allá», ver «lo que llaman un avance ulterior de esta posición católica». Y desearían hacerlo a la luz de las aportaciones de las ciencias humanas, que hablan de una polivalencia del amor humano. Lo que es innegable; sin embargo, no hay que olvidar que, en relación a la moral sexual, «en el centro de la enseñanza de la Iglesia están la apertura a la vida y la relación de amor con el cónyuge, el bienestar recíproco de los cónyuges»: el placer, la construcción de la identidad, etc., son elementos, de algún modo, secundarios. Asimismo, es verdad que no siempre los resultados de la sexualidad son positivos.

A la luz de todo esto, «desde el punto de vista de la enseñanza de la Iglesia», prosigue Oster, «podemos decir: todas las dimensiones positivas son efectivamente buenas e importantes, pero la fe afirma que una persona que madura en la fe integra en sí misma todas las dimensiones y no quiere, y no debería, vivirlas aisladas unas de otras. Y esta imagen humana de la existencia redimida, o madura, obviamente no la da las ciencias humanas. El camino de fe tiene como fin hacernos más maduros, más sanos y, en definitiva, más santos».

En resumen: para Oster, profundizar y ampliar aún más la enseñanza de Juan Pablo II «consiste, sobre todo, en una mirada más honda a la luz del llamado personalismo, una corriente filosófica que se refiere a la persona como ser relacional y, por tanto, aborda también la ética relacional». Todo ello manteniendo como punto firme que «la enseñanza existente pertenece tan profundamente a la revelación de Dios sobre la existencia humana que […] no podemos cambiarla o «desarrollarla» solos, como muchos desean».

Publicado por Giulia Tanei en  Il Timone.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando