C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien y Billy Graham dialogan sobre la Eucaristía en ¿Símbolo o sustancia?

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En ¿Símbolo o sustancia?, el conocido filósofo norteamericano Peter Kreeft arma una conversación entre tres de las grandes figuras del cristianismo reciente: C.S. Lewis (anglicano), J.R.R. Tolkien (católico) y Billy Graham (protestante). El debate nunca se produjo en la realidad, pero tan imponente es la erudición de Kreeft y tan denodado el estudio previo a la redacción de la obra, que lo parece. Su Lewis argumenta como argumentaría el Lewis real (con idéntica exquisitez lógica), su Graham diserta como disertaría el Graham real (con igual pasión) y su Tolkien habla como hablaría el Tolkien real (con esa honestidad cáustica con que a veces ha de manifestarse la caridad).

La conversación transcurre en una de las estancias de la casa de Tolkien en Oxford. Allí, durante una tarde que se prolonga más de lo esperado, los tres protagonistas enfrentan sus convicciones sobre la Eucaristía: ¿está Cristo realmente presente en ella? ¿O no es más que un muy expresivo símbolo? ¿Acaso es la transubstanciación una entelequia? Sin embargo, durante el diálogo – precisamente porque es un diálogo vivo – aparecen otros muchos temas: fe y obras, Biblia y tradición, papado y autoridad, etc. Es la verdad sobre todos ellos lo que buscan conjuntamente los tres contendientes.

¿Símbolo o sustancia? es, pues, estrictamente platónico no sólo en su forma, sino también en su contenido: los protagonistas no dialogan para lucirse ante el lector o derrotar al oponente. Al contrario, éstos no son sino simples efectos, casi molestos, de la búsqueda comunitaria de la verdad. Es a ese fin – al de la verdad – al que están orientados todos los silogismos de Lewis, todas las diatribas de Graham y todas las causticidades de Tolkien.

Una majestuosa contribución al verdadero ecumenismo

Los protagonistas están alentados también por un impulso ecuménico: desean superar sus diferencias y formar parte todos de una sola familia, de una familia bien avenida. Pero esa unión que anhelan no se puede alcanzar a cualquier precio. La línea roja es la verdad. Tolkien, Lewis y Graham no pretenden unirse de cualquier manera, sino en torno al calor de la verdad, como exploradores que se congregan en torno al fuego en una noche gélida.

En el esfuerzo ecuménico, convienen los protagonistas, caben dos posibles errores. El primero radica en exagerar las diferencias entre las diversas confesiones hasta el punto de tornar vana cualquier esperanza de unión. Lewis replica esto a quienes incurren en él:

«Por eso es tan importante que no olvidemos nunca que todos tenemos una misión común de nuestro común Comandante en Jefe. Sus palabras no son sólo buenos consejos para una vida feliz, o verdades abstractas para satisfacer nuestra curiosidad filosófica, sino que son órdenes de marchar a vida o muerte».

El segundo error estriba en obviar las diferencias, en restarles importancia. A los que lo cometen también les puede decir algo el C.S. Lewis recreado por Kreeft:

«Hay una segunda cuestión que considero igual de necesaria: no podemos olvidar nuestras diferencias a pesar de que estas sean mucho menos importantes que nuestras coincidencias».

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La cuestión más importante

C.S. Lewis, Tolkien y Graham coinciden en señalar la Eucaristía como principal desacuerdo entre católicos y protestantes. Ante esa cuestión, todas las otras discrepancias palidecen. Si los católicos tienen razón y Cristo está realmente presente en la Eucaristía, los protestantes se pierden la unión más total, íntima y perfecta con Él de la que el hombre puede gozar en este mundo. Si, por el contrario, tienen razón los protestantes y el pan y el vino son sólo símbolos que apuntan a Cristo, los católicos se tornan en idólatras que rinden al pan y al vino un culto que debería estar reservado a Dios.

Según Graham, su opinión es más fiel a la literalidad de los textos bíblicos; según Lewis y Tolkien, lo es la suya.

GRAHAM: Bien, comprendo que creas en ello, pero yo no. Sé que forma parte de tu tradición, pero es una tradición fuera de la Biblia.

LEWIS: No, no creo que eso sea verdad. Viene de la Biblia. Él no dijo: “Esto simboliza mi cuerpo” y “esto simboliza mi sangre”. Él dijo: “Este es mi cuerpo” y “esta es mi sangre”. No está fuera de la Biblia; está dentro de ella. Creo que es tu postura la que está fuera de la Biblia. Eres tú el que hace añadidos a sus palabras. Añades la palabra “simboliza”.

Amistad… y polémica

La conversación discurre en buenos términos. Hay preguntas, réplicas y contrarréplicas, pero el respeto mutuo permanece intacto. Quizá eso se deba a que Lewis, Tolkien y Graham conocen algo que el soberbio ignora: cualquiera, incluso ése al que uno cree irremediablemente equivocado, puede descubrirnos la verdad que buscamos.

 El lector no se encontrará, sin embargo, con ese tipo de conversación almibarada que fascinaría a cualquier político centrista. Está en juego – no es necesario repetirlo – la verdad, una de esas pocas cosas por las que merece la pena desenvainar una espada. Es por eso que el diálogo alcanza por momentos una tensión palpitante, una agresividad que deleitará a los amantes de la polémica. 

Tolkien: De hecho, sospecho casi tanto como Guy de tu “mero cristianismo”, Jack. Es una abstracción. La Iglesia es algo concreto, existe desde hace casi dos mil años y Cristo es su fundador. Si esto es verdad, entonces no empezamos en ningún vestíbulo común al que llamas “mero cristianismo”, como si fuera un punto de inicio neutral. El punto de inicio es la Iglesia fundada por Cristo. Tu “mero cristianismo” presupone la Reforma, la división en pedazos de una túnica sin costuras. No somos iguales. Nosotros venimos primero. Vosotros sois los rebeldes. La rompisteis en pedazos, como ramas de un árbol. Habéis roto la túnica sin costuras y ahora jugáis a los dados para repartiros los trozos.

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Comentarios
20 comentarios en “C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien y Billy Graham dialogan sobre la Eucaristía en ¿Símbolo o sustancia?
  1. Pues diríamos como San Pablo ; Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe. Todos ésos portentosos milagros fueron necesarios para el milagro final, el de la Transustanciación.
    Ya que todo lleva su orden, tenía que acostumbrarlos a ver poco a poco sus milagros,,,,si aún hoy
    ! Sorprendentemente lo negamos!
    Qué sería entonces, viéndolo solo y al principio como humano.
    Gracias a Dios que se queda con nosotros,,, hasta el fin del mundo.

  2. Espero que al final lleguen a la conclusión de que la Verdad es la Transubstanciación. Si es así, estará bien empleado el precio por el libro y les vendrá bien leerlo y sacar la misma conclusión a los protestantes, evangélicos, bautistas…
    A los que ya creemos, no nos vendrá mal leerlo. Al contrario, siendo tres de los grandes.

  3. A mi parecer, el problema principal que tienen los protestantes es el mismo dogma de la Encarnación y tanto la Eucaristía como todo el sistema sacramental y su concepto de la Iglesia se deriva de su acogida reducida de este dogma, lamada por el gran San Juan Enrique Newman como «la idea conducente del cristianismo» de la que se deriva también el dogma de la redención. Hay una gran unidad y coherencia entre todos los dogmas de la Iglesia. Ellos profesan el Credo de Nicea y Constantinopla, pero no aceptan las consecuencias de la profesión de la fe en Jesucristo Hijo de Dios hecho hombre, porque no aceptan la verdadera doctrina sobre la naturaleza de la Iglesia, como «sacramento universal de la salvación» en palabras del Vaticano II, profundizando en lo que significa sacramento. De ahí no aceptan la verdadera doctrina sobre la Eucaristía, pues aunque aceptan el baustismo, pero tampoco tienen un concepto correcto del mismo, pues Lutero consideraba que el bautismo es testimonio de la fe fi

    1. fiducial. Rechazan también el sacramento del Orden y el resto de los sacramentos. Además, hay entre los Padres de la Iglesia una unanimidad impresionante tanto sobre lo que llamamos la transubstanciación que ellos llamaban «metamorphosis» igual a transformación, como el sacrificio de la misa, cosa negada por los protestantes.
      Además, si vamos al discurso del Pan de Vida en Juan 6, vemos que los oyentes de Jesús de ninguna manera entendían lo que decía como simbólica, sino real.

  4. ¡ Qué vacío estaría el mundo sin la presencia real de Jesucristo en la eucaristía ! Una presencia nunca debidamente afirmada por quien nunca se arrodilla ante ella, quizás, o sin quizás, porque no cree.

  5. La Transubstanciación es real (quien quiera ver datos científicos que lo corroboran vea lo que dice el ex-ateo Dr. Castañon).

    Por otro lado de muchos protestantes también podemos admirar y tomar como ejemplo su gran fé, de la que en casa a veces vamos escasos.

  6. Un momento muy pero que muy adecuado para este libro. ¡Bien por traernoslo precisamente ahora!
    Si la Eucaristía fuera un símbolo, también el sacerdocio católico lo sería.
    Pero sabemos que Jesucristo es el verdadero Pan del Cielo y los sacerdotes católicos son hombres que se comprometen de por vida con Él.
    El aspecto esponsal es ineludible.

  7. El tema es interesantísimo, sin duda. Habrá que ver la ejecución. Incluso es dudoso que lo que nos une sea tanto más importante que lo que nos separa, al menos, habría que explicarlo bien. Podríamos decir que ambas cosas son igualmente importantes. De hecho, negar un solo dogma de fe es negarlos todos, porque se está negando la autoridad de la Revelación divina, sobre la que todos los dogmas descansan.

  8. Alguna vez he comentado, que dialogo y comparto ideas con toda persona, Sacerdotes, de otra Religión, Laicos, Ateos, Pecadores empedernidos de toda índole; me aprecien ó no, y por sobre todo ESCUCHO; pero llegado el momento, sin encubrimientos, ni medias tintas, con respeto y amor expongo la Verdad de Jesús Dios, de Su Revelación, con que fuí creado, corregido y criado…; y llega un momento, al ser rechazados (nos lo dice Nuestro Señor), debemos sacudirnos los pies en señal de protesta, he irnos a otra ciudad (y, agrego yo, sólo podemos continuar rezando, hasta nuevo aviso, y retorno al diálogo catequístico).

  9. Cito en particular, los diálogos «con jóvenes en su noviazgo, donde los modernistas, para que no huyan, les permiten libertad sexual, porque se aman»; así podría citar muchas situaciones irregulares de la nueva doctrina de la nueva libertina Iglesia, de hace añares…los más recientes diálogos con activos homosexuales orgullosos lgtb y con pareja, quienes están felices por la libertad otorgada por la nueva Iglesia; y ellos/as son propagandistas libertinos de la falsa doctrina que los Sacerdotes les transmiten.

  10. Hoy, la nueva teología, nos presenta a Jesús N.S., como que sólo fue MISERICORDIOSO al morir en la Cruz como Manso y Dulce Corderito, y eso es una gran MENTIRA. Jesús N.S., en Su vida terrenal, desarrolló en su totalidad una perfecta OBRA de Justicia y Misericordia, obedeciendo y reflejando a nuestro Padre Dios; también nosotros, como servidores encarnados de Cristo, debemos en nuestra vida terrena desarrollar a ejemplo de Jesús una MISION TERRENAL; y, si es Voluntad de Nuestro Padre, llegado el martirial momento, nosotros también al entregar nuestra y Su Vida, deberemos decir de corazón en Su Espíritu: «Padre, Perdónalos porque no saben lo que hacen»…mientras tanto debemos enseñar Su VERDAD con Justo, ardiente, y tenaz Amor y sacudirnos los pies de toda inmundicia de pecado.

  11. ■el soberbio ignora: 《《cualquiera, incluso ése al que uno cree irremediablemente equivocado, puede descubrirnos la verdad que buscamos.》》ésta es una mayúscula Verdad, experimentada personal y Providencialmente muchísimas veces en el campo laboral; y también, en lo espiritual, donde alguien pecador fuera de foco y hasta de contexto, transmite una inmutable Verdad, y transparenta la irrefutable Presencia de Dios. Esto indica y comprueba que Dios Uno y Trino está en todo y en todos, y se manifiesta donde Él desea; PERO, de ninguna manera, queda excluida persona alguna sobre la tierra, de recibir el mensaje de CONVERSIÓN Salvación y Redención en JESUCRISTO; ni de tener por esta Presencia Divina la Salvación ASEGURADA, por más impecable ó pecador que sea.
    La nueva Iglesia, anti-Misión/Salvación, hoy vive una falsa Salvación, arguyendo la inmanente presencia Divina.

  12. Nosotros, no podemos ni debemos ser meros espectadores neutrales y acomodaticios a la mundanidad, no; sinó verdaderos sembradores de la verdad de CRISTO ENCARNADO, y presente en el SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR.

    1. Aclaro que; el primero de los comentarios, no fue aceptado por la red infov, y es correlativo con los siguientes enviados.

      ¡Jesús los bendiga por María Santísima!
      Gracias.

      1. Todo muy bien . Pero usted es también un pecador no?.Al final, después,de todos sus argumentos,de sacudirse todos los pecados,es usted pecador?,necesita ser salvado?.

  13. «… no son de los nuestros, pero no estan contra nosotros «.

    También, «… Este es el profeta mas grande nacido de mujer, pero el mas pequeño en el Reino de los Cielos es superior a el «.
    El cielo no es barato, ciertamente.

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