El ‘lobby gay’ intenta silenciar a un homosexual católico que defiende la enseñanza de la Iglesia

El Observatorio contra la Homofobia pide la «suspensión inmediata» de una charla de Philippe Ariño, ex activista gay que ha denunciado que «los militantes homosexuales que se presentan como defensores del ´amor´, de la ´tolerancia´ y de la ´libertad´ suelen ser cien veces más violentos que sus adversarios».

El «lobby gay» intenta acallar la voz de Philippe Ariño, autor del libro «La homosexualidad en verdad» que ha manifestado públicamente que es homosexual y católico y que defiende que se puede ser feliz viviendo las enseñanzas de la Iglesia sobre moral sexual.

El presidente del Observatorio contra la Homofobia (OCH) y portavoz del Front d’Alliberament Gay de Catalunya (FAGC), Eugeni Rodríguez, ha exigido que el Arzobispado de Barcelona suspenda una charla en la que participará este escritor y que tendrá lugar el próximo sábado 11 de febrero en la parroquia de Santa Anna.

El presidente del Observatorio contra la Homofobia pide la «la suspensión inmediata» de la charla e incluso que el Arzobispado «pida disculpas» y afirma que se trata de un «ataque al contenido de la Ley 11/2014 que obliga que todas las instituciones de Cataluña a no discriminar a las personas LGTBI».

La voz de Ariño resulta incómoda para el lobby gay, ya que se trata de un ex activista gay que ha denunciado que «los militantes homosexuales -los gays y los gay friendly-, que se presentan como defensores del ´amor´, de la ´tolerancia´ y de la ´libertad´ suelen ser cien veces más violentos que sus adversarios».

Ariño también se ha atrevido a afirmar que es muy feliz desde que no practica la homosexualidad y se ha mostrado orgulloso de haber elegido vivir la continencia y entregar su homosexualidad a Jesucristo y a su Iglesia.

No es la primera vez que Ariño se enfrenta al rechazo de los grupos de presión LGTB. En una entrevista concedida a Tempi.it señalaba que los activistas LGTB le habían puesto en su lista negra y que había recibido amenazas, además de ser acusado de «homofobia».

«Los activistas te aplauden cuando hablas, pero eres mirado sólo por tu sexualidad, como si fueras un animal o un individuo de serie B que tiene que tener derechos especiales (…) En la Iglesia, en cambio, he encontrado por primera vez a alguien que me ha acogido como persona, teniendo en cuenta todo lo que es Philippe», afirmaba en la entrevista publicada por Tempi.it.

El delegado de Juventud del Arzobispado de Barcelona y organizador del acto, Bruno Berchez, ha defendido en declaraciones a Efe la invitación a Philippe Ariño porque «él viene a explicar su historia, no dice qué se ha de hacer o no y dice cosas interesantes porque no es un discurso típico».

«Sé que para muchos jóvenes este tema es difícil y queremos hablar. Ariño es homosexual y se le tiene que escuchar. Que no quiera tener pareja es su opción personal y no ataca a nadie. Puedes estar en contra o a favor, pero lo importante es que se pueda hablar», ha añadido Berchez.

En una entrevista publicada por La Gaceta en el año 2013, Philippe Ariño aseguraba que hasta el momento no había encontrado uniones homosexuales sólidas y satisfactorias a largo plazo y calificaba el camino católico de «liberador». A continuación, ofrecemos un extracto de la entrevista:

En enero de 2012 decidió vivir en una entrega total a Dios. ¿Qué motivó su decisión?

Todo está muy claro: no estoy convencido de que la pareja homosexual sea lo mejor que le puede ocurrir a uno que se siente homosexual de forma duradera. A día de hoy, no me he topado con uniones homosexuales que de verdad sean sólidas, resplandecientes y satisfactorias a largo plazo. Por eso he elegido vivir la continencia, es decir, entregar mi homosexualidad a Jesucristo y a su Iglesia.

En concreto, ¿qué significa?

Significa que he abandonado definitivamente el ligoteo, la masturbación y la pornografía, porque me dí cuenta de que estaba prisionero y triste cuando me obligaba a mí mismo a soñar y a experimentar el amor homosexual.

¿Qué lecciones saca?

He entendido que, en amor, es difícil servir a dos amos: el Dios Jesús encarnado en la Iglesia y en la diferencia entre los sexos y, por otra parte, el amor que disuelve la diferencia entere los sexos, es decir, el amor homosexual.

Por lo tanto…

…he elegido la Iglesia que nunca me decepciona.

¿Qué le permite la continencia?

Es una opción libre, entera, emancipadora y concreta, que reconoce mi homosexualidad pero sin tener que arrastrar la culpa. ¡Nadie imagina lo feliz que soy desde que dejé de practicar la homosexualidad!

¿Tuvo algún papel la conciencia a la hora de decantarse por la continencia?

Un director espiritual me decía que la conciencia era el otro nombre del Espíritu Santo. Y como estoy convencido que el Espíritu Santo, muy especialmente mediante el don del bautismo, está presente en el corazón de cada ser humano, pienso que también se expresa a través del sentido común, de nuestra libertad y de nuestra conciencia. Sí: mi observación de lo real, a la luz de la Iglesia, me ha ayudado a optar por la castidad.

¿Se ha sentido siempre a gusto en el seno de la Iglesia?

Francamente, nunca he experimentado un alejamiento real de la Iglesia, ni fase de rebeldía o de rechazo ni tampoco crisis de fe: la Iglesia forma parte de mí y siempre ha sido vital; lo cual no me impide ver las carencias de la gente de la Iglesia, que somos todos.

O sea, que su aceptación es total.

Cuando se quiere a una persona o a una familia, se la quiere en su totalidad: ni se la trocea ni se acepta de ella solo lo que gusta. También hay que aceptar lo que no gusta.

¿Se puede evangelizar a homosexuales con el Magisterio de la Iglesia?

¡Por supuesto! El mensaje de la Iglesia es realista porque sitúa a la persona y a su libertad en el centro de todo. Para los homosexuales que prefieren limitarse a sus actos o a sus pulsiones para no ser libres, es difícil recibir ese mensaje como una Buena Nueva.

¿Qué es lo que no entienden?

Que el camino católico es liberador: para la Iglesia católica, una persona homosexual, aunque sienta una atracción física seria y real hacia otra persona del mismo sexo, siempre será libre de no dejarse reducir a la homosexualidad y de no plasmarla en forma de pareja. Según el Magisterio católico, la diferencia entre sexos y la identidad de hijo de Dios, son los dos pilares fundamentales que definen al ser humano.

¿Y la orientación sexual?

Aunque pueda ser profunda, no es fundamental: el hombre es algo más que sus fantasmas genitales o sus sentimientos del momento. Está llamado a algo más grande, más duradero, más objetivo y más libre.

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