Mediamos abril y empezamos semana. Mañana gris en Roma, hoy no tenemos la belleza de las primeras luces del alba rompiendo en la inmensa fachada de San Pedro y los rayos de sol jugando con las infinitas columnas de la plaza. Tiempos grises, de decadencia, han entrado en los muros de la iglesia y amenazan con quedarse por mucho tiempo. Vamos otro día a observar lo que hay en los medios, es un buen termómetro para analizar la salud del moribundo.
Aires de guerra han soplado a lo largo de este fin de semana. Irán ataca a Israel, Hamás rechaza cualquier propuesta de tregua, ISIS organiza masacres, pero ni una sola línea sobre el peligro islamista, sobre cómo las organizaciones y los regímenes basados en el fundamentalismo musulmán están llevando conscientemente al mundo al borde del abismo. Todo el mundo musulmán, incluso los no radicales, está del lado de Hamás y Teherán, sueña con la subyugación de Occidente y está preparando una guerra global. China guarda silencio y observa, porque el progresivo debilitamiento de Occidente es su principal objetivo geopolítico a medio plazo. Nadie entiende que irritar e incluso apoyar el instinto islámico de «guerra contra los infieles» es, con diferencia, el mayor error.
Se ve frustrado el proyecto de San Juan Pablo II, tras la caída del comunismo, de una Europa fuerte y cohesionada, unida por la raíz judeocristiana, capaz de llegar desde el Atlántico hasta los Urales. El Mediterráneo se ha convertido en un lago hirviente, Túnez y Libia cada vez más inestables y nada más cruzar Suez es aún peor en el Mar Rojo. La lluvia de misiles de Teherán sobre Israel es parte de esta danza inconsciente al borde del abismo. No nos damos cuenta de que avanzamos hacia un nuevo Poitiers, ciertamente hacia un nuevo Lepanto. Los líderes de la Unión Europea organizarán las habituales reuniones de emergencia para ser los bufones corruptos que son y decirnos que el mundo está en peligro en lugar de explicar que Irán y Estados Unidos acordaron por teléfono organizar un falso ataque contra Israel, que de hecho interceptó todos los misiles y todos los drones.
El Papa Francisco sigue con «preocupación y dolor las noticias que han llegado en las últimas horas sobre el empeoramiento de la situación en Israel , debido a la intervención por Irán». Lo curioso es que parece estar más preocupado por lo que se dice que por lo que sucede y dedica una crítica a los medios de comunicación: «Cada día somos bombardeados por mil mensajes. Muchos son superficiales e inútiles, otros revelan una curiosidad indiscreta o, peor aún, surgen de chismes y malicias. Son noticias que no sirven, es más, duelen».
Seguimos con artículos sobre la «Dignitas Infinita». Se ve que es complicado fiarse del ya conocido como el ‘pornocardenal’, en Italia como el cardenal ‘Cicciolina’, que tampoco está mal traído, añadiendo coloridos italianos al personaje. El cardenal prefecto muestra cómo afirmar que la doctrina no cambia y luego, de hecho, cambiarla y adornado con críticas a quienes le precedieron. Un artículo de hoy se centra en la Rueda de prensa del pasado lunes. «El Magisterio evoluciona y por tanto es un error pedir a Francisco que no innove (poco antes había defendido vigorosamente la Fiducia supplicans). En el gobierno de la Iglesia los Papas hicieron estragos indecibles y hubo evoluciones e involuciones. No así en la doctrina, donde los pronunciamientos oficiales siempre han sido coherentes entre sí.
Está previsto que el cardenal Ambongo participe hoy en la reunión del Consejo de nueve cardenales: “Sería una lástima que este tratamiento siguiera sus declaraciones proféticas, en particular la homilía de la noche de Pascua en la que lanzó un llamamiento a todos los que están implicados de alguna manera en la crisis de nuestro país». No es una novedad que la iglesia católica es cada vez menos respetada y varios Estados están faltando el respeto a la Santa Sede y en consecuencia a la Iglesia Católica. La semana pasada Francia también emitió una sentencia que socava gravemente la autonomía de la Iglesia y del sistema canónico. La nunciatura apostólica en la República Democrática del Congo sigue vacante.
John L. Allen Jr. en Crux Now entra en el caso Gänswein. Las noticias se centran en las «tensiones bien documentadas entre Francisco y Gänswein, en el papel de este último como principal asesor del difunto Papa Benedicto XVI. «Bien documentadas», en gran parte porque ambos han hablado abiertamente sobre sus diferencias en los libros». «El pontífice podría querer encontrar una manera de dejar claro que se trata de algo más que lo que los italianos llaman burlonamente «aparcamiento», es decir, sólo para darle a Gänswein algo que hacer». Resolver un problema puntual podría terminar con problemas a largo plazo dentro de su propio cuerpo diplomático.
El próximo jueves se inaugurará en Villa Borghese la «Aldea de la Tierra» con un prólogo en Ascoli Piceno, donde Earth Day Italia organizó una mesa redonda en la Catedral de Sant’Emidio con Zuppi de cuerpo presente. El cardenal Zuppi se presenta como el «hombre de paz» de la Santa Sede: «protagonista de misiones en Ucrania, Rusia, China y Estados Unidos y próximamente en Tierra Santa». «Misa por la paz» en Piazza Arringo, seguida de testimonios y oraciones de representantes de hindúes, musulmanes y judíos. Zuppi recordó que los desafíos ambientales terminan en conflictos bélicos: “Ambos se refieren a la protección del Planeta, a la protección de la Tierra de los efectos devastadores de las guerras y de los cambios climáticos provocados por la acción humana. En esencia, el riesgo de autodestrucción».
Y terminamos con otro curioso nombramiento, o ‘renombramiento’. Monseñor Alberto Perlasca, es uno de los protagonistas fundamentales del caso Becciu, un testigo protegido. En medio de todo el lío vemos que fue renombrado promotor de justicia adjunto al Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, es la corte de casación de los tribunales eclesiásticos que actúa también como tribunal administrativo para toda la Iglesia. Era el lugar al que el Papa Francisco lo había trasladado tras deponerlo como jefe de la oficina económica de la Secretaría de Estado, cuando salían a la luz los problemas en torno a la venta del edificio londinense. Lo curioso es que cuando se conocieron las estafas en las que había caído más o menos conscientemente, la Signatura Apostólica, por orden del Pontífice, lo había despedido. Una carta del cardenal Parolin comunicaba a la Signatura que monseñor Perlasca «había sido confirmado» en ese cargo: presumiblemente por decisión del Papa Francisco Ya sabemos que los favores hay que pagarlos y los interesados de los cobran.
«…me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado».
Buena lectura.