Algunas Mejoras para el Novus Ordo Missae.

|
Muchas veces en este último tiempo, hemos escuchado sobre las supuestas «reformas» al Novus Ordo Missae, por parte de S.S. Benedicto XVI, algunas de las cuales ya se encuentran contenidas en la nueva edición del Misal Romano, que pronto saldrá a la luz. Es por ello que les presentamos, en 10 puntos sencillos, las DESEABLES mejoras para el Novus Ordo Missae, que podrían, en parte, eliminar algunos abusos litúrgicos existentes. El presente texto ha sido tomado del blog Christus Vincit, y ha sido traducido, adaptado y aumentado por Sacram Liturgiam. Esperamos sus comentarios.
***
1.- Suprimir las opciones de no rezar el «Confiteor» durante el rito penitencial. El suprimir el «Confiteor»  no expresa adecuadamente un reconocimiento del pecado cometido. (Esto es de gran necesidad para la Iglesia, de manera de recuperar el sentido del pecado personal.)

2.- Revisar el Leccionario y restaurar los pasajes bíblicos omitidos. (Al igual que las lecturas tomadas en los últimos domingos después de Pentecostés en la Forma Extraordinaria del Rito Romano, llamado también ‘Usus Antiquior’).

3.- Hacer que el Credo Niceno (de Nicea y Constantinopla) sea el único utilizable para la Santa Misa. (Por desgracia, la nueva edición del Misal Romano contiene la opción de utilizar el «Credo de los Apóstoles»).

4.- Restaurar las oraciones del ofertorio (relativas al ofrecimiento de pan y vino) a las correspondientes a la forma extraordinaria del rito romano. (Estas oraciones realmente logan captar profundamente la intención del celebrante y son mucho mejores que las oraciones que tenemos ahora, las cuales son de un claro origen judaico).

5.- Suprimir las Plegarias Eucarísticas para Misas con niños, y las Plegarias Eucarísticas de la Reconciliación. Ellas contienen fórmulas que muestran una fe muy banal. Si bien, estas son totalmente válidas, no se observa la necesidad de éstas. Y entrando en el tema de las Plegarias Eucarísticas, sería útil reformar las Plegarias Eucarísticas II-IV (Sí, la Plegaria Eucarística II, que es la Plegaria Eucarística del Padre Rapidín!), agregando referencias explícitas hacia el sentido Sacrificial de la Misa, que es primordial. Si se necesitan más Plegarias Eucarísticas, podríamos mirar algunas anáforas de los Ritos Orientales: La anáfora Maronita es particularmente muy buena (se podría adaptar para el uso romano).

6.- Restaurar las rúbricas antiguas que corresponden al Canon Romano. Las múltiples genuflexiones y bendiciones, no son simples repeticiones, sino que refuerzan el aspecto ceremonial de la Sagrada Liturgia en los puntos más importantes de la Plegaria. (También recuperar el énfasis en la expresión «Nobis quoque peccatoribus»).

7.- Mover o eliminar el signo de la paz. (Quizás sería una mejor idea eliminarlo, ya que es un abuso en la mayoría de los casos, ya que pasa de un saludo litúrgico (la paz sea contigo), a un saludo profano (y más que eso: Hola!, ¿Cómo estás?, ¿Cómo están tu esposa y tus hijos?; o bien, se dan un grande y sonoro beso. Podría quizás, en caso de querer mantener este rito, hacerse antes del ofertorio.)

8.- Restaurar la opción de recitar el último evangelio (de hecho, son escasas las oportunidades en que podemos escuchar el primer capítulo del Evangelio según San Juan). Podría pensarse en ello como una especie de «epílogo» de la Santa Misa. Por otro lado, sería útil restaurar la obligación de rezar las «preces leoninas», o bien, una adaptación de ellas, como modo eficaz de acción de gracias después de haber recibido al Santísimo Sacramento y de haber participado de la Santa Misa. (Es una excelente idea, pero no creo que al Padre Rapidín le guste!)

9.- Que toda la «Liturgia Eucarística» sea hecha en la misma dirección que la gente, es decir, «Ad Orientem», y que el sacerdote solo quede «de cara al pueblo» para los momentos en los cuales «dialoga» con el pueblo fiel. (Sería muy interesante la obligación, además, de rezar el Confiteor («Yo confieso»), el Gloria, la Oración Colecta y el Credo, también de forma «Ad Orientem», es decir, todos mirando hacia la Cruz, y que el sacerdote solo se de vuelta hacia el pueblo cuando entre en diálogo con él.)

10. Restauración de las vestimentas sagradas. Honestamente, ¿Podemos decir que la Liturgia es mejor sin amitos, cíngulos, manípulos, o bien, con las nuevas «modas» en vestiduras litúrgicas, como «ponchos», y casullas surrealistas (si es que las ocupan)? ¿Realmente las nuevas modas litúrgicas excitan la piedad y elevan el corazón hacia los Sagrados Misterios?

***
Esperamos vuestros comentarios y aportes.
In Christo +
MARCVM
:::::: ACTUALIZACIÓN: 19 – Julio – 2009 ::::::
Actualizamos la presente entrada, con un comentario de un distinguido lector, que expone otro punto para esta especie de Reforma del Novus Ordo:
11.- Rezar – y mejor, cantar – en latin (o griego según corresponda) las oraciones comunes, como el Kyrie, el Gloria, el Sanctus, y las formulas fijas, como el Agnus Dei y el Domine non sum dignus. (¿No es capaz uno cualquiera de aprender en inglés rocks y raps satanicos? ¿No es capáz una persona aprender la canción de moda?). La Missa de Angelis debería ser enseñada en cada parroquia, porque es fácil de seguir y muy bonita.

Agradecemos a «Victor Peregrino» por sus comentarios.

:::::: ACTUALIZACIÓN: 20 – Julio – 2009 :::::: 
 En los foros de Catholic.net, han surgido 2 interesantes propuesta, a sugerencia del usuario catanvm31.

12.- Restablecer el uso de los comulgatorios, para quienes deseen recibir la comunión en la boca y de rodillas. (Podría agregarse, además, la prohibición de la comunión en la mano, que es un indulto de la Santa Sede a la forma común).

13.- Normar el decoro de los templos. (Creo que sería interesante contar con libros normativos y sugerentes en torno al decoro del lugar sagrado, que podría venir enriquecido de numerosos consejos para realizar, por ejemplo, purificación de paños sagrados, etc, según las normas de la Iglesia, que serían de mucha utilidad para Sacristanes, equipos de litúrgia, entre otros entes.)

Así mismo, un usuario anónimo ha hecho su aporte, que es muy interesante, de los cuales rescato los presentes puntos:

14.- Recuperar el toque de campanilla en la consagración, cuando esté presente el acólito. (Incluso, sería útil recuperar los otros toques de campanilla, como por ejemplo, al inicio de la Santa Misa, en el Sanctus, en el Agnus Dei, etc.)

15.- [Hacer] Obligatorio el lavatorio de manos. (Yo creía que era obligatorio. Deberemos esforzarnos porque sea realmente un signo conforme a las normas litúrgicas).

16.- Preservar los silencios en los mementos en la Plegaria Eucarística, de modo que dé tiempo a orar por muertos, vivos, etc. De la misma forma, hacer un minuto de meditación en silencio tras la Homilía y unos 5 minutos en silencio tras la Comunión. (Me parece muy útil el hecho de recuperar los tan necesarios silencios en la Santa Misa.)

Agradecemos los comentarios y esperamos más sugerencias y aportes.

+