El “siempre se ha hecho así” que le vale a Osoro, la incontinencia del Papa, nueva ofensa a la Congregación de San Isidro, Osoro compra coche nuevo para su jubilación

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Cuando un animal mete la pata en la trampa de un cazador comete un gran fallo, ya que dicho animal está sentenciado a morir. La semana ha comenzado con la metedura de pata del Papa Francisco en la pobre visita que el Cardenal Osoro programó acompañado de la Delegada del Gobierno en Madrid, la Presidenta de la Comunidad de Madrid y el Alcalde de Madrid, para agradecer a su Santidad que concediese a Madrid un Año Jubilar con motivo del IV Centenario de la Canonización de su patrono, San Isidro Labrador.

Siempre se ha acudido a Roma, a agradecer al Papa de turno, aquello que el Papa en nombre de la Iglesia concede, insisto en nombre de la Iglesia. También siempre se ha acudido a participar en las celebraciones, con motivo de lo que fuese, que preside el Santo Padre de turno en Roma. Vamos que Osoro ha actuado con el criterio del “siempre se ha hecho así”.

Si este Papa no hubiese criticado, porque eso es una crítica, a no se sabe qué obispos, porque nunca ha dado nombres, el hecho de que estos viajasen a donde considerasen oportuno, tildándoles de obispos de aeropuerto, este viaje habría sido un viaje más de los que “siempre se ha hecho así”.

Pero siguiendo la crítica del Papa, nos sorprende que Osoro, tan aparentemente sumiso a todo lo que dice este Papa, haya acudido a Roma con las máximas autoridades madrileñas. Si Osoro sabía que nuestras autoridades iban a ser recibidos durante los brevísimos 35 minutos, que tardó el Papa Francisco en despacharlos, nos parece que no hacía falta tanta alforja. Parece que Osoro no tiene otra justificación que el “siempre se ha hecho así”.

La incontinencia verbal que sufre el Papa, no sabemos si sufre otras, ha llevado a ensombrecer la breve visita. Si el Papa hubiese metido la pata diez veces, una por cada año de su pontificado, todavía tendría un pase. Pero no ha sido así, es un suma y sigue, y ahora ha tocado a Madrid. Se imaginan que hubiese sido al revés, que el Alcalde Almeida hubiese saludado al Papa, en su cara, como el heredero del gran Benedicto XVI, ¿qué le habría parecido a Osoro?

La crítica no es mala, si es constructiva, aunque el Papa afirme lo contrario.

Su Santidad el Papa Francisco de nuevo, en esta ocasión, ha sido un mete patas. Como sacerdote, como católico me avergüenza este hecho. Querer ser Papa a la vez que campanero trae estas lamentables consecuencias. Alguien debería decir al Papa como debe comportarse, por muy Papa que sea.

En Madrid existe una Real Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid, esta Congregación tiene un Hermano Mayor, que es Su Majestad el Rey D. Juan Carlos I. Y un Teniente de Hermano Mayor-Presidente, que es D. Luis Manuel Velasco Sáenz, quien está muy disgustado, y con toda la razón, alcanzando el enfado, porque Osoro no ha tenido ni la elegancia, ni la decencia, ni la delicadeza de contar con la Congregación en la persona de su Teniente de Hermano Mayor-Presidente e invitarle a formar parte de la delegación que ha acudido a Roma para agradecer al Papa la concesión de este Año Jubilar.

La Congregación fue erigida en 1751, unos cuantos años antes de que Osoro pudiese ni soñar ser Cardenal-Arzobispo de Madrid. Es evidente que su memoria falla, se ha olvidado invitar y tener en consideración a quien después de su Majestad el Rey representa a cientos de hermanos miembros de dicha Congregación. Aunque en esta ocasión, más que falta de memoria lo achaco a su arrogancia hacia el Teniente de Hermano Mayor-Presidente y a todos los hermanos de la Congregación que este representa. No podemos olvidar que el Teniente de Hermano Mayor-Presidente denunció a Osoro en Roma cuando este quería obtener reliquias de primer grado de nuestro Santo Patrón sin más razones que la de “yo soy el Cardenal-Arzobispo”. Roma no dio la razón a Osoro y las reliquias de primer grado no se extrajeron, quizá esta indiferencia hacia la Congregación haya sido una venganza del peregrino.

Hay que enseñar a nuestro Cardenal-Arzobispo que por el bien de la libertad de la Iglesia existe lo que se llama la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado, Rouco le podría dar unas clases al respecto. Por lo que el Papa no ha concedido a Madrid nada, sí a la Iglesia que peregrina en Madrid. Por tanto Madrid lo celebra y a la Iglesia particular el Papa se lo concede. Esta es la razón por la que delante de las autoridades debería haber ido el Teniente de Hermano Mayor-Presidente.

Quien le acompañaba y organizaba este sarao, Andrés Ramos Castro, un gallego que hacía acampadas en la Castellana apoyando el olvidado 0,7 hasta que el Arzobispo Emérito de Burgos, don Fidel Herráez Vegas por aburrimiento tras su insistencia lo llamara a ser su omnipresente y omnipotente secretario personal, de lo que hoy tanto se arrepiente; parece mentira que con la experiencia protocolaria de la que se enriqueció en aquellos años del gran Rouco, no haya asesorado mejor a Osoro. Su antiguo jefe lo tilda ahora de persona con exceso de protagonismo, que le gusta codearse con políticos y de ser un chaquetero. Ya verán ustedes como en unos años quien lo criticará también será Osoro.

Este viaje está siendo otra ‘vergoña’ más para Osoro que diría el gallego; y cuando un gallego siente vergoña no sabe dónde meterse. Así que poco tiene de gallego el organizador de este ‘viaxe vergoñenta’.

El peregrino, el hombre del Papa en España como le apodaron los noticieros afines, se pasea por la Archidiócesis en un nuevo coche que se le ha comprado meses antes de su marcha.

Nuestro ecónomo, José Luis Bravo Duro, no ha tenido problema en aprobar la operación y soltar la gallina. Qué miedo o qué deuda mejor dicho no tendrá con Osoro para no atreverse a indicarle que lo normal es que nuestro próximo Arzobispo sea quien cambie de coche si lo ve necesario. Hay operaciones que no deben autorizarse a meses vista de la renuncia.

Me temo que nuestro Cardenal-Arzobispo de Madrid no cambia de coche justo ahora por casualidad, más bien suena a que se ha asegurado un coche nuevo para su jubilación para que el que venga no pueda ponerle impedimentos. Que fácil es hablar de los pobres más pobres, del olor a oveja y de las periferias cuando se dispara con la pólvora del Rey. Mucho me temo que nuestra Archidiócesis de Madrid, cuando se haya ido Osoro y podamos saber toda la verdad del despilfarro económico, va a tener que presentarse en las puertas de Cáritas. Aunque vete a saber que encontraremos en nuestra Cáritas diocesana.