¿De qué vale ese apoyo al cura de Onda?

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Absolutamente de nada. Y no acredita más que la petulancia del apoyador.

http://juancejudo.blogspot.com.es/2016/08/mi-apoyo-al-cura-que-bendijo-el-amor-de.html

El Evangelio del pasado domingo nos hablaba de la humildad. Oí le misa, otra vez, del peregrino en la catedral de Santiago. De nuevo a tope y con comportamiento ejemplar de los presentes. Era el cocelebrante principal Don Julián Barrio, arzobispo compostelano, un obispo auxiliar alemán y numerosos sacerdotes de distintos países en el presbiterio. Un coro de Almendralejo excelente. Don Julián pronunció, sin un papel, una homilía muy propia. Con poquita voz y un pelín larga pero francamente buena. Y no pude menos de recordarla cuando leí el «apoyo» de Juan Cejudo al cura de Onda. Porque para apoyar hay que tener poyo. Y ¿cuál es el de Cejudo? Excepto en los ultraminoritarios círculos del MOCEOP y las comunidades populares de base  cuyos integrantes caben en un taxi nadie sabe en España quien el autor de ese «apoyo» que ha recibido el cura de Onda. Manifestación en la que precisamente no brilla la humildad.

Si mañana el presidente Obama decidiera intervenir con tropas en la guerra contra el Estado Islámico sería absolutamente petulante por mi parte encabezar una entrada en el Blog manifestando mi apoyo al presidente de los Estados Unidos. Porque ese apoyo mía no sería apoyo ni nada. Sólo una baladronada por mi parte. Otra cosa sería que manifestase si la decisión de Obama me agradaba o disgustaba porque mis sentimientos de los guiso y me los como yo. Pero lo de apoyar no pasaría de una ridícula jactancia por mi parte.

Pues lo mismo cabe decir del que el señor Cejudo ofrece el controvertido sacerdote levantino. Porque usted no apoya nada. Más bien le desapoya. Porque dado su curriculum eclesial no le ha hecho ningún favor.