https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-04-19/dimite-presidente-save-the-children-abusos-sexuales-ong_1552527/
Muchas personas confían o confiaban en ellas, yo no, y entregaban a no pocas mucho dinero. La publicidad de las mismas para captar nuevos donantes es enorme y supongo que ella se llevará una cantidad importante de los donativos. Hoy son muchos los anuncios en las que una serie de ellas se presentan procurando ablandar el corazón de los televidentes con imágenes de niños moribundos casi siempre negritos. Más los ingresos oficiales que reciben.
Seguramente los escándalos descubiertos y la proliferación de ONGs que se hacen la competencia esté haciendo disminuir el dinero aportado.
Es absolutamente masiva la aparición de esos anuncios en Trece TV, la Televisión de los obispos, en una competencia que a algunos parecerá desleal a las organizaciones de la Iglesia, Cáritas y Manos Unidas, que persiguen los mismos fines que las anunciadas. Tal vez por aquello de que la pela es la pela. Aunque no me parezca un criterio eclesial.
Seguro que todas, o casi todas, hacen algún bien. Aunque bueno sería saber que parte de los ingresos se destina a los fines señalados. No es lo mismo un 80% que un 40 o un 20. Soy el primero en entender que hay sueldos que se tienen que pagar porque los voluntarios, que es lo mejor, no pueden cubrir todo. Siempre que sean discretos. Y por supuesto a personas implicadas abiertamente en los fines de esas organizaciones. No unos simples asalariados que sólo quieren un modo de vida. Y menos a los que buscan otros fines que pueden ser legítimos pero ajenos a los de los que nos reclaman nuestros dineros.
A mí Caritas me parece admirable por muchos conceptos pero se sale, siempre en mi opinión, si asalariados hacen política antitaurina, que me parece muy legítima pero no en Cáritas, o alguno de sus empleados, con sueldo, se manifiesta como podemita convicto y confeso. O del Partido Popular. Todo también legítimo pero no desde Cáritas.
Porque cosas así retraen a los paganos. Paganos de pagar.
No soy de recomendar nada a nadie. Cada uno hace lo que quiere y se gasta sus dineros, generalmente escasos en esos gastos, en lo que les da la gana. Pero todas, las de la Iglesia también, por su propio interés y el de los necesitados a los que atienden, deberían ser celosísimas en una imagen impoluta. Porque en otro caso se estarían suicidando.