Y más sobre la memoria histórica

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El hecho, político, tuvo sin duda muchas conexiones religiosas. Entre otras ya casi 2.000 beatos proclamados por la Iglesia. Doce obispos, siete mil sacerdotes seculares y religiosos, casi trescientas monjas y miles de católicos asesinados. Innumerables templos destruidos. Y aún hoy, ochenta años después, hay quienes proclaman: arderéis como en el 36.

Sobre esa barbarie algunos, con desfachatez inmensa, se han inventado una ley de memoria histórica unilateral y sectaria que lo mismo sirve para desenterrar en iglesias, quitar nombres de calles a obispos, retirar cruces, quitar lápidas de los muros de los templos e incordiar a la Iglesia en lo que quepa.

Como es natural algo tan lejano no está prácticamente en el recuerdo de nadie salvo en el de una ínfima minoría que pretende vivir de eso y dar la murga siempre que puede. No quedan ya testigos presenciales de aquello o poquísimos. Y los que quedan ya nonagenarios. Uno cumplirá este año 77 y nació cuando aquello había terminado. Un abuelo mío fue asesinado. Habría pertenecido sin duda al bando de los vencedores pero no le dieron ocasión de ello. Lo mataron el 19 o el 20 de julio de 1936. Tuvo 13 hijos, hoy sólo sobrevive una y tiene 97 años. Jamás el asesinato de mi abuelo condicionó mi vida. Mi madre, una de sus hijas no nos educó en el odio. Y no sólo mataron a su padre sino que además les quemaron la casa en la que vivían.

Eso pasó y hacía ya mucho tiempo que los españoles vivíamos como si no hubiera ocurrido. Ahora lo quieren algunos resucitar. Pero los muertos no resucitan desde que Cristo subió al Cielo.

Hoy me encuentro con una noticia que indigna a El Mundo que es el periódico que la publica:

http://www.elmundo.es/f5/mira/2017/01/09/58738ef9e5fdeafa068b45f7.html

Dos jóvenes en un concurso televisivo han demostrado una ignorancia total sobre lo que fue la guerra civil. Les multiplicaban las pistas y sin el menor resultado. No sabían nada de aquello. Ni que hubiera existido. Y estoy seguro de que eso mismo ocurre con muchísimos de su edad. Ni saben nada ni les importa lo más mínimo.

Y eso es lo que hay. Y cada vez habrá más. Hubiera ocurrido lo mismo si en 1936 hubieran preguntado a los que combatían en las trincheras de ambos bandos, quienes eran Prim, Serrano o Topete. Como mucho los de Madrid hubieran dicho que alguien que tenía una calle. Los de provincias, ni eso. Me estoy refiriendo naturalmente a la mayoría. Siempre hay alguien que sabe quien fue Erasmo, Calvino o Tocqueville.

No estoy haciendo ningún elogio de la ignorancia pero ahí está.  Lamentable por supuesto mas inevitable. Y eso no lo levanta la Ley de la Memoria Histórica ni nada similar. A mí me tocó la Formación del Espíritu Nacional, creo que se llamaba así. Pues hoy no me acuerdo, y fui un excelente estudiante, de un solo punto de la Falange. Aunque me parece recordar que eran 26 o 27.

El ser humano borra inmediatamente todo aquello que no le interesa. Independientemente de que debiera interesarle o no. Pues eso es lo que está ocurriendo con la juventud de hoy. Un pasado lejano que no les importa nada. Se empeñe quien se empeñe.