Lo que circula por una diócesis de obispo lamentable

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Sólo doy fe  que circula. Ya no puedo asegurar que sea cierto. Pero si lo fuere, el obispo está al tanto de todo. Y puede verse de nuevo en la prensa. Por mi parte de momento silencio respecto a las personas. Porque no me consta sin la menor duda la veracidad del hecho. Un cura conocido en una diócesis española cuyo nombre por ahora me reservo hasta que esté seguro de que los hechos ocurrieron como me los han relatado acudió a un conocido club gay en el que la primera medida es dejar los pantalones y pasearse por el antro en los más diversos paños menores. Un periodista presente, y que reconoció al clérigo, sustrajo, sin ánimo de lucro, la cartera de los pantalones del susodicho. Al día siguiente el descarterado contaba a todo el mundo que había perdido la cartera con todos los problemas que ello supone. Pero lo que no podía sospechar es que el sustractor se presentó al obispo a devolverle la cartera con exacta descripción de los hechos. Pues una de dos. O lo que circula por la diócesis, muy harta ya de escándalos, es una calumnia sin el menor fundamento, o ese obispo está verdaderamente gafado y de una vez tendrá que asumir que es el obispo. Y actuar en consecuencia. Porque como eso llegue a salir en la prensa, con el nombre de la diócesis, del obispo y del cura rarito, sería ya como para pedir el 401.2 para ese inútil con balcones a la calle. De momento esta cigüeña a la expectativa. Veremos en qué acaba todo. Ojalá se trate de un infundio sin base.