La misa de hoy en TV2

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Se celebró en el Oratorio de Caballero de Gracia, de Madrid, encomendado al Opus Dei. Y naturalmente resultó una misa opusina. Quiero decir que excelentemente celebrada y con detalles que cuida el Opus Dei.

La iglesia es hermosa y reluciente. La misa fue naturalmente novus ordo. Que es lo normal en España. Personalmente no sería contrario, en principio, a que una vez al año se retransmitiera la misa tradicional y la mozárabe para simple conocimiento de quienes la oyen, en su gran mayoría supongo que ancianos y enfermos. Aunque no me parece viable por dos motivos. Uno que al ser las dos más largas no entran en el espacio horario asignado a la misa. Tal vez ello se podría obviar prescindiendo un par de domingos al año del programa inicial de María Ángeles Fernández, creo que se llama así, unos cuantos de los cuales son totalmente prescindibles e incluso malos. Sin que ello suponga por mi parte una desautorización de ese programa `pues he visto bastantes buenos y alguno excelente. El segundo, y más importante, es porque siendo los principales destinatarios de ese programa ancianos e impedidos, muchos de los cuales lo siguen con singular devoción y no puede acudir a un templo, creo que sería injusto privarles de su misa habitual para darles otra que es muy posible que no entendieran y que no les gustara. Aunque no pocos tuvieran alguna memoria de ella pero en el baúl de los recuerdos pues la última que oyeron por el modo extraordinario fue hace casi cincuenta años. Y si la oyeron de niños o muy jóvenes ni en el baúl estará ese recuerdo.

Tal vez no falte energúmeno que venga a decirnos que si no les gusta que se aguanten, que la misa no está para gustar, como si ellos no siguieran sus gustos, que misa sólo hay una o cosas semejantes que de vez en cando aparecen en el Blog. Aunque evidentemente no reflejan al Blog que cree infinitamente santos ambos modos del rito latino siempre que se celebren como la Iglesia quiere. ¿Dónde estaría lo de que las puertas del Infierno no prevalecerán contra la Iglesia si llevara medio siglo sin que se renovara en ella el sacrificio incruento de Cristo en el altar convirtiendo el pan y el vino en sus Preciosísimos Cuerpo y Sangre, salvo en rincones ultraminoritarios y casi inencontrables de la Iglesia? Eso no sería el silencio de Dios sino que Dios había olvidado a sus hijos. A los que amó tanto que por ellos murió en la Cruz.

Afortunadamente creo que cada vez son menos los radicales, aunque alguno siga apareciendo por el Blog, y se está llegando, con dificultades ciertas, a una convivencia de ambos modos, en aquellos lugares en los que algunos, o muchos, entiendan más provechoso a su alma el extraordinario, sin una guerra a muerte absurda entre los dos modos. En la que reconozco sin el menor problema que algunos del novus asumieron la triste tarea de querer exterminar a quienes preferían el vetus. Incluso con actitudes creo que todavía más asquerosas que lamentables. Abusando hasta extremos inconcebibles de lo que era su superioridad. Numérica y de poder.

No excluyo para nada disensiones teóricas sobre una u otra misa, siempre que se acepten ambas. ¿Cuál expresa mejor el sacrificio de Cristo, llega más a los fieles, es más participativa, más piadosa, estéticamente más bella, hace mejores católicos…? En eso cabe todo y lo que se diga dependerá de la argumentación. Personalmente pienso que hay motivos en favor de una y otra misa. Y que cada uno es muy dueño de preferir unos a otros. Uno acude habitualmente al modo ordinario y disfruta con gozo espiritual las veces que asiste el extraordinario al que ha defendido, creo que como pocos en España, notablemente. Y lo seguiré haciendo como un derecho que creo importante de los fieles.

Y ahora a las peculiaridades opusinas, si a alguien molesta el calificativo no tengo el menor problema de cambiarlo por del Opus Dei, que en general me agradaron y mucho.

La misa fue celebrada y no concelebrada. No tengo nada contra las concelebraciones. La Iglesia las sostiene y me parecen absolutamente legítimas. Y con valores. El Opus Dei no tiene el menor problema en concelebrar, hemos visto muchas veces a sacerdotes del Opus Dei pata negra concelebrando, pero parece que su modo habitual es celebrar individualmente. Acepto plenamente su costumbre. Sin declararme para nada en favor o en contra. Yo  asisto, con absoluta indiferencia espiritual, a una u otra misa. Me gustan ambas. Y ninguna creo que acrece o disminuye en nada el sublime sacrificio del altar. No es mejor una que otra. Son iguales.

En el Oratorio de Gracia hay comulgatorios. Y eso me parece importante. No una bagatela. Acepto plenamente la comunión de pie y en la boca o en la mano. Personalmente prefiero de rodillas y en la boca. Cuando hay un comulgatorio me arrodillo y en otro caso comulgo de pie y en la boca porque como ya dije varias veces mi peso de más de cien kilos y con 76 años no es fácil luego levantar. Durante bastante tiempo fui ministro extraordinario de la Eucaristía porque me lo pidieron. Instituido ad casum en cada misa. Repartí miles de comuniones, en la boca, la mano y algunas veces a alguien que se arrodillaba, pocas. Asumí el encargo con el mayor respeto personal a lo que hacía y al  legítimo deseo de quienes venía a comulgar. Posiblemente fuera uno de los más lentos en la distribución del Cuerpo de Cristo no sólo por el modo de hacerlo sino por esperar a que quien comulgaba en la mano se lo introdujera en la boca. No era un repartidor de hostias como quien reparte folletos anunciando un restaurante próximo. Luego, con gran alegría por mi parte, pasé a ser un comulgante de filas que es lo que yo quiero. Pero cada vez que veo una misa con comulgatorios añoro que mi maravillosa parroquia no los tenga. Al menos ante el altar. En  los confesonarios, el coro, el atrio es imposible. Y tal vez en los laterales y detrás del altar. Aunque eso ya no tanto. Pero Don Jesús es muy suyo y hará lo que siempre hace, lo que le parece que debe hacer. Pero por pedir que no quede. En la misa de hoy cada uno comulgó como quiso. Es opción suya. La mayoría arrodillándose. Algunos, ante el comulgatorio, de pie y en la mano. Nada que objetar. Uno piensa que si ante el nombre de Dios debe doblarse toda rodilla más ante su Cuerpo. Pero no hago de eso cuestión fundamental y ni siquiera accesoria. Simplemente expreso un gusto personal sin la menor pretensión de que se atienda.

También me pareció muy Opus, y con agrado mío, la retirada del cáliz con los corporales, la palia y el vellum. Pienso que da realce a lo que custodió la Sangre de Cristo. Corporales y pallia son bastante habituales. El vellum, rarísimo en el novus ordo. Pues a mí me gusta como un símbolo más de respeto a lo que es lo más respetable del mundo.

Pues esta es mi  crónica de la misa de hoy.