Hoy sábado. Con 49 años.
El triste desenlace era inevitable.
Un obispo que prometía.
Dale, Señor, el descanso eterno.
Y brille para él la luz perpetua
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Hoy sábado. Con 49 años.
El triste desenlace era inevitable.
Un obispo que prometía.
Dale, Señor, el descanso eterno.
Y brille para él la luz perpetua