De como recibe un cura de Mondoñedo a su obispo

|

              «Al Don Luis Ángel», que ya me parece modo despectivo de referirse a él aunque ambos tengan el mismo nombre. Nadie se dirige al Felipe, al Mariano o a la Manuela si escribe una carta abierta al Rey, al Presidente del Gobierno o a la Alcaldesa de Madrid. El nombramiento de un obispo puede suscitar entusiasmos, indignaciones o, en la mayoría de los casos, espera a ver como se retrata. Lo último es mi posición ante el obispo de Mondoñedo-Ferrol. Ni entusiasmo ni indignación, cauta espera a ver como lo hace, y, según actúe, felicitación, protesta o indiferencia porque no sea carne ni pescado como no pocos. Luis Ángel Rodríguez Patiño, párroco rural y ya conocido en el Blog, lo recibe dando consejos «al Don Luis Ángel». Y me parece que es la persona menos indicada para dar consejos al nuevo obispo después de haber sido repetidas veces «aconsejado», estamos en el Año de la Misericordia y hago esfuerzos, me temo que no pocas veces con escasa intensidad, de ser misericordioso, por quienes precedieron a monseñor de las Heras en el obispado de Mondoñedo-Ferrol. http://www.galiciadigital.com/opinion/opinion.15203.php Las carnavaladas en sus parroquias, los Belenes reivindicativos, aconsejar a las mujeres huelga de misa los domingos por estar discriminadas en la Iglesia… no parecen las mejores credenciales de un consejero episcopal. Pero no quiero resucitar algún artículo anterior del Blog sino enlazar otros de medios favorables al cura que creo le retratan suficientemente. http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/nino-jesus-desahuciado-belen-coruna-2259039 http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2010/11/30/p284287 Lejos de mí dar ningún consejo al nuevo obispo. Es lo suficiente mayor para aconsejarse solo. O pedírselo al hermano que conoce sobradamente aquello. Lo mío se limitará a opinar sobre lo que haga, con opinión favorable o contraria, si en algún momento pensara que debía expresarla. Y le aseguro, creo que ya lo he dicho, que por ahora estoy sin escopeta. Y tampoco al acecho. ¿Esperanzado? ¿Para qué vamos a mentir? Tampoco. Del señor obispo dependerá.