El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, ha aceptado la exclaustración de Teresa Forcades y ha señalado que siempre le dejó claro que para dedicarse a la política tendría que abandonar el convento. Agustí Cortés, obispo de Sant Feliu, se ha decidido a expresar su opinión sobre la situación de la monja Teresa Forcades públicamente para «contribuir a superar la perplejidad y la confusión que han provocado en no pocos fieles». En un comunicado, el obispo ha asegurado que desde un primer momento dejó claro a Forcades que si tenía intención de dedicarse a la política, tendría que abandonar los hábitos. Algo parecido a lo que ha sostenido en una entrevista para Espejo Público Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, al ser interrogado sobre el tema. El obispo de Sant Feliu ha aceptado la exclaustración de Teresa Forcades como la opción más lógica si persiste en su idea de dirigir una coalición de partidos entre los que se encuentra Podemos. La exclaustración duraría tres años, pero todavía debe ser aprobada por la Santa Sede. Si desde Roma se diera el visto bueno a la exclaustración, Forcades no perdería su condición de monja consagrada, de forma que seguiría vinculada por los votos, pero estaría dispensada y privada de los deberes y derechos propios de la vida claustral. Al menos hasta que volviera a pedir a la Santa Sede el regreso a la vida monástica. En el comunicado, Cortés recuerda que «todos los monasterios de monjas son autónomos», y dependen «inmediata y exclusivamente» de la Sede Apostólica. No obstante, admite que el obispo de la diócesis ha de tener «una vigilancia peculiar», que en ningún caso quier decir que el monasterio «está bajo la jurisdicción o autoridad del obispo».
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