Las consecuencias de la nota mariana de «Tucho»

Las consecuencias de la nota mariana de «Tucho»

El 4 de noviembre de 2025 se publicó Mater Populi Fidelis, la nota doctrinal con la que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe intentó precisar el sentido y los límites de ciertos títulos marianos vinculados a la cooperación de la Virgen María en la obra de la salvación. Lejos de ser un documento clarificador, su aparición causó profunda consternación entre fieles y estudiosos, que interpretaron sus afirmaciones como una reducción de los privilegios que la Tradición de la Iglesia ha reconocido unánimemente a Nuestra Señora. La reacción fue inmediata y, en muchos casos, de desconcierto.

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En medio de este clima, resultó especialmente oportuna la publicación realizada el 27 de noviembre por la periodista Diane Montagna, quien dio a conocer un diálogo mantenido con el prefecto del Dicasterio, el cardenal Víctor Manuel Fernández. Sus respuestas, aunque generadoras de nuevos interrogantes, ayudan a iluminar el alcance real del documento y a comprender la lógica interna que subyace en su redacción.

El significado restringido de siempre inapropiado

Una de las expresiones más controvertidas de la nota se encuentra en el número 22, donde se afirma que siempre es inapropiado utilizar el título de Corredentora para definir la cooperación de María en la obra redentora de Cristo. Esta afirmación levantó inquietudes legítimas, pues el título ha sido utilizado durante siglos por santos, doctores y documentos del magisterio ordinario.

Consultado sobre si esa prohibición alcanzaba también al pasado, el cardenal Fernández respondió con una triple negación, precisando que el siempre empleado en la nota no se refiere a todas las épocas, sino únicamente al momento presente. Cuando Montagna pidió confirmar si el adverbio debía entenderse como a partir de ahora, el prefecto respondió sin matices: Desde ahora, sin duda.

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Esta aclaración revela un punto decisivo. El término siempre, que en el lenguaje común indica validez continua en el tiempo, queda redefinido en el documento con un significado restringido exclusivamente al presente y al ámbito oficial. La valoración doctrinal de los títulos marianos, en consecuencia, no es presentada como definitiva ni absoluta, sino como una medida pastoral sujeta a las circunstancias actuales.

Una prohibición limitada al ámbito oficial

En sus explicaciones, el cardenal Fernández insistió en que la expresión Corredentora no será utilizada ni en la liturgia ni en documentos de la Santa Sede, pero subrayó que su uso no está prohibido en la devoción privada, en los grupos de oración ni en el ámbito teológico entre fieles. Según su propio planteamiento, aquellos que comprendan el verdadero sentido del término y hayan leído la nota con atención pueden emplearlo libremente en contextos no oficiales.

Esto significa que la prohibición tiene un alcance estrictamente institucional, sin negar la validez dogmática potencial del concepto en sí. Por ello, aunque la nota evita el término en los documentos oficiales, no cuestiona la doctrina de la cooperación subordinada de María en la obra redentora de Cristo. Al mismo tiempo, la reducción del término al ámbito pastoral indica que la consideración otorgada a los títulos marianos en Mater Populi Fidelis no se presenta como definitiva ni inmutable, sino circunscrita a este momento histórico concreto.

Una verdad doctrinal que permanece abierta al desarrollo dogmático

El profesor Roberto de Mattei, autor del análisis publicado por Corrispondenza Romana, recuerda que la verdad de la Corredención mariana pertenece al patrimonio doctrinal de la Iglesia, aunque aún no haya sido proclamada como dogma de fe. La propia nota reconoce implícitamente esta posibilidad futura al limitar su prohibición al presente y al uso oficial, sin excluir lo que pueda ocurrir mañana.

En este punto, la experiencia histórica resulta elocuente. La Inmaculada Concepción fue definida en 1854 y la Asunción en 1950, pero estas verdades habían sido siempre auténticas, con independencia de su definición solemne. De manera semejante, los católicos pueden seguir creyendo, enseñando y promoviendo que la Virgen ha sido siempre Corredentora y Mediadora de Todas las Gracias. No existe ningún impedimento doctrinal que les obligue a lo contrario.

La nota, por tanto, no cierra la puerta a un futuro reconocimiento dogmático. Incluso podría decirse que, al restringir el siempre al presente y presentar la medida como pastoral y transitoria, el texto deja abierta una vía para que la Iglesia, en un momento posterior, pueda abordar este título mariano con mayor profundidad y libertad.

División entre especialistas y ausencia de consenso mariológico

La entrevista con Montagna reveló también un punto que ha generado desconcierto. A la pregunta sobre si se consultaron mariológos para la preparación del documento, el cardenal Fernández aseguró que sí y que fueron muchos. Sin embargo, esta afirmación parece contradecir el testimonio del padre Maurizio Gronchi, consultor del Dicasterio, quien declaró a ACI Prensa que no fue posible encontrar mariológos dispuestos a colaborar.

Gronchi añadió que ni la Pontificia Facultad Marianum —la institución mariológica más reconocida del mundo— ni la Pontificia Academia Mariana Internacional participaron en la presentación del documento. El silencio de ambas entidades, según el sacerdote, puede interpretarse como una forma de disenso. A esta crítica se sumó el prestigioso mariológo Salvatore M. Perrella, quien afirmó que el documento debió ser preparado por personas competentes, sugiriendo así una carencia de rigor doctrinal en su redacción.

Un debate doctrinal que sigue vivo

Si, como ahora explica el prefecto, Mater Populi Fidelis no pretende negar las verdades marianas ni limitar la devoción del pueblo fiel, sino únicamente regular el uso oficial de ciertos términos en documentos institucionales, el debate doctrinal permanece lejos de cerrarse. Al contrario, muchos fieles y estudiosos consideran que el actual momento histórico constituye una ocasión propicia para profundizar en los privilegios de la Virgen y defender su papel singularísimo en la historia de la salvación.

De Mattei concluye que los intentos de reducir la luz de la verdad, lejos de apagarla, suelen provocar que su resplandor se haga aún más evidente. Lo ocurrido con esta nota, afirma, podría convertirse precisamente en uno de esos momentos en los que la grandeza de María brilla con más fuerza, impulsando a sacerdotes y laicos a proclamar sus privilegios con renovado ardor.