Los titulares de hoy se centran en la exclusión absoluta , sin matices, que el Papa Francisco ha hecho de los homosexuales a la vida sacerdotal y religiosa. Una cosa es quedar bien y otro legislar. Los gay friendly se van dando cuenta que con friendly así no van a ninguna parte. El Papa Francisco ha realizado muchas intervenciones que han hecho entender, muy erroneamente, que la normativa de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad había cambiado radicalmente. No es así. Cada vez que se pide concretar las cosas el tema está más que claro. Se está haciendo mucho hincapié en la tendencia sexual de las personas cuando del verdadero problema, del que nadie habla, es la fata de fidelidad a las promesas y votos realizados solemnemente.
No podemos pretender que los formadores de seminarios y obispos se dediquen a la cacería del homosexual. Podemos entrar en una espiral de caza de brujas y a utilizar estas cosas para liquidar al que no cae bien o estorba. De lo que estamos hablando es de personas adultas que han realizado la promesa de celibato, o el voto de castidad, y se lo saltan a la torera de forma habitual y con alevosía. Esto es lo grave. Intentan además convencernos que que es justo y necesario y buscan argumento que justifiquen su actuación desviada. Por si fuera poco , crean corrientes de presión para imponer a su gente y someter a los demás a su forma de pensamiento. Es evidente que con una buena formación y con una recta compresión de lo que es el sacerdocio y la vida religiosa quien no está dispuesto a vivir la castidad no tiene cabida. Pecadores somos todos y por eso existe el sacramento de la confesión para pedir perdón de nuestros pecados, no para justificarlos. Lo mismo que una persona que accede al sacramento del matrimonio no puede excluir la fidelidad a la hora de emitir sus compromisos , porque invalidaría el sacramento, un sacerdote, religioso o religiosa que excluye la castidad estaría anulando su decisión. Aquí no cuentan las palabras sino que Dios ve el interior de los corazones.
Para quien no está dispuesto a vivir en castidad, la vida sacerdotal o religiosa no es su sitio, tenga la tendencia que tenga.
En el mismo libro entrevista el Papa Francisco condena el uso de religiosas para el servicio doméstico. El ejemplo desafortunado, que creemos no existe, es el sacerdote que se hace servir de dos o tres religiosas. Incluso en el caso de los obispos es cada vez más extraño por la falta de vocaciones. Estos casos sin embargo abundan, y el Papa Francisco los ve a diario, en su entorno más cercano. No entramos, aunque podríamos, a hacer la lista de curiales y de las comunidades religiosas que trabajan, muy mal pagadas, en sus casas de domésticas. Incluso en Santa Marta donde el Papa Francisco vive. Monjas africanas, sudamericanas, de la india… pueblan los apartamentos de sus eminencias y excelencias reverendísimas sin otro cometido que las tareas domésticas. Si esto esta mal, y ciertamente el Papa Francisco tiene más razón que un santo, no está de más que lo impida en su propia casa y alrededores, porque los demás, caso de existir, intentan emular a los que se ponen como ejemplo de todas las virtudes. Esto se da de modo generalizado en las nunciaturas en las que residen los representantes de Su Santidad. Como en tantas ocasiones, mejor predicar con el ejemplo que es mucho más eficaz. Las palabras que no van acompañadas de hechos no son creíbles.
Un fotografo y una modelo descuerada han sido denunciados por intentar un reportaje de tonos subidos en la plaza de San Pedro.
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Las simpatías políticas del Papa Francisco son muy evidentes, no son materia de fe ni obligan en absoluto a los fieles, mucho menos a los infieles. Son muchos los que piensan que son de un pésimo gusto y que no ayudan en absoluto a su función de velar por la unidad de la iglesia. Las iglesias vacías que tanto abundan puede que tengan algo que ver con todo esto. Los extraños compañeros de viaje elegidos no son precisamente clientes habituales. El Papa Francisco, un poco apocalíptico, no sabemos si lo dice por estas extrañas compañías, nos anuncia la destrucción de está sociedad que se dice cristiana pero es pagana.
Feliz inicio del Adviento preparación de la Navidad.
«El Señor es nuestra justicia”.
Buena lectura.
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