Como era de esperar, el inesperado viaje del Papa Benedicto XVI a su Alemania natal no ha dejado a nadie indiferente y las noticias de hoy se centran en ese hecho. Ya está instalado en el seminario de Ratisbona, en unas habitaciones que fueron preparadas para sus viajes a Alemania y por tanto la casa la conoce, el obispo de Ratisbona está encantado, no estamos seguros si todos sus colegas alemanes comparten esta felicidad, y los seminaristas, 26, felices de tener en su casa a tan ilustre huésped. Ratisbona es una ciudad bellísima, muy tranquila, no llega a los doscientos mil habitantes, y sobre todo alejada del Vaticano y de sus intrigas. Nos alegra que no somos los únicos que hemos llegado a la conclusión de este viaje es para una estancia prolongada, ¿quizás definitiva?. Puede que no regrese a Roma jamás, puede que sí, y hasta puede que los viajes a Ratisbona se conviertan en algo habitual.
La salud del hermano del Papa Benedicto no parece ser crítica, evidentemente hablamos de una persona de 96 años pero que celebró ayer Misa sin problemas especiales, no está agonizando. La pinta que esto tiene es de una visita prolongada, ‘el tiempo necesario’… para lo que sea. La muerte llegará cuando quiera y no es muy fácil hacer planes, salvo ante enfermedades con fecha, que no parece ser el caso. No tenemos muchos más datos y veremos cómo evolucionan las cosas pero es evidente que el hecho ha sido un golpe inesperado y sorprendente y que, viniendo de quién viene, no es y no será indiferente. El Papa Benedicto vivió en primera persona los últimos años del Papa Juan Pablo II. En el mundillo de la curia se conocen cómo los años de la sede vacante e incluso se ponen fechas que los sitúan antes del gran jubileo del 2.000. Sería interesante un sencillo estudio grafológico de la firmas de Juan Pablo II de este periodo que nos daría mucha luz sobre muchas cosas de las que estamos viviendo. Las fuerzas de una persona de 93 años no pueden ser muchas y no es fácil evitar el verse en medio de sucesos poco gratos en donde se pretende utilizar su nombre, o su persona, para cosas que no ha decidido y no le gustan. El control ferreo de la residencia del Vaticano no lo va a tener en Ratisbona. La única persona, que sin duda informará de las ‘incidencias’, es el vice de la gendarmería pero el día tiene 24 horas y todos tenemos que dormir algo. El viaje se ha realizado en un avión del ejercito italiano y la policía alemana se encarga de la seguridad. Es evidente que todo esto de privado tiene lo justo si es que tiene algo.
Hay informadores que en su ingenuidad nos dicen que el Papa Francisco ‘ha autorizado’ este viaje. No sabemos si le gusta o no, pero sí estamos seguros de que se lo han comunicado como cosa ya hecha. El hecho de su desplazamiento en un avión militar hace innecesaria la intervención de la Secretaría de Estado para contratar y pagar. El operativo en Alemania lo han organizado instituciones alemanas, que tendrán otros problemas pero no de recursos. El que la noticia ha pasado inadvertida nos indica que se ha preparado con rapidez y con muy pocas personas implicadas. La convivencia de ‘dos papas’ es un hecho inédito en la historia y por tanto necesariamente incómodo para el uno y para el otro. El hecho de que Papa Benedicto esté en Alemania puede relajar las cosas en Vaticano o puede incrementar la sensación de descontrol. Lo iremos viendo, pero sin duda estamos ante otro hecho importante, en un momento importante, con consecuencias no indiferentes.
El Padre Sapienza publica en su último libro el ‘acta’ del encuentro entre Pablo VI y Marcel Lefebvre. Es un documento dramático, transcrito a máquina en italiano con inserciones en francés. El 11 de septiembre de 1976, el Papa Montini recibió al arzobispo francés Marcel Lefebvre, jefe de la Fraternidad de San Pío X en Castel Gandolfo. El grabador excepcional, junto con el secretario particular de Pablo VI Don Pasquale Macchi, fue el sustituto de la Secretaría de Estado Giovanni Benelli que diez años antes había estado en Senegal, donde el prelado francés había sido obispo misionero. Tenemos la transcripción de esa conversación, entre el Papa que completó el Concilio y promulgó la reforma litúrgica, y el obispo rebelde que desafió la autoridad del pontífice, así concluye pablo VI : «Comprenderás que no puedo permitir, también por razones que diría ‘personales’ , que se haga culpable de un cisma. Haga una declaración pública, con la cual se retracta de sus declaraciones recientes y sus comportamientos recientes, de los cuales todos han tomado nota como actos establecidos no para construir la Iglesia, sino para dividirla y dañarla…Debemos encontrar la unidad en la oración y la reflexión «. El sustituto Benelli concluye la transcripción de la entrevista con este comentario: «El Santo Padre invitó al Arzobispo Lefebvre a recitar con él el» Pater Noster «, el» Ave Maria «, el» Veni Sancte Spiritus «.
El diálogo diplomático que había desgarrado cincuenta años de silencio entre el Vaticano y la República Popular parece haber terminado en un limbo en el que las prioridades se han revertido. «Francisco en esta etapa tiene en cuenta que ya no puede ser el primer Papa en pisar China». En la Secretaría de Estado es una frase que se ha escuchado con frecuencia en los últimos meses. El diálogo diplomático que había destrozado cincuenta años de silencio entre el Vaticano y la República Popular parece haber caído en una especie de limbo. Sobre todo, las prioridades se han revertido. Hace un año, el Papa hizo saber que estaba listo para un posible viaje, las cosas han cambiado mucho y hoy estamos con otras prioridades inesperadas. El Papa Francisco no tiene previstas salidas en este año y China ha entrado en un letargo que en el Vaticano no se desea. El ritmo está claro que lo marca Pekín.
El día 18 de junio celebramos el quinto aniversario de la encíclica ‘Laudato Si’ y tenemos un documento del Vaticano titulado ‘caminando en dirección al cuidado de nuestra casa común: cinco años después de la Laudato Si’. El Vaticano nos ofrece doscientas recomendaciones para que defendamos el ambiente. A la ley de Dios le bastan diez mandamientos pero la pachamama necesita doscientos. Todo apunta que entrará en el dimenticadero como la encíclica que lo ha inspirado. No vemos mucho entusiasmo ni en aquellos que por oficio lo han presentado. Unido a esto, el Estado Vaticano se viste de verde y nos quiere vender el paraíso en la tierra. Nos quieren hace ver que se ha producido una revolución , siempre verde, por la instalación de diez puntos de recarga eléctrica en el territorio de micro estado y se pretenden colgar medallas ajenas. El tejado del aula de audiencias está cubierto de placas solares, pero eso no es de ahora, se colocaron en el año 2008, son 2400 paneles fotovoltaicos que cubren el consumo de energía del edificio en climatización e iluminación, fue una donación de una empresa alemana, valorada en su día en un millón y medio de dólares. El sistema obtuvo el premio European Solar Prize de ese año en la categoría de arquitectura solar y desarrollo urbano. No eran tiempos de conversiones ecológicas pero sí de muchas más obras concretas. Lo de ahora, doscientos mandamientos y diez enchufes.
Sarah sigue en su puesto, por ahora. Beatificaciones de Laura Mainetti, por odio a la fe, y del médico de los pobres en Venezuela.
«Su madre conservaba todo esto en su corazón.»
Buena lectura.
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