Ya tenemos nuevos cardenales electos que el 19 de noviembre pasarán a serlo en propiedad salvo que Dios disponga otra cosa. Los cardenales los nombra el Papa y no yo. A uno sólo le queda opinar sobre esos nombramientos, con acierto o sin él. Y eso es lo que hago. ¿Me han entusiasmado los nombramientos? No. ¿Aunque sin entusiasmo me han gustado algo? Pues tampoco. Pero yo sólo soy dueño de mis gustos y no de la designación de personas.
El primero de la lista es un italiano bastante sorprendente. Y el único italiano con poderes efectivos en el nombramiento. Ha habido otro pero ya mayor de 80 años que no podrá asistir a un eventual Cónclave. Tal vez designado para dulcificar la escasez de italianos.
Mario Zenari, «Nuncio Apostólico en la amada y martirizada Siria», y que seguirá en el cargo, parece un gesto de solidaridad con los tremendos sufrimientos de aquella nación. Tiene 70 años, muy próximo a los 71, por lo que no parece persona de ulteriores destinos. No tengo ni idea de lo que piensa.
El segundo de la lista es un espiritano, arzobispo de Bangui en la República Centroafricana, Dieudonné Nzapalainga C.S,Sp. Tiene 49 años y será por tanto el cardenal más joven de la Iglesia aiguiéndole el obispo de Tonga. Tampoco tengo datos sobre su ideología. P. D.: Según los comentarios recibidos parece excelente.
Luego viene alguien conocidísimo en nuestra patria: el arzobispo de Madrid Don Carlos Osoro. Tiene 71 años y es controvertido en España en algunos sectores. Pienso que tal vez con excesos de acritud. Perfecto sólo es Dios y sería absurdo reclamar esa perfección a los humanos. Don Carlos no lo es como aquí no lo somos ninguno de los de este mundo. Algunos de mis lectores, tal vez bastantes, no le expresan especial cariño. Por varios motivos que no son tantos. Tal vez el primero sea haber dado la iglesia de San Antón a ese peculiar sacerdote y eficacísimo gestor de ONGs que es el P. Ángel. No lo sé, porque yo no tengo confidencias con Don Carlos, pero pienso que con los tinglados que le monta el susodicho no debe estar el arzobispo especialmente satisfecho. Pero, por supuesto, la responsabilidad del nombramiento y sus consecuencias son cosa suya. Yo tengo por el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Rouco, un óptimo concepto. Creo que fue un extraordinario arzobispo de mi diócesis a la que levantó a cotas que nadie se creería. Sin embargo pienso que se equivocó con Entrevías. Algo así como el San Antón de Don Carlos. Lo que ocurre es que los entrevieros no son nadie, o poquísimo, y el P. Ángel llena los medios.
Luego está su buena relación personal con Manuela Carmena. Creo que todo obispo debe procurarla , aun haciendo de tripas corazón, con la autoridad municipal. Ya si hace tripas o no, no lo sé. Pero una buena relación institucional me parece deseable. Por el bien de la Iglesia. Y la generosidad con Rita Maestre a mí me pareció excesiva. Pero muy posiblemente el arzobispo tuviera datos de los que yo carezco para
Estoy siendo crítico en lo que me parece que debo serlo y comprensivo en lo que cabe, o puede caber, la comprensión. Y ahora viene la cuestión en mi opinión más discutible de Don Carlos. Su silencio ante la Ley Cifuentes quedando al margen de sus sufragáneos. De modo «ostentóreo». Creo que alegó que quería más informes y una respuesta conjunta de la Conferencia Episcopal. Como yo estoy totalmente con los obispos de Getafe y Alcalá y el auxiliar del primero, desearía una respuesta de Don Carlos. No para saber a qué atenerme, que lo sé muy bien, sino para sentirme también de acuerdo con mi arzobispo.
Queda por último, entre las censuras que le hacen algunos, su identidad «a muerte» con el Papa. Cosa comprensible en todo obispo pero que el Papa lo pone complicado con sus «peculiaridades». ¿También Don Carlos está a muerte con las «peculiaridades»? Yo no.
Lo del curriculum universitario me parece una bagatela. Supongo que el que ahora aparece será el verdadero y si no lo fuere ya terminará estableciéndose de modo definitivo aunque sea por el método matemático de las aproximaciones sucesivas. Pese a todo lo dicho creo que Osoro es uno de los mejores cardenales que se nombrarán en el próximo consistorio. Aunque alguno pueda pensar, ¿cómo serán los demás? Pues en general peores. Y uno cree que Osoro malo no es aunque algunas de sus cosas no me gusten, lo que me ocurre con todos los obispos.
Del arzobispo de Brasilia, Sergio da Rocha, 55 años, no sé nada. Lo que tratándose de obispos brasileños no es poco y bueno.
El arzobispo de Chicago, Cupich, 67 años,me parece malo.
Del arzobispo de Dhaka (Bangladesh), Patrick D’Rozario C.S.C., 73 años, no sé nada. Uno de esos nombramientos periféricos que tanto agradan al Papa Francisco.
Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida (Venezuela), hoy cumple 72 años. Parece poco partidario de Maduro. Religión Digital recoge sus cartas pastorales.
Jozef de Kesel, arzobispo de Malinas-Bruselas, 69 años, es en mi opinión uno de los peores nombrados. Con especial bofetada a su antecesor, Leonard, que se quedó sin cardenalato y cien veces mejor que este
Del arzobispo de Port-Louis,( Mauricio) Piat, 75 años, no tenía ni idea de su existencia ni de la de su diócesis. Otra periferia del Papa.
Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida es un irlandés pero a todos los efectos norteamericano, 69 años, cuyo nombramiento estaba cantado. Creo que es bastante mejor que Cupich.
Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlanepantla (Méjico), 66 años, es uno de los obispos progresistas de aquella nación y no pocos ven su nombramiento como la sucesión del arzobispo de Méjico, cardenal Rivera, que cumple los 75 años el próximo 6 de junio. Mala sucesión sería.
John Ribat M,S,C, arzobispo de Port Moresby, 59, años es otra de las periferias de Francisco. No tengo ni de su persona.
Joseph Wiliam Tobin C.SS.R arzobispo de Indianápolis, es un norteamericano que fue secretario de la Congregación de Religiosos de no buena memoria. Tiene 64 años. Malo.
Por último nombró cuatro cardenales de más de 80 años sin derechos por tanto de elegir Papa.
El arzobispo emérito de Kuala Lumpur (Malasia), Anthony Soter Fernández, 84 años. Otra broma periférica del Papa pues los católicos de la archidiócesis no llegan a 250.000
El arzobispo emérito de Novara, Renato Corti, 80 años. Posible premio de consolación a Italia que sólo ha tenido un cardenal elector que ademásno es residencial ni curial sino nuncio.
El obispo emérito de Mohale’s Hoek (Lesotho), Sebastián Koto Khoarai, 87 años, otro guiño periférico con un obispo tan descobocido como su diócesis.
Y por último el sacerdote albanés Ernest Simoni, 88 años dentro de ocho días. Justísimo homenaje a una Iglesia mártir en una persona dos veces condenada a muerte y que pasó 18 años en la cárcel.
Extrañamente la nación más favorecida, con tres cardenales electores ha sido Estados Unidos. Dos de ellos malos. Y después Latinoamérica, que nadie me venga criticando el nombre pues uno es brasileño con otros tres. Africa tiene dos y Asia uno. Europa tres y Oceanía uno.
P.D.: Algunos comentarios de personas muy dignas de crédito para mí me obligan a esta posdata.
Don Antonio Lasierra me advierte de un error de suma que ya he corregido en el texto. Efectivamente el benjamín del Sacro Colegio es el nuevo cardenal africano. ¿Qué sería del Blog sin la sabiduría y la atención permanente de Don Antonio?
No tenía en la memoria referencias del cardenal de la República Centroafricana pero por lo que nos dicen algunos comentaristas serios parece un nombramiento óptimo.
Me alegraría mucho que Tobin, del que tenía un pésimo concepto como secretario de la Congregación para la vida religiosa lo esté haciendo bien en sus diócesis norteamericana.
También me dicen que el venezolano es un buen arzobispo.
La entrada original concluía con los cardenales electores. La estaba escribiendo a las cuatro de la madrugada y me venció el sueño. Que hasta me hacía sumar mal. No podía cortarla sin acabar con los cardenales con derechos electorales pero cuando llegué al último me fui a dormir pensando en concluirla cuando me despertara pensando incluir a los mayores de 80 años como acabo de hacer. Y por supuesto con mi homenaje al sacerdote albanés lleno de méritos ante Dios y su Iglesia.
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