El caso de los Romanones se desinfla jurídicamente

Imagen de archivo de un sacerdote anónimo. http://www.andalucesdiario.es/ciudadanxs/todos-curas-sospechosos-de-pederastia-salvo-el-padre-roman-se-libran-del-banquillo/ Yo eclesialmente me alegro por no ver a la Iglesia, por culpa de un número importante de sus sacerdotes, en la escandalera de los medios. Queda sólo el cabecilla como imputado. Pero que hayan prescrito los delitos no quiere decir que sean inocentes de los mismos. Y si los cometieron han sido tan asquerosos que comprometen su ministerio sacerdotal. No van a ser juzgados y por tanto no serán condenados civilmente. Pero el arzobispado de Granada tiene la obligación moral de decirnos si todos fueron unos asquerosos miserables, si lo fueron sólo algunos o si se trató de una repugnante calumnia sobre unos clérigos que no tuvieron nada que ver con las acusaciones que recayeron sobre ellos. Porque la mera prescripción civil no resuelve nada sobre la idoneidad de esos sacerdotes para seguir desempeñando el ministerio sacerdotal. Cabe que haya prescrito un asesinato por el transcurso del tiempo y que el asesino no pueda ser condenado y ni siquiera juzgado. Pero no por eso dejará de ser un asesino entendiendo por tal a quien cometió un asesinato. Aunque la justicia no pueda declararlo tal. Ahora le va a tocar hablar, en un sentido o en otro, al arzobispado sobre la comparsa de los romanones. Y tras la sentencia, si llega a producirse porque igual le ampara también la prescripción, sobre Román. Y bueno sería que los obispos estuvieran más al loro sobre la vida de sus sacerdotes. Pues enterándose sólo por la prensa no quedan bien. Y cuanto menos escándalos se produzcan en la Iglesia mejor para todos. También para los obispos. Ahora está insinuándose uno en la archidiócesis madrileña. Y cuando digo archidiócesis quiero decir en uno de los tres obispados que la componen: Madrid, Getafe y Alcalá. Éste no es de pederastia sino digamos más normal. Un párroco que tiene en un piso de Madrid a una señora con dos hijos. Del párroco. Circula no sólo el nombre de la parroquia sino hasta el de la calle madrileña donde viven la señora y sus hijos. ¿Es todo una calumnia más? ¿No existe la señora ni las niñas o si existen no tienen nada que ver con el párroco? Es posible. Pero si existen y tienen que ver, su obispo debería hacer algo. Porque estallado el escándalo no va a colar que diga que acaba de enterarse por el periódico. En el pueblo en cuestión el bulo, o la verdad, está en todas las bocas. O en muchas.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando