En el libro-entrevista ‘Últimas Conversaciones’ del alemán Peter Seewald, el Papa Emérito cuenta sus impresiones tras el encuentro que tuvo con la presidenta de Chile el pasado 28 de noviembre de 2009.
En el libro-entrevista Últimas Conversaciones del alemán Peter Seewald -que será publicado en castellano el próximo mes de octubre por la editorial Mensajero-, el Papa Emérito transmite su opinión sobre la presidenta de Chile, Michelle Bachellet, y cuenta sus impresiones tras el encuentro que tuvo con la mandataria el pasado 28 de noviembre de 2009.
Cabe recordar que el encuentro se realizó en el marco de la celebración de los 25 años del Tratado de Paz por el canal Beagle. La presidenta de Chile señaló su «alegría y la de todo el pueblo chileno por este encuentro extraordinario que tuvimos con el papa Benedicto XVI».
En el libro Últimas Conversaciones, Ratzinger cuenta que Bachellet «es atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana».
«Con ella -continúa -he tenido conversaciones positivas, y en general, conocer a estos personajes políticos ha sido una experiencia positiva. Son hombres y mujeres que entre ellos son muy diferentes, sin embargo buscan resolver todo con justicia».
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Michelle Bachelet no es marxista sino socialdemócrata.
se equivoca el articulo o Ratzinger…
Es masona… a que viene esta nota?
Yo creo que la mayoría de las personas, incluso estos políticos tan anticristianos, buscan la justicia, y tienen unos mínimos éticos. Sin embargo, están tan obcecados con tu ideología, que no son capaces de ver el mal que se hace a las personas incentivando el aborto, el gaymonio, y el divorcio. Y en esto tienen su grado de responsabilidad: en que rechazar un debate serio sobre estos temas, y su rechazo a las importantes razones para estar en contra de estas lacras, incluso con razones puramente humanas y de bien común.
Tiene esa ética tan cercana al cristianismo que impulsa a marxistas y masones a imponer la legalización del crimen del aborto haciendo dependender la vida de una persona del antojo de otra.
Es masona y abortista.
«A pesar de ser atea», es decir que Benedicto se sorprende de que los ateos podemos ser personas «éticas»! esto es ofensivo porque es una discriminación sin fundamento alguno, denota cómo el cristianismo ha secuestrado la ética como si le perteneciera, careciendo de la mínima auto crítica, considerando los sonados escándalos en los que el Vaticano se ha visto envuelto por corrupción, encubrimiento de pederastas, vinculaciones con dictaduras y mucho más.
No contentos, usuarios de Infovaticana acusan a Bachelet de ser masona, lo que es contradictorio por ser mujer (aunque es cierto que recientemente algunas logias se han abierto a las mujeres, lo que era impensable hace unas pocas décadas) e imposible por ser atea, ya que los masones basan su cosmovisión en la existencia de un ser supremo, un «gran diseñador» (por eso los símbolos de la masonería), algo en lo que los ateos no creemos por definición, no sin antes descalificar a su «respetado» líder religioso, el Papa Benedicto.
Este artículo es un claro ejemplo del prejuicio promovido por el Vaticano, un prejuicio que en lugar de unir a las personas, las separa por su creencia o falta de ésta, que lejos de buscar la humildad, promueve una arrogancia basada en la creencia de que los católicos son los poseedores no solo de la ética sino también de la verdad, lo que les pone en una supuesta posición de superioridad moral, algo totalmente alejado de la verdad como lo demuestra la historia de la propia iglesia católica, es más como ellos mismos confiesan cada domingo en la misa.
A Benedicto le han hecho un lavado de cerebro
Me encanta ver chochear a este expapa
Con el debido respeto, nada más lejos de la realidad que la apreciación de Su Emérita Santidad sobre la entonces como hoy Presidente de Chile, Michelle Bachelet, cuya engañadora sonrisa cobija a una marxista de tomo y lomo, hasta hace algunos años, miembro ayudista de un grupo terrorista chileno de extrema izquierda, nostálgica de Alemania Oriental, admiradora incondicional de Fidel Castro, laicista y filo masónica, si no derechamente masona, propulsora declarada del aborto, en cuyo actual gobierno la aprobación del mismo es prácticamente la crónica de un hecho anunciado, propulsora de la píldora del día después, propulsora del «matrimonio» homosexual, persecutora implacable de la libertad de enseñanza, etcétera, etcétera. A todo lo cual cabe sumar una vida privada, según es secreto a voces, amoral, pues hace ya varios años se ha jactado de haber tenido 25 amantes, y, asimismo, gravísimos casos de corrupción en su gobierno, por cierto ocurridos bajo su pleno conocimiento, como, por ejemplo, el llamado caso Caval, cuya principal protagonista es su nuera, hoy en día investigada por los tribunales de la justicia criminal chilena. Su actual gobierno tiene el índice más bajo de aprobación, luego del que tuviera Salvador Allende, se triste memoria, teniendo a Chile sumido en una gravísima crisis política, social y económica. Con razón se afirma que el demonio jamás muestra su verdadero rostro, sino que un amable y sonriente, que le permite llevar a las almas al infierno.
En el libro Últimas Conversaciones, Ratzinger cuenta que Bachellet “es atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana”.
NO HE LEÍDO EL ÚLTIMO LIBRO DEL PAPA EMERITO, ni siquiera se ha publicado en español, pero decir lo anterior, que la actual presidente de Chile es «atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana», no es signo ni de chochear ni de despreciar a las personas marxistas y ateas por el mero hecho de serlo.
La médico y política chilena Michelle Bachelet podrá tener mil y un fallos y será pecadora como la que más (promiscua, laicista, lo que sea), pero al igual que el papa Alejandro VI fue completamente inmoral, completamente «golfo» (libinidoso, libertino, mundano, conspirador, nepotista…) y sin embargo jamás cayó en herejía cuando escribió o predicó como vicario de Cristo, la señora Michele Bachelet, cualesquiera que vengan a ser sus fallos, sus debilidades, sus pecados, ¿por qué no puede tener unas convicciones éticas en parte próximas a la cosmovisión católica? Es lo que el sabio de Benedicto XVI apunta.
Michele Bachelet (Wikipedia la presenta como agnóstica, más que como atea) estuvo próxima, o incluso colaboró con ella, a la Vicaría de la Solidaridad impulsada por el llorado cardenal Raúl Silva Henríquez, actualmente abierto su proceso de beatificación. ¿Por qué la «atea o agnóstica» Michele Bachelet, vale que coleccionadora de amantes -particular que yo, ni que decirlo, ignoro completamente-, no puede atesorar valores, talentos, capacidades, actitudes positivas, loables, nobles, humanas…?
El cantautor chileno Víctor Jara, no sé si acabó ateo, pues marxista desde luego sí fue, la mayor parte de su vida. Pero su «marxistización» fue un proceso, pues hasta los 20 años más o menos su cosmovisión fue católica: Víctor Jara fue novicio por dos años en una congregación religiosa misionera. Es indudable que se alejó de la Iglesia, sacramentalmente hablando, es innegable que su ideario se tiñó de marxismo, pero ¿hasta el extremo de sepultar todo su pasado de valores cristianos?, ¿hasta el extremo de llevarlo al ateísmo y al abandono o pérdida de todo valor humano loable, positivo, humano, noble y verdadero?
El poeta alicantino Miguel Hernández fue ferviente católico en su Orihuela natal, ambiente rural, o como mucho provinciano. Ya instalado en Madrid y en contacto con republicanos, izquierdistas, ateos, anticlericales, comunistas, bohemios, mujeres bohemias del mundo del arte y de las letras, el joven Miguel Hernández se aleja de la Iglesia, apostata de su fe católica de su primera hora vital, se hace combatiente comunista, en las letras y en la acción activista o militante. Pero resulta que ya en su lecho de muerte, enfermo y preso, se reconcilia con la Iglesia, recibe los últimos sacramentos. Entonces, ¿vamos a negar todo valor, toda verdad posible, toda nobleza a la vida y obras de alguien como Miguel Hernández?
El prócer cubano José Martí (poeta, prosista, narrador, pensador, político…) fue masón, de ideales religiosos panteístas o similares. Mas ¿es justo condenar sumarísimamente toda la vida y obra de José Martí, no debiendo reconocer en ella nada bueno, justo, noble, loable, positivo, humano, solidario, generoso…?
El franco-alemán Albert Schweitzer (1875-1965), Premio Nobel de la Paz en 1952, fue médico, musicólogo, músico (el mejor intérprete de Bach al menos de los tiempos modernos), teólogo, filósofo, misionero, pastor protestante… ¿Es justo afirmar que nada del nada del legado de Albert Scheweitzer es positivo, loable, noble, saludable, humano, cristiano, verdadero…?
¿Qué clase de integrismo y de espíritu de la intransigencia deberían llevarnos a negar aspectos positivos en la vida y obra de personalidades como Michele Bachelet, Víctor Jara, José Martí, Miguel Hernández, Albert Scheweitzer…?
En el libro Últimas Conversaciones, Ratzinger cuenta que Bachellet “es atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana”.
NO HE LEÍDO EL ÚLTIMO LIBRO DEL PAPA EMERITO, ni siquiera se ha publicado en español, pero decir lo anterior, que la actual presidente de Chile es «atea y marxista, y no estamos de acuerdo en muchas cosas, pero en ella he visto una voluntad ética muy cercana a la cristiana», no es signo ni de chochear ni de despreciar a las personas marxistas y ateas por el mero hecho de serlo.
La médico y política chilena Michelle Bachelet podrá tener mil y un fallos y será pecadora como la que más (promiscua, laicista, lo que sea), pero al igual que el papa Alejandro VI fue completamente inmoral, completamente «golfo» (libinidoso, libertino, mundano, conspirador, nepotista…) y sin embargo jamás cayó en herejía cuando escribió o predicó como vicario de Cristo, la señora Michele Bachelet, cualesquiera que vengan a ser sus fallos, sus debilidades, sus pecados, ¿por qué no puede tener unas convicciones éticas en parte próximas a la cosmovisión católica? Es lo que el sabio de Benedicto XVI apunta.
Michele Bachelet (Wikipedia la presenta como agnóstica, más que como atea) estuvo próxima, o incluso colaboró con ella, a la Vicaría de la Solidaridad impulsada por el llorado cardenal Raúl Silva Henríquez, actualmente abierto su proceso de beatificación. ¿Por qué la «atea o agnóstica» Michele Bachelet, vale que coleccionadora de amantes -particular que yo, ni que decirlo, ignoro completamente-, no puede atesorar valores, talentos, capacidades, actitudes positivas, loables, nobles, humanas…?
El cantautor chileno Víctor Jara, no sé si acabó ateo, pues marxista desde luego sí fue, la mayor parte de su vida. Pero su «marxistización» fue un proceso, pues hasta los 20 años más o menos su cosmovisión fue católica: Víctor Jara fue novicio por dos años en una congregación religiosa misionera. Es indudable que se alejó de la Iglesia, sacramentalmente hablando, es innegable que su ideario se tiñó de marxismo, pero ¿hasta el extremo de sepultar todo su pasado de valores cristianos?, ¿hasta el extremo de llevarlo al ateísmo y al abandono o pérdida de todo valor humano loable, positivo, humano, noble y verdadero?
El poeta alicantino Miguel Hernández fue ferviente católico en su Orihuela natal, ambiente rural, o como mucho provinciano. Ya instalado en Madrid y en contacto con republicanos, izquierdistas, ateos, anticlericales, comunistas, bohemios, mujeres bohemias del mundo del arte y de las letras, el joven Miguel Hernández se aleja de la Iglesia, apostata de su fe católica de su primera hora vital, se hace combatiente comunista, en las letras y en la acción activista o militante. Pero resulta que ya en su lecho de muerte, enfermo y preso, se reconcilia con la Iglesia, recibe los últimos sacramentos. Entonces, ¿vamos a negar todo valor, toda verdad posible, toda nobleza a la vida y obras de alguien como Miguel Hernández?
El prócer cubano José Martí (poeta, prosista, narrador, pensador, político…) fue masón, de ideales religiosos panteístas o similares. Mas ¿es justo condenar sumarísimamente toda la vida y obra de José Martí, no debiendo reconocer en ella nada bueno, justo, noble, loable, positivo, humano, solidario, generoso…?
El franco-alemán Albert Schweitzer (1875-1965), Premio Nobel de la Paz en 1952, fue médico, musicólogo, músico (el mejor intérprete de Bach al menos de los tiempos modernos), teólogo, filósofo, misionero, pastor protestante… ¿Es justo afirmar que nada del legado de Albert Scheweitzer es positivo, loable, noble, saludable, humano, cristiano, verdadero…?
¿Qué clase de integrismo y de espíritu de la intransigencia deberían llevarnos a negar aspectos positivos en la vida y obra de personalidades como Michele Bachelet, Víctor Jara, José Martí, Miguel Hernández, Albert Scheweitzer…?
Por cierto que los que nos deberían dar miedo de verdad, son los ateos y deistas: Hitler, Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot y demás reyezuelos marxistas que por el mundo han sido, mas los masones norteamericanos, franceses e ingleses , suman ellos solitos y en únicamente 70 años más decenas de millones de muertos que todas lar religiones juntas en 2000 años.
Argumento contra ateos, y su manoseado mantra de que las religiones generan conflictos.
Algunos hablan de marxismo y de personajes marxistas como si sus ideas fueran juegos florales de belleza cautivadora olvidando que los personajes que citan, bien conscientemente, bien como tontos útiles, contribuyeron a difundir la ideología que, en menos de un siglo, mas decenas de millones de muertos se ha llevado por delante en pro de una utópica sociedad. Deportaciones de poblaciones enteras , hambrunas, matanzas, gulags, eso es el recuerdo y el rastro del paso por la historia del hombre del marxismo, que muchos se niegan a tener presente, y se empecinan tercamente en omitir.
Aclarando a alisiosaruquenses:
El cardenal Raúl Silva Henríquez NO se encuentra en proceso de beatificación y difícilmente lo estará jamás, por cuanto su pontificado produjo auténtica ruina espiritual para los católicos de la arquidiócesis de Santiago de Chile. En efecto, el Cardenal tomó abierto partido por posturas de izquierda sin disimular sus simpatías por Salvador Allende, de nefasta memoria, ni por Fidel Castro, lo qual produjo grave división y escándalo en los católicos no solo de la Capital sino que de todo Chile. Sus opiniones y actuaciones políticas en el campo de lo opinable hicieron mucho daño, al punto que muchos dejaron de cumplir con el precepto dominical y aun, escandalizados y dolidos por sentirse abandonados, murieron negándose a recibir los santos sacramentos. La formación de sus seminaristas fue sencillamente desastrosa. Luego del CVII, persiguió implacablemente las expresiones tradicionales de la piedad católica, llegando incluso a suprimir la tradicional procesión de la Virgen del Carmen, parte del ADN chileno desde el siglo XVII, aunque después la repuso gracias a los acertados oficios de una cercana pariente. Si bien su vida personal fue intachable, así como su magisterio en materia de moral, su caso parece dar toda la impresión de tratarse de un error en la vocación, pues la suya era derechamente política. Cuando en 1983 presentó la renuncia al cumplir 75 años, contrariamente a lo que esperaba, el Papa San Juan Pablo II se la aceptó de inmediato, nombrando a un sucesor moderado y conciliador.
Durante su primer gobierno, entre 2006 y 2010, la Presidenta Michelle Bachelet tuvo posturas en general moderadas -como suelen ser las tácticas de los marxistas, que pueden adoptar incluso posiciones contrarias en espera del momento oportuno para imponer las suyas-, lo cual, sumado a su indudable empatía con la gente, le hicieron tener la más alta aprobación registrada en encuestas de un presidente chileno, y por cierto la admiración de gobernantes extranjeros así como la buena impresión de Su Emérita Santidad. Sin embargo, en su segundo gobierno (2014) -dicho sea de paso, al que accedió con un porcentaje muy bajo de votantes, luego de que las elecciones dejaran de ser obligatorias-, contando además con mayoría en el Congreso, la señora Bachelet ha desenmascarado su verdaderos propósitos, con las lamentable accionar que antes hemos referido.
Buscar la justicia lo hace todo el mundo, lo malo es que buscan «su justicia» y a veces se revisten del manto juticialista para los demás (¿repasamos la lista de los grandes criminales «justos» de la humanidad?) . El Señor Jesús ya lo dijo como Palabra: «…si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos», es decir no os salvareis eternamente. Ser ético, no es lo mismo que darse cuenta de los principios éticos y defenderlos; sencillamente están inscritos en el corazón de todo hombre aunque puedan .
Y a todo hombre le mueve la gracia de Dios para hacer el bien, aunque sea ateo, lo malo es que muchos no quieren dar el paso hacia el encuentro con Dios que es el definitivo. La ética, en sí misma, sino se avanza en ella y es totalitaria (es decir abarca a todos los aspectos del obrar humano, expuesto en los mandamientos, no sólo a algunos) , no vale. El buenismo tranquilizador, tan en boga, no viene de Dios y adormece; los «buenos» fariseos y escribas e israelitas son los que, finalmente, se adhirireron a la fe. Y los ateos buenos, de buena voluntad y acciones (sin obrar bien no se ve a Dios fácilmente porque «el que obra la verdad (el bien) viene a la Luz»Jn., 3,21) llegan, antes o después al encuentro con Dios, porque el Señor no niega la gracia a quien le busca, es más, va a su encuentro como Padre amoroso.
«alisio…» tu defensa de los «buenos» ateos o excreyentes no se sostiene. Quien se aleja de Dios, lo hace siempre por su culpa, nunca Dios se aleja; es principio básico. Pero el diablo sabe y conoce bien la naturaleza humana por eso dice muy bien San Francisco de Sales que, quien deja sus deberes cristianos o no quiere acceder a ellos lo hace forma gradual y solapada, de forma que la conciencia se acalle es decir, lo hace poco a poco y por razones «plausibles». La exposición de San Francisco concuerda con la de San Agustín en cuanto al obrar y creer que van unidos en uno u otro sentido .»fac ut credas; crede ut facias». Y dejando aparte lo teológico concuerda con lo que en psicología define Festinger como la «disonancia cognitiva»: la persona no puede permanecer de forma constante en contradicción entre lo que piensa y lo que hace. Por tanto aquietar conciencias separadas de Dios no es de Dios, otra cuestión será acogerlas y acompañarlas misericordiosamente, respetando tiempos, animando y, en ocasiones, amonestando debidamente. Como me contaba un confesor que le decía un penitente que no quería dejar a su querida y no le podía absolver pero que hablaba con él de vez en cuando : «pero vd. , padre, exígame, exígame». El médico que renunica a pedir hábitos saludables y no pone remedio a enfermedades es mal médico.
Algunas consideraciones:
Según Wikipedia, no se ha abierto el proceso de beatificación del cardenal Raúl Silva Henríquez. De ninguna manera soy no digo experto sino ni siquiera medianamente conocedor de la biografía del prelado chileno, hijo de un matrimonio de agricultores acaudalados padres de 19 hijos, ahí es nada. Pero sí me parece que juzgar de esa manera sumaria e inmisericorde los 91 años de vida de una persona (una vida llena de luces, de sombras, de pecado, de virtud, de errores, de defectos, de carismas, de aciertos…) es lo propio de las mentalidades integristas o de la extrema derecha católica. Con todo, si monseñor Óscar Romero es oficialmente beato y Dom Hélder Cámara tiene ya abierto su proceso de beatificación…
No pretendo justificar a los ateos, solo que sí admito que una persona puede perfectamente hacer el bien; no hace falta citar innúmeros testimonios de personas que, sin profesar fe religiosa alguna, han sido y son solidarias, compasivas, generosas, honestas, justas…