En una charla en un colegio de Münster, el arzobispo de Tegucigalpa habló sobre diversos temas de actualidad con los estudiantes y descartó la ordenación sacerdotal de mujeres.
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y miembro del C-9, participó en una charla con los jóvenes de un colegio de la ciudad alemana de Münster. Durante el acto, el cardenal respondió a las preguntas planteadas por los estudiantes sobre temas como la intervención militar en Siria, la homosexualidad y el sacerdocio femenino.
Según recoge la diócesis de Münster en su página web, durante esta charla el cardenal Maradiaga explicó a los jóvenes que «nadie nace homosexual». «Todo el mundo nace como hombre o mujer para amar al otro – ese es el plan de Dios», aseguró el prelado.
Maradiaga añadió que son las influencias negativas en el desarrollo infantil y adolescente las que a veces conducen al desarrollo de una orientación sexual distinta a la natural. «El abuso, el abandono o la pornografía pueden llevar a una orientación diferente», afirmó Maradiaga, diplomado en psicología clínica y psicoterapia en la Universidad Leopold Franz, en Innsbruck, Austria.
En relación con la sexualidad, el arzobispo de Tegucigalpa defendió que se trata de un «don de Dios» que no debe ser considerado como un pasatiempo sino como «una expresión de amor». Asimismo, el prelado aconsejó a los jóvenes no convertirse en esclavos de los sentimientos sexuales y, en relación con la educación sexual, apostó por la formación más que por la mera información.
Durante esta charla, Maradiaga también descartó la ordenación sacerdotal de mujeres en la Iglesia católica. «Si Dios hubiera querido que las mujeres fueran sacerdotes, habría ordenado en primer lugar a la Virgen María, la más santa de las mujeres», contestó a los estudiantes.
El coordinador del C-9, el consejo de nueve cardenales que asesora al Papa Francisco en la reforma de la curia, también criticó duramente la acción militar en Siria, alegando que «nadie tiene derecho a matar» y culpó a los países occidentales de haber contribuido a crear la «horrible situación» que ahora se vive en el país a través de la venta de armas y las relaciones con grupos radicales.
Este debate fue la conclusión de una visita de varios días del cardenal a la comunidad alemana-hondureña con ocasión de la apertura del Consulado Honorario de la República de Honduras en Duisburg.
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Se puede decir más alto pero no más claro.
El Cardenal Maradiaga siempre ha tenido las ideas muy claras y sin pelos en la lengua, algo que envidiamos los que estamos lejos de alguien así. No quiero entrar en el porqué de estas desviaciones aunque se, que son heridas que en un momento determinado, por distintas causas salen por ahí, como podrían salir por otro lado, pero «la moda de la ideología de género» hace que esta salida sea más frecuente de lo que sería normal.
Y la gran pena, es que muchos jóvenes están cayendo en esto, sin que las personas que hay alrededor, sean: amigos, especialistas, familiares… sigan el camino recto del sentido común, que parece ser el menos común de los sentidos.
Uy uy uy… ¿y Soros que opinará de esto?
Este cardenal, haciendo gala de un desparpajo similar al del papa con sus insulsas afirmaciones ecologetas de la Laudato si, hace afirmaciones tajantes sobre algo que aún no está bien dilucidado. El papel de la presión mediática y consecuentemente social a favor de la homosexualidad y otros ítems destructivos de la identidad familiar y personal, es evidente. Pero mojarse tajantemente en un tema que le es absolutamente ajeno, aunque haya leído algunas revistas de divulgación, resulta ridículo. Desde el informe Kinsey las cosas no están tan claras y los estudios neurobiológicos no son concluyentes. ¿Por qué no se meten a gobernar la Iglesia con prudencia y caridad en lugar de divagar en arriscados terrenos científicos que siguen abiertos? Y es que no se callan ni debajo del agua.
¿El informe Kinsey? Por favor… Ni el más acérrimo defensor toma ese informe en serio para demostrar nada. Entre otras cosas porque justifica la pedofilia, el bestialismo, y muchas conductas todavía difíciles de tragar.
Quien defienda el informe Kinsey se desacredita a sí mismo. Es uno de los mayores fraudes de la historia.
Dios creó hombre y mujer, les dió el don del amor para reproducirse y poblar la tierra. Si creara homosexuales y lesbianan su plan creador habría fracasado porque no pueden reproducirse…
La ciencia, con «todo su adelanto», no termina de descifrar el enigma de una célula y menos de un cromosoma.