El arzobispo de Barcelona ha obligado a cancelar la charla «Cristianismo y sexualidad» prevista para el próximo 3 de marzo en la parroquia de Sant Medir. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ha prohibido la celebración de una conferencia en una parroquia de la ciudad, según informa Germinans Germinabit. El motivo de la prohibición es que el conferenciante era ni más ni menos que Krzysztof Charamsa, el sacerdote ex miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe que reveló públicamente su condición homosexual y su relación con el funcionario de la Generalitat de Cataluña Eduard Planas. La parroquia de Sant Medir en Barcelona decidió organizar una conferencia prevista para el 3 de marzo titulada «Cristianismo y sexualidad», a la que había sido invitado como ponente Charamsa. El arzobispo de Barcelona, al conocer el evento programado, ha decidido prohibir la celebración de la conferencia en la parroquia, así como la asistencia del párroco. La prohibición expresa al párroco de Sant Medir, tal y como explica Germinans Germinabit, evitaría que el sacerdote acudiera a la conferencia de celebrarse ésta en otro lugar y legitimara las palabras de Charamsa en relación al cristianismos y la sexualidad. Charamsa no sólo ha sido protagonista de los titulares de la prensa por haberse declarado abiertamente homosexual, sino también por sus ataques a la Iglesia católica, a la que ha acusado de ser «homofóbica», profesar una falsa noticia y odiar a los homosexuales. Charamsa ha sido suspendido del ejercicio del sacerdocio por «defender postulados contrarios a la fe». A continuación, pueden leer el artículo completo de Germinans Germinabit: Krzysztof Charamsa, se hizo famoso en Cataluña por ser el único representante vaticano que dio apoyo a la independencia en un programa de la radio pública catalana, presentado por la «bienpagá» Mónica Terribas. En aquel momento era secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, dependiente de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. El sector nacionalista estaba encantadísimo de haber encontrado por fin un apoyo eclesiástico, después de haber buscado, sin escatimar gastos, hasta debajo de las piedras, pero pronto se supo el porqué. El monseñor polaco tenía un amante catalán (Eduard Planas) funcionario de la Generalitat de Cataluña y ferviente defensor de la causa independentista. Tal descubrimiento hizo que Charamsa tuviera que salir del armario, y vestido todavía con alzacuellos, reconocer su homosexualidad y su amor hacia su «novio» catalán, con el que aparecía abrazándose ante las cámaras de todos los medios de comunicación. Pero no sólo fue eso, sino que desde aquel mismo momento empiezan sus declaraciones en defensa de la causa gay y en contra de la que había sido hasta entonces su casa: «la Iglesia profesa una falsa doctrina y odia a los homosexuales», todo ello cuando el Santo Padre Francisco estaba a punto de inaugurar las sesiones del Sínodo de la Familia de 2015. Como era de esperar, su obispo Don Ryszard Kasyna, (titular de Pelplin, en Polonia), lo suspende del ejercicio de su sacerdocio, «por defender postulados contrarios a la Fe» y le prohibe explícitamente utilizar la vestimenta eclesiástica, con la que se ha había paseado provocativamente por toda Barcelona, después de su salida del armario. Parece increíble que con este historial una parroquia pueda invitar a este personaje a dar una conferencia en tiempo cuaresmal, pero en Barcelona, todo lo que parece imposible puede ser real, y allí está la parroquia de Sant Medir (San Medín), para abrirle las puertas al defenestrado monseñor, y dejarle hablar de sexualidad ante su feligresía. Porque la charla que debía producirse el próximo 3 de marzo a las 21’30 h. no era para hablar de la Cuaresma, ya que tenía por título»Cristianismo y sexualidad», es decir para que Charamsa pueda explayarse en su defensa de la homosexualidad. Semejante barbaridad ha llegado a oídos de nuestro arzobispo, Don Juan José Omella, que no ha dudado en intervenir, prohibendo la celebración de la citada conferencia en la parroquia de Sant Medir. No es algo nuevo, n.s.b.a… y jubilado cardenal Martínez Sistach ya había vetado la presencia del teólogo arriano Juan José Tamayo en esa misma parroquia, después de que la Conferencia Episcopal Española hubiera manifestado públicamenete las ideas heréticas de este teólogo. Pero el párroco de Sant Medir, el Rvdo. Enric Subirá, buscó un subterfugio ante la prohibición del entonces cardenal-arzobispo y trasladó la conferencia a un local contiguo, alquilado por la parroquia a la formación Esquerra Republicana. De esta manera Sistach quedaba bien ante Roma y la Conferencia Episcopal Española (como siempre fue su objetivo), mientras que la charla se hacía exactamente igual, pero a tan sólo unos pasos del lugar previsto originalmente. Es evidente que ni Sistach, ni Omella pueden prohibir que se haga una conferencia en un local que en este momento regenta un partido político, pero nuestro actual arzobispo ha ido más allá de su antecesor y ha prohibido al párroco acudir al acto (si este finalmente se hace en la sede del partido independentista). En el caso del «tamayazo» (el del teólogo, no el del político que favoreció que el PP gobernara en Madrid hace unos años), el Rvdo. Subirá, no sólo participó del acto, en la sede de Esquerra, sino que lo presentó y permaneció al lado de Tamayo durante toda la conferencia (tal como puede verse en la fotografía). Don Juan José tiene claro que la presencia del párroco en el acto, da legimitimidad y bendición desde la parroquia, algo que no es tolerable, por lo que se ha querido asegurar que el sacerdote no aparezca por allí. Ya dije en su momento que este obispo me daba buenas vibraciones, lo comenté con motivo del retiro cuaresmal que está realizando a los sacerdotes de la diócesis, y me ratifico con su actuación ante esta conferencia de Charamsa. Lo critiqué por no actuar rápidamente ante las ofensas blasfemas a la oración del Padrenuestro. Finalmente ha actuado, y ha argumentado porqué lo ha hecho tan tarde, sigo pensando que tenía que haberlo hecho antes, pero más vale tarde que nunca. Quizá me equivoque, el tiempo lo dirá, pero creo que Don Juan José nos va a dar más alegrías que disgustos.
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Una persona que está en abierta contradicción con el Evangelio de Jesucristo, no se debería, ni siquiera plantear dar una conferencia en una parroquia.
Debemos rezar por ellos y dar gracias, por todos los obispos y sacerdotes santos!
Y, digo yo, que habrá que amonestar públicamente al «párroco» (si es que se le puede llamar así al anticatólico pájaro que ha organizado la disertación del «tierno excura»).
Me parece muy digna de mención la actuación del Arzobispo de Barcelona, ya se
que en algunos ámbitos no cae bien y en otros lo encumbran sin parar. Pero
en este caso ha obrado de forma lógica.
Para ser práctico: como feligrés nunca iría a confesarme con el tal Charamsa. Tampoco
recibiría la comunión de sus manos. Tampoco me quedaría a solas con él para
consultarle algún tema relacionado con la fe. ¿Por qué? Porque no me fío. No se de
que va. Todos sabemos que el lobby gay es muy poderoso y que ejerce una presión
muy fuerte . Todos sabemos que muchos ex-sacerdotes que se han
casado apoyan el lobby gay. ¿Por qué? Para justificar su decisión y promover la erradicación
del celibato sacerdotal. Desconfiaría de cualquier sacramento administrado por este señor.
Se tomó de forma muy acertada la decisión de suspenderle del ejercicio sacerdotal.
Por supuesto, una conferencia por este señor en una parroquia está fuera de lugar.
Ignoro la razón por la que el párroco decide permitir este tipo de actos en una iglesia sin
consultar con su obispo.