Es el primer mártir que aparece en la obra ‘Memoriale Sanctorum’ de su coetáneo San Eulogio.
Perfecto nació en Córdoba durante el Califato Omeya. Fue gran conocedor del árabe ya que nació en una zona de pleno dominio musulmán.
Se ordenó sacerdote en la Iglesia de San Aciscio.
Después de un periodo en el que los musulmanes respetaron a las otras religiones monoteístas -judaísmo y cristianismo- durante el califato de Al Hakam I, éste murió y le sucedió su hijo Abd al-Rahman II.
Con este nuevo líder comenzaron las persecuciones en el año 850. Un día de ese fatídico año, un grupo de musulmanes rodeó al santo y empezaron a hacerle preguntas acerca de su fe en Cristo y de su opinión del fundador del Islam, Mahoma.
La respuesta de Perfecto le causó la muerte. Dijo que Mahoma era un hombre del demonio, hechicero, adúltero, maldito… Le llamó ‘instrumento de Satanás’ que había venido del infierno ‘para ruina y condenación de las gentes’.
Evidentemente esto ofendió a los musulmanes, que le llevaron al cadí y le metieron en la cárcel.
El 18 de abril del 850 fue degollado junto al Guadalquivir.
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