Ricardo Ezzati Andrello es Cardenal, Arzobispo de Santiago de Chile y Presidente de la Conferencia Episcopal Chilena. Ingresó al seminario con 17 años y desde entonces no ha dejado de ostentar cargos eclesiásticos, hasta llegar a ser príncipe de la Iglesia.

Monseñor Ricardo Ezzati Andrello nació en Campiglia dei Berici (Vicenza, Italia), el 7 de enero de 1942. Hijo de Mario y de Asunta, cursó la enseñanza básica en la Escuela Comunal de su pueblo y la enseñanza media en el Colegio Salesiano de Penango (Asti, Italia). A los 17 años, decidido a ingresar al seminario, pidió hacer el noviciado fuera de Italia.
En 1959 llegó a Chile e ingresó al Noviciado de la Congregación Salesiana, ubicado en Quilpué. Allí, el 31 de enero de 1961 emitió la primera profesión como religioso salesiano. “Cuando fui destinado a Chile, hice de este país mi opción de vida. Soy italiano de nacimiento y chileno por vocación”, confiesa. Estudió Filosofía y Pedagogía en el Instituto de la Congregación, afiliado a la Universidad Católica de Valparaíso.
La formación de Ricardo Ezzati Andrello
Desde 1964 a 1966 enseñó en el Liceo Camilo Ortúzar Montt, de Santiago. Estudió Teología en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, convirtiéndose en Licenciado en Sagrada Teología. Allí le tocó ser testigo de los movimientos estudiantiles del 68, y del final del Concilio Vaticano II. “El mundo estaba cambiando y la Iglesia estaba viviendo momentos excepcionales de efervescencia, de grandes reformas, de repensar su acción y la visión que tiene de sí misma en relación al mundo. Se discute lo que significa ser cristiano en la sociedad, en la política, en la cultura, en la educación, en medio del mundo de la pobreza. Fue una época muy viva, que me ayudó a formarme como sacerdote” decía de esa época.
Posteriormente estudió en la Universidad de Estrasburgo, Francia, donde obtuvo el título de master en Pedagogía Religiosa. Es, además, Profesor de Estado en Religión y Filosofía, por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. El 30 de diciembre de 1966 emitió la Profesión perpetua como religioso salesiano, y el 18 de marzo de 1970 fue ordenado sacerdote.
En los años 1971 y 1972 desarrolló su misión pastoral en Valdivia, donde fue responsable de la Pastoral del Instituto Salesiano. Entre 1973 y 1977 se trasladó a Concepción, donde fue Superior de la Comunidad Religiosa y Rector del Colegio Salesiano de esa ciudad, cargo que asumió con tan sólo 31 años. “Era muy joven, y creo que fue una imprudencia de mis superiores, pero fue una experiencia muy hermosa”, comentó.
En 1978 regresó a Santiago, donde permaneció hasta 1983. En este período fue Director del Seminario Mayor de la Congregación, Consejero Provincial, Profesor de Pastoral Fundamental en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, miembro y director del CEEC (Centro de Estudios y Experiencias Catequísticas).
En el año 1979, como cuenta la revista Nos, el joven ex rector del Colegio Salesianos de Concepción súbitamente cobraba notoriedad nacional. En el noticiero central de TVN, la ministra de Educación Mónica Madariaga lo acusaba de “traición a la patria”, a él y a otros co-autores de un librito de religión, editado por el Seminario Salesiano.
Ezzati recuerda esa anécdota con humor: “La ministra consideró que el libro era comunista y subversivo, pero yo lo leo ahora y lo veo tan inocente… Decíamos que había que gastar más dinero en lo social que en armamento; que la objeción de conciencia era un derecho fundamental; que la paz se construía no con armas, sino con desarrollo humano. Pero a ella lo que más le molestó fue una poesía que yo escogí de un soldado norteamericano que volvía de Vietnam, que descargaba sus sentimientos contra la guerra y que decía que el servicio militar era lo peor que le había pasado en la vida. Todavía tengo grabado lo que la señora Madariaga dijo en la televisión, y recuerdo que me sorprendió mucho la forma en que la leyó: hizo en pantalla la declamación más hermosa que yo hubiera podido imaginar”. Cuenta que el incidente no pasó a mayores, gracias a la enérgica intervención del arzobispo de Concepción, monseñor José Manuel Santos, y que la consecuencia más directa que tuvo, además de la censura del libro, fue que se congelara la tramitación de su nacionalidad.
Su participación en el Capítulo General de la Congregación
En 1984 participó en el Capítulo General de la Congregación y fue nombrado Inspector Provincial de los Salesianos de Chile. En esa calidad fue elegido también Vicepresidente de Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de Chile (CONFERRE).

En 1990 participó, por segunda vez, en un Capítulo General de la Congregación y, al terminar el período como Superior Provincial en 1991, fue llamado al Vaticano para colaborar con Mons. Francisco Javier Errázuriz en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, de la Santa Sede.
El 28 de junio de 1996, el Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de Valdivia. Fue ordenado obispo en esa ciudad el 8 de septiembre del mismo año, por el Cardenal Carlos Oviedo, Arzobispo de Santiago. Co-ordenantes fueron Mons. Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo Titular de Holar, y Mons. Sergio Contreras, obispo de Temuco. Tomó posesión de la diócesis el mismo día de su ordenación. Adoptó como lema episcopal “Para evangelizar”.
El 10 de julio de 2001 el Papa Juan Pablo II lo trasladó a la Sede Titular de La Imperial y lo nombró Obispo Auxiliar de Santiago y Administrador Apostólico de Valdivia, encargo este último que concluyó el 8 de Diciembre de 2001, cuando asumió como Administrador Apostólico Mons. Sergio Contreras Navia, Obispo Emérito de Temuco. En Santiago fue Obispo auxiliar del Cardenal Francisco Javier Errázuriz y Vicario General de la Arquidiócesis.
El 24 de abril de 2006, la Presidenta de la República, a solicitud del Congreso Nacional, promulgó la Ley N.º 20.100 que le otorgó la nacionalidad chilena por gracia especial.
Nombrado Arzobispo en 2006
El 27 de diciembre de 2006, el Papa Benedicto XVI lo nombró Arzobispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción. Asumió el 11 de marzo de 2007, sucediendo a Mons. Antonio Moreno, quien había renunciado por razón de edad. El 29 de junio de 2007 recibió el palio arzobispal de manos de Benedicto XVI. Dicen de él que hizo notar su estilo cercano, directo y con una marcada vocación social en esta etapa.
En 1997 participó en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para América, en el Vaticano. Hizo la Visita Ad Limina Apostolorum en 2002, durante el Pontificado de Juan Pablo II, y en 2008, durante el Pontificado de Benedicto XVI.
Participó en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe en Aparecida, Brasil, el año 2007. Ha asumido diversas responsabilidades en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM): ha sido miembro del Departamento de Vida Consagrada y actualmente es Presidente del Departamento de Cultura y Educación.
La educación es un tema que lo apasiona y que conoce desde dentro. En una entrevista en 2008, decía a la revista Nos: “Estoy convencido de que una educación estatizada empobrece a la sociedad. La educación es un bien público, y el Estado tiene el derecho y el deber de orientar sus grandes líneas dentro del marco de la Constitución y de las leyes. Pero en ese bien público todos los ciudadanos y las sociedades intermedias tienen que intervenir. Por eso es legítimo que existan proyectos educativos diferentes, que se inspiren ya sea en un humanismo laico o bien, como es en nuestro caso, en un humanismo de fe, y que todos podamos contribuir al bien del país”.
El Papa Benedicto XVI le confió la Visita Apostólica a la Congregación de Los Legionarios de Cristo (2009-2010). En una ocasión le hizo una entrevista una niña de 12 años. Aquí les dejamos la curiosa entrevista.
Cuando la Senadora Evelyn Matthei acusó a Monseñor Goic -entonces Presidente de la Conferencia Episopal- de que “no sabía nada de economía”, Ezzati declaró: “La senadora tiene razón, los obispos no somos expertos en economía. Yo soy sacerdote, y mi especialidad no es esa, sino educar a mi pueblo. El Señor nos pide que seamos expertos en humanidad, que estemos cerca de la gente, que tratemos de ponernos en el lugar de otro, entrar en el corazón de las personas para entender sus situaciones. Esa es nuestra tarea, y la dimensión social es parte de la enseñanza de Jesús. Lo dijo Juan Pablo II: la acción de la iglesia anuncia, pero también denuncia; no podemos dejar pasar la justicia, los atropellos. La dimensión social es parte de mi labor de obispo, y no estaría cumpliendo bien mi misión si no saliera de la sacristía, si me dedicara sólo a lo espiritual”.
Ese año, la conocida Encíclica Humanae Vitae cumplía 40 años. Ezzati dijo que “Esta encíclica, como lo dice su título, se centra no en el tema de los anticonceptivos, sino en el de la vida, y lo que buscaba era poner de manifiesto la dignidad de la vida humana”. “Después de 40 años, resultó que el Papa Paulo VI tenía la razón, porque eso de la falta de alimentos resultó un mito. Hoy día la ciencia nos hace ver que la Tierra puede dar alimentos a muchas más personas. El problema es de carácter ético: si la justicia conduce a que los bienes de la Tierra realmente estén al servicio de todos y no de unos pocos” añadió el arzobispo chileno.
Dice que hoy en día “se asocia mucho la Humane Vite a la condena a los anticonceptivos” pero que eso no es más que “una caricatura”. Según el prelado es una llamada “a una humanización de la sexualidad, a una paternidad y maternidad responsable, un llamado al amor”. Sostiene que la Encíclica sigue teniendo una vigencia absoluta hoy “cuando constantemente uno se encuentra con la banalidad con que se trata la sexualidad”.
Su respuesta las críticas hacia la Iglesia
Ante las críticas que hacen de la Iglesia de no estar en “sintonía con la gente” en asuntos como la píldora del día después, contesta Ezzati: “La iglesia ha estado siempre en sincronía con quien ha protegido la vida. En su momento defendimos la vida de los presos políticos, de los detenidos, y ahora lo hacemos con la vida de aquellos que están por nacer”.
“No nos importa qué grupo la esté defendiendo: su valor es intocable, y todo lo que se oponga a ella encontrará siempre la oposición de la Iglesia. La cultura imperante ha conducido al camino de relativismo ético. Para algunos es muy bueno defender las ballenas y, por el otro, defender la opción del aborto. No deja de ser sorprendente. En Chile hay grupos que ven el modelo español de Zapatero como un ideal de progreso. Pero también veo a muchísima gente que entiende que el progreso desligado del crecimiento ético no conduce a nada, salvo a la destrucción de la sociedad”, concluyó el arzobispo.
Cardenal desde 2014
Ha ocupado varios cargos en la Conferencia Episcopal de Chile. Ha sido miembro de la Comisión Pastoral, donde ha presidido el Área Educación por dos períodos. También ha integrado la Comisión episcopal de Seminarios, de Pastoral Vocacional y la Comisión Mixta Obispos-Superiores Mayores. Desde el año 2007 es miembro del Comité Permanente. En noviembre de 2010 fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile por un período de tres años.
El 15 de diciembre de 2010 el Santo Padre Benedicto XVI nombró a Ricardo Ezzati Andrello como nuevo arzobispo de Santiago de Chile en sustitución del cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, quien renunciaba por motivos de edad, y el 15 de enero de 2011 tomó posesión de la Arquidiócesis. El 12 de enero de 2014, el Papa Francisco informó su nombramiento cardenalicio para el consistorio del 22 de febrero del mismo año, el que sería además el primero de su pontificado.