Philippe Barbarin es cardenal de la Iglesia y arzobispo de Lyon.

Philippe Xavier Christian Ignace Marie Barbarin nació el 17 de octubre de 1950 en Rabat, Marruecos, entonces protectorado francés. Se licenció en Filosofía en la Universidad de París-Sorbona y en 1973 ingresó en el seminario de los Carmelitas. Tiene un doctorado en teología por el Instituto Católico de París. Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Creteil, Francia, el 17 de diciembre de 1977.
La trayectoria de Philippe Barbarin
Hasta 1985 fue vicario en dos parroquias, Notre-Dame d’Alfortville y Notre-Dame de Vincennes, entre ese año y 1990 fue delegado diocesano para el ecumenismo y miembro del grupo pastoral de la parroquia di Saint François de Sales d’Adambille en Saint-Maur y capellán del liceo y escuela de Saint-Maur.
Marchó a Madagascar como sacerdote Fidei Donum, donde fue profesor de teología y formador en el gran seminario de Fianarantsoa del 94 al 98, año en el que fue nombrado obispo de Moulins, por tanto volviendo a Francia.
En 2002 se le nombró arzobispo de Lyon, cargo que lleva consigo el título “primado de las Galias” y un año después, el 21 de octubre de 2003, fue creado cardenal-presbítero de “Santissima Trinità al Monte Pincio” por el papa Juan Pablo II.
Su postura ante el “matrimonio” homosexual
Cuando en 2012 en Francia se empezó a poner encima de la mesa la posibilidad de aprobar el “matrimonio” homosexual el cardenal Philippe Barbarin declaró “Después van a querer hacer parejas de tres o de cuatro. Luego, un día, la prohibición del incesto caerá”. Afirmó asimismo “para los cristianos la Biblia, que dice en su primera página que el matrimonio une a un hombre y a una mujer, tiene más fuerza y verdad para atravesar las culturas y los siglos que las decisiones circunstanciales o pasajeras de un Parlamento”. También dijo que si un Parlamento se creía Dios, estaban en peligro.


“El cardenal de la bici”
En ese mismo pre-cónclave protagonizó una simpática estampa al acudir a las Congregaciones generales en bicicleta por lo que se le empezó a llamar entre la prensa “el cardenal de la bici”. Sonó como “papable”.
Sobre la democracia francesa afirmó en una entrevista al diario L’Avvenire : “A veces tengo la impresión de que nuestra democracia está cortando el árbol sobre el que vive. En Francia hemos visto al poder perder la cabeza cuando se convirtió en una “monarquía absoluta” y se comenzó a hablar de un “rey sol”. Espero que no entremos en una era de “democracia absoluta”, olvidando que toda forma de poder está hecha, en primer lugar, para servir. Se dice a menudo que la democracia es el “régimen menos malo”. Tratando de permanecer en escucha y de respetar el bien de todos, un Parlamento debe votar una ley financiera y legislar. Pero si se arroga el derecho de cambiar los fundamentos de la sociedad, es decir, si se cree el buen Dios, entonces estamos en peligro. También un Parlamento puede conducir un país al abismo. Siempre es difícil permanecer humildes frente al poder”.
Es miembro de la Comisión Social de la Conferencia Episcopal de Francia. También es Presidente del Comité Episcopal para la Salud. En la Curia Vaticana pertenece a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.
Encubrimiento de abuso sexual
En marzo de 2019 el Tribunal Penal de Lyon reconoció a Barbarin culpable de no denunciar los abusos cometidos por el sacerdote Bernard Preynat, de su diócesis, a jóvenes boy scouts entre 1986 y 1991. Fue condenado a 6 meses de prisión, aunque exentas de cumplimiento. En ese mismo momento presentó su renuncia.
Ya en marzo de 2020, el Papa aceptó la renuncia de Babarin, quedando así relegado del puesto que ocupaba desde 2002.