Se trata de una orden religiosa católica de clausura y de orientación contemplativa que surgió en el siglo XIV.
Surge cuando un grupo de ermitaños castellanos encabezados por Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez Figueroa, deciden seguir el espíritu de San Jerónimo y encaminar una vida cenobítica. La orden en sí misma fue aprobada en el año 1373 por el papa Gregorio XI.
Esta congregación religiosa es exclusivamente hispánica, puesto que solo se implantó en España y Portugal, y estuvo muy vinculada a las monarquías reinantes en ambos países.
La Orden de San Jerónimo prescribe una vida religiosa de soledad y de silencio, en asidua oración y fortaleza en la penitencia, y trata de llevar a sus monjes y monjas a la unión mística con Dios.