Arzobispo Castrense nacido en Ayamonte (14 de Octubre de 1947), es en esa ciudad donde estudió el Bachillerato en el instituto laboral.
Dice La Cigüeña de la Torre que hay en España pocos obispos más dotados que él para la relación cordial y amistosa. Es simpático, extrovertido, de diálogo fácil… y de simpatía desbordante, y tiene una gran habilidad para lidiar cualquier toro por complicado que venga.
Ingresó en el Seminario de Sevilla en 1965, donde realizaría sus estudios de Filosofía y Teología hasta 1973. Ordenado sacerdote el 2 de febrero de 1974 en Sevilla, desarrolló todo su ministerio pastoral en la Archidiócesis Hispalense. El 29 de junio de 2000 es nombrado obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez por Juan Pablo II. Sobre el papel de los obispos diría que “un obispo es un sucesor de los apóstoles que debe dar la vida por la grey encomendada.” Por eso quizá dice que a Hawking lle convertiría, pero no hablándole de física ni teología dogmática sino contemplando juntos la belleza de la creación.
En 1975 obtuvo además el título de Graduado Social por la Universidad de Granada. Profesor del Seminario Menor de Pilas (1973-1979) y Párroco de la Parroquia de Santa María la Mayor de Pilas (1976-1979).
Fue nombrado posteriormente Vicerrector del Seminario Metropolitano de Sevilla y profesor de Religión en el Instituto Nacional de Bachillerato Ramón Carande (1984-1987).
Párroco de la Parroquia de Nuestra Señora de Valme y Beato Marcelo Spínola de Dos Hermanas (1987). Colaborador en la realización del Pabellón de la Santa Sede en la Expo 92 ejerciendo el cargo de Director Adjunto del mismo durante el periodo de la Expo.
Profesor de Teología en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla (1984-2000), en el Instituto de Liturgia San Isidoro (1990-2000) y en la Universidad de Sevilla (1994-2000). Fue nombrado por Benedicto XVI el 30 de junio de 2008 Arzobispo General Castrense de España en sustitución de Francisco Pérez. Como arzobispo castrense tiene una gran ventaja: entre su clero no hay contestatarios, pues la disciplina y la obediencia son señas de identidad del ejército, también entre los “páteres”.
Como arzobispo castrense su misión es ofrecer asistencia religiosa pastoral a sus miembros y todas las actividades van encaminadas a hacer presente a la Iglesia en el mundo militar, y a ofrecer su disponibilidad y prestar su colaboración en las tareas de carácter asistencial y de promoción cultural y humana que se realizan en los Ejércitos.
Al ser nombrado Arzobispo Castrense pidió en una carta “oraciones para que pueda convertirme en un obispo bueno, sabio y santo según el corazón de Cristo, para que pueda apacentar esa grey con sencillez y cercanía, fomentando la cultura del diálogo y de la paz, y así el Evangelio de Jesucristo sea acogido como Buena Noticia para todos los hombres”.
Actualmente es el responsable de las áreas de Pastoral Social y Pastoral de la salud en Andalucía y miembro de la Comisión Episcopal Pro Doctorado de San Juan de Ávila y de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española. Es autor de varios libros, entre los que destacan “SANTIDAD Y PECADO EN LA IGLESIA. (Hacia una eclesiología de San Juan de Ávila)”, “LOS MOZÁRABES, UNA MINORÍA OLVIDADA” y “APUNTES PARA LA VIDA”, así como de numerosos artículos. Sobre las persecuciones a los cristianos y el laicismo decía en una carta pastoral: “Viene bien que nunca olvidemos aquella máxima de Tertuliano: “La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos” (Apologético 50,13).
Por nuestra parte, oremos sin cesar por la Iglesia perseguida; crezcamos en vida interior para no devolver mal por mal; perseveremos en nuestra ayuda a los más pobres; estemos prestos al diálogo interreligioso y busquemos siempre lo que más nos une que aquello que nos separa.” Valiente defensor del papel de la Iglesia, en una entrevista en el diario “LA GACETA” decía que “La Iglesia no debe ser jamás neutral, La neutralidad vergonzante no tiene que ver con el Evangelio.”
Enviado a Roma en 1979, se licenció en Teología Dogmática en la Universidad Pontificia Gregoriana, obteniendo posteriormente en dicha Universidad la titulación de Doctor en la misma especialidad con una tesis sobre la eclesiología de San Juan de Ávila. En 2013 sobre la renuncia de Benedicto XVI decía que “Ratzinger encarna aquella máxima de Jesús que dice ‘La verdad os hará libres’ y no hay mayor verdad que aceptar las condiciones de la edad en que uno se encuentra”.
En la Conferencia Episcopal Española fue Presidente de la Comisión de Medios de Comunicación Social desde 2005 hasta 2009 cuando fue elegido miembro del Comité Ejecutivo. Estos dos cargos le permiten ser miembro de la Comisión Permanente.
Su lema episcopal es “Opus iustitiae pax” (“la paz, obra de la justicia”) y dicen los que le conocen que la sonrisa no se le va de la cara.