Jorge Liberato Urosa Savino es un Cardenal y Arzobispo de Caracas, Venezuela.
“No ha habido un Papa latinoamericano, ojalá que se pueda dar esa alegría”, declaró el 12 de febrero de 2013, el cardenal arzobispo de Caracas, Venezuela, Jorge Liberato Urosa Savino.
“Nadie está vetado, pudiera ser electo alguno de estas tierras”, comentó el prelado “Aunque yo moriría del susto” porque “Ser papa es un cargo que requiere entrega total (…) No cualquiera llega a ser papa”. “Más que la edad” decía Urosa sobre la elección de a quién votar en el Cónclave “acá se tomará más en cuenta la sabiduría, experiencia, trayectoria, santidad y la virtud”.
La trayectoria de Jorge Liberato Urosa Savino
Nació en la capital de Venezuela el 28 de agosto 1942, hijo de Luis Manuel Urosa Joud y Ligia de Urosa Savino del Castillo. Después de haber completado sus estudios primarios y secundarios en el colegio “La Salle” de Tienda Honda, Caracas (1948-1959), asistió por un período de tres años, al Seminario de Caracas, donde estudió filosofía (1959-1962).
En el Seminario de San Agustín, en Toronto, Canadá, (1962-1965) estudió teología. Se trasladó a Roma, donde completó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana (1965-1971), donde se graduó (1967) y Doctoró en Teología, en 1971.
Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1967 en Caracas. Fue Vicerrector (1971-1974) y más tarde Rector (1974-1976) del Seminario “San José” en El Hatillo, y Rector del Seminario Interdiocesano de Caracas de 1976 a 1982.
Fundador del Centro para la evangelización y la Vicaría religiosa de la Santa Trinidad, la “Casa de Tabla” en Petare (1971-1982), fue profesor de antropología filosófica en el Seminario de Caracas (1971-1976), profesor de teología dogmática en el Seminario Santa Rosa de Lima, Caracas (1971-1982) y en el Centro de Estudios Religiosos.
Los diferentes cargos que ha ostentado
Ha desempeñado, entre otros, los siguientes deberes pastorales: Presidente de la Organización de los Seminarios Venezolanos – OSVEN (1974-1977), Vice-Presidente de la Organización de Seminarios de América Latina (1976-1982), Miembro del Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Caracas ( 1973-1990) Miembro del Consejo de Administración de la Arquidiócesis (1976-1982).
El 3 de julio de 1982, Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Vegesela de Bizacena y Auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas. El 22 de septiembre, recibió la ordenación episcopal en Caracas.
Como obispo auxiliar de la capital venezolana ha ocupado los siguientes cargos: Vicario General de la Arquidiócesis Central (de 1982 a 1990), Decano de la Catedral (de 1984 a 1990), Vice-postulador de la causa de beatificación del dr. José Gregorio Hernández (de 1984 a 1990), Director de la Conferencia Episcopal Venezolana de Obispos en el Sínodo sobre los Laicos (1987).
El 17 de marzo de 1990 fue promovido a arzobispo de Valencia en Venezuela. Hizo la entrada en la Arquidiócesis el 5 de mayo de 1990. Durante el gobierno pastoral de la archidiócesis de Valencia, fueron ordenados 47 sacerdotes -37 diocesanos y 10 religiosos-, impulsó la creación de la Diócesis de Puerto Cabello, también fue el promotor y ejecutor de la construcción de la nueva sede del Seminario Mayor Arquidiocesano “Nuestra Señora del Socorro” en Valencia, en el Valle de San Diego. Creó 10 nuevas parroquias y construyó 70 nuevas iglesias y capillas y 20 casas parroquiales, teniendo un gran interés en la restauración de otras tantas.
Proclamado Cardenal en 2006
El 19 de septiembre de 2005, Benedicto XVI lo transfirió a la sede episcopal de Caracas, cargo que continúa desempeñando. En Venezuela ha recibido numerosos premios y es miembro numerario del Centro de Historia del Estado de Carabobo (1991-2006). Conoce y habla, además de español, Inglés, italiano, francés y latín.
De Benedicto XVI fue creado y proclamado cardenal en el consistorio del 24 de marzo de 2006, con el título de Santa Maria ai Monti. En la Curia es miembro de la Congregación para el Clero, del Consejo Pontificio de la Cultura, de la Pontificia Comisión para América Latina y del Consejo de Cardenales para el Estudio de los Problemas Organizativos y Económicos de la Santa Sede.
El cardenal descartó que la renuncia de Benedicto XVI se debiera a que hubiera estado presionada por los escándalos que han sacudido a la Iglesia en los últimos años de su pontificado. “Los abusos sexuales, que rechazamos plena y totalmente, habrán sido una espina. Estos casos deplorables, no cabe duda, le habrán producido una gran tristeza -a Benedicto XVI-, pero su santidad se retira porque siente no tener el vigor necesario para continuar”.
Su opinión de la renuncia de Benedicto XVI
Insistió en que la renuncia de Benedicto XVI “es un ejemplo muy bueno. Yo creo que cuando alguien no está en condiciones de conducir un grupo humano, después de pensarlo bien, es natural que se haga a un lado”. Y concluyó diciendo que “Es un ejemplo de que el sacerdocio es para servir y dar testimonio de Jesucristo”.
En unas declaraciones sobre la no condena del Papa Benedicto XVI a la conquista de América decía el cardenal Urosa “El drama histórico de la Conquista y la colonización de América, con sus luces y sombras, no entraba en el objeto del discurso papal, ni es responsabilidad de la Iglesia entonces o ahora, como tampoco lo es la actuación de los gobiernos en nuestros días”.
“Habría que decir más bien que fue la Iglesia defensora incansable de los indígenas, y ello explica porqué, al contrario de Norteamérica donde los indígenas casi desaparecieron, nuestros pueblos son mestizos, y por qué en países como México, Guatemala, Ecuador, Perú y Bolivia, se conserva una inmensa población indígena”.
“Esto explica por qué, aquí en Aparecida, vienen anualmente mas de ocho millones de brasileños humildes, descendientes de indígenas y afroamericanos, a manifestar su fe católica. La responsabilidad del drama de la conquista y la colonia no recae sobre la Iglesia sino sobre otros actores”.
“No tiene pues el Papa que disculparse por un pretendido genocidio u holocausto, que la Iglesia no propició sino combatió. La Iglesia se acercó con amor a nuestros indígenas para anunciarles el evangelio de Jesús, y para establecer en estas tierras sus instituciones de apoyo, solidaridad y promoción humana. La polémica desatada y los ataques lanzados son injustos, sin base histórica, y sin una lectura detenida del discurso de Benedicto XVI”, dijo el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino.